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Salmos 89:1-52

Salmos 89:1-52 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

1-2 (2-3) Dios mío, siempre alabaré tu gran amor, que nunca cambia; siempre hablaré de tu fidelidad, ¡tan firme como el cielo! 3 (4) Tú hiciste un pacto con David, el rey que tú elegiste; le prometiste bajo juramento: 4 (5) «Cuando hayas muerto, uno de tus descendientes reinará siempre en tu lugar». 5-7 (6-8) Dios mío, los cielos te alaban por tus grandes hechos; todos los ángeles del cielo hablan de tu fidelidad y solo a ti te honran. Eres un Dios incomparable; ¡eres grande y maravilloso entre los dioses! 8 (9) Señor y Dios del universo, ¡no hay Dios como tú, tan fiel y poderoso! 9 (10) Tú dominas el mar embravecido, y calmas sus olas agitadas. 10 (11) Aplastaste al monstruo del mar, y con tu brazo poderoso derrotaste a tus enemigos. 11 (12) Tuyo es el cielo, tuya es también la tierra; tú creaste el mundo y todo lo que hay en él. 12 (13) Tú creaste el norte y el sur; los montes Tabor y Hermón te alaban con alegría. 13 (14) Muy grande es tu poder para realizar grandes hazañas; ¡levantas la mano derecha en señal de victoria! 14 (15) Tú gobiernas con justicia y rectitud, pero sobre todas las cosas, nos demuestras tu constante amor. 15-16 (16-17) Dios mío, tú bendices y das honra al pueblo que te alaba, que acepta tu dirección y se alegra en tu justicia. 17 (18) De ti recibimos grandeza y poder; por tu bondad aumentas nuestra fuerza. 18 (19) Dios de Israel, tú eres nuestro rey y nos das tu protección. 19-20 (20-21) Una vez hablaste con nosotros, que somos tu pueblo fiel, y nos dijiste: «En mi pueblo hay un valiente; es el mejor de todos los jóvenes. Es David, mi servidor. Yo le he brindado mi ayuda y le he dado el más alto honor: ¡lo he declarado rey de Israel! 21 (22) Con mi brazo poderoso lo sostendré y le daré fuerzas. 22 (23) Sus enemigos no podrán vencerlo, ni lo dominarán los malvados. 23 (24) Yo destruiré a sus enemigos, y acabaré con quienes lo odian; ¡los borraré de su vista! 24 (25) Mi amor por él siempre será el mismo, y yo aumentaré su poder. 25 (26) Su dominio se extenderá del mar Mediterráneo a la Mesopotamia. 26 (27) Él me dirá: “Tú eres mi Padre y me proteges; eres mi Dios y salvador”. 27 (28) Yo le concederé los derechos que merece todo hijo mayor: lo pondré por encima de todos los reyes del mundo. 28 (29) Mi amor por él nunca cambiará, ni faltaré a la promesa que le hice. 29 (30) Mientras el cielo exista, siempre lo mantendré en el trono; lo mismo haré con sus descendientes que reinarán en su lugar. 30 (31) Pero si ellos no cumplen con mis leyes y enseñanzas, 31 (32) sino que se burlan de ellas, 32 (33) castigaré su maldad y les daré su merecido. 33 (34) »Sin embargo, mi amor por David siempre será el mismo. 34 (35) Jamás faltaré a mi pacto; siempre le cumpliré mis promesas. 35 (36) »A David le hice una promesa, y juro por mí mismo que la cumpliré. 36-37 (37-38) Siempre reinará en su lugar uno de sus descendientes. Mientras el sol y la luna existan, su reinado permanecerá». 38-39 (39-40) Pero te has enojado con David, el rey que tú mismo elegiste; has arrojado al suelo su corona, has roto tu pacto con él y lo has abandonado. 40 (41) Has derribado y dejado en ruinas las murallas que protegen a Jerusalén. 41 (42) Todos los que pasan, algo se llevan; ¡somos la burla de nuestros vecinos! 42 (43) Los enemigos de David están felices porque ahora tienen más poder, 43 (44) pues dejaste sin filo su espada y no lo apoyaste en la batalla; 44 (45) pusiste fin a su esplendor, y arrojaste al suelo su corona; 45 (46) le quitaste años de vida y lo cubriste de vergüenza. 46 (47) Dios mío, ¿vas a estar siempre escondido? ¿Vas a estar siempre enojado? 47-48 (48-49) ¿En qué estabas pensando cuando creaste al ser humano? Nos has dado una vida muy corta, y de la muerte nadie se libra. 49 (50) ¿Qué pasó con ese amor que al principio le juraste a David? ¡Tú dijiste que nunca cambiarías! 50 (51) Dios mío, ¡todos se burlan de nosotros! ¡Tenemos que aguantar las ofensas de mucha gente! 51 (52) Tus enemigos nos ofenden; ¡a cada paso insultan a tu pueblo! 52 (53) Dios mío, ¡bendito seas por siempre! Así sea.

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Salmos 89:1-52 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Por siempre alabaré la misericordia del Señor; de una generación a otra, mis labios exaltarán tu fidelidad. Por siempre afirmaré que tu misericordia se mantendrá firme en los cielos, y que en ellos se afirmará tu verdad. Tu dijiste: «He hecho un pacto con mi escogido. A mi siervo David le hice este juramento: “Confirmaré tu descendencia para siempre, y afirmaré tu trono por todas las generaciones.”» Señor, los cielos celebran tus maravillas; la congregación de los santos proclama tu verdad. ¿Quién, Señor, se iguala a ti en los cielos? ¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses? ¡Dios temible en el concilio de los santos! ¡Dios grande y terrible sobre cuantos lo rodean! Poderoso Señor, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? ¡Tu fidelidad te rodea! Tú dominas la violencia del mar; cuando sus ondas se agitan, tú las sosiegas. Tú aplastaste a Rajab y lo heriste de muerte; con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos. Tuyos son los cielos, tuya también la tierra y el mundo y su plenitud, pues tú lo fundaste. Tú creaste el norte y el sur; los montes Tabor y Hermón alaban tu nombre. Tuyo es el brazo poderoso; fuerte es tu mano, y exaltada tu diestra. Tu trono se basa en la justicia y el derecho; la misericordia y la verdad son tus heraldos. ¡Dichoso el pueblo que sabe aclamarte, y que anda, Señor, a la luz de tu rostro! En tu nombre se alegrará todo el día, y en tu justicia será enaltecido. Tú eres la gloria de nuestro poder; por tu buena voluntad acrecientas nuestra fuerza. Tú, Señor, eres nuestro escudo; tú, Santo de Israel, eres nuestro rey. En una visión dijiste a tus santos: «He brindado mi apoyo a un guerrero; he escogido a un joven de mi pueblo. He encontrado a mi siervo David, y lo he ungido con mi santa unción. Mi mano estará siempre con él; mi brazo siempre lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, ni le hará daño ningún malvado; más bien, él derrotará a sus enemigos y herirá de muerte a los que lo aborrecen. Mi verdad y misericordia estarán con él, y su poder será exaltado en mi nombre. Con su mano izquierda dominará sobre el mar, y con su mano derecha dominará sobre los ríos. Él me dirá: “Tú eres mi padre. Eres mi Dios, la roca de mi salvación”, y yo lo declararé mi primogénito, ¡el más excelso de los reyes de la tierra! Siempre seré con él misericordioso, y mi pacto con él se mantendrá firme. Su descendencia permanecerá para siempre, y su trono durará mientras el cielo exista. »Pero si sus hijos se apartan de mi ley y no andan conforme a mis decretos, si transgreden mis estatutos y no cumplen mis mandamientos, yo los castigaré por su rebelión; ¡los azotaré por sus iniquidades! »Pero no apartaré de David mi misericordia, ni faltaré a mi verdad. No me olvidaré de mi pacto, ni me retractaré de lo que he prometido. Una vez he jurado por mi santidad, y no le mentiré a David. Su descendencia permanecerá para siempre; su trono estará ante mí, como el sol; firme para siempre, como la luna; ¡como un testigo fiel en el cielo!» ¡Pero tú has rechazado a tu ungido! ¡Lo has menospreciado! ¡Te has enojado con él! Has roto el pacto con tu siervo; ¡has echado por tierra su corona! Has derribado todas sus murallas; ¡has destruido sus fortalezas! Todos los que van por el camino lo saquean; los pueblos vecinos se burlan de él. Has exaltado el poder de sus enemigos; has alegrado a todos sus adversarios. Le quitaste el filo a su espada, y no lo levantaste en la batalla. Pusiste fin a su motivo de orgullo, y echaste por tierra su trono. Has acortado los días de su vida, y lo has cubierto de vergüenza. Señor, ¿hasta cuándo seguirás escondido? ¿Arderá tu ira para siempre, como el fuego? Recuerda que mi vida es muy breve; ¿Por qué creaste tan frágil al género humano? ¿Quién puede vivir sin ver la muerte? ¿Quién puede salvarse del poder del sepulcro? Señor, ¿dónde están tus misericordias de antaño, que una vez juraste a David por tu verdad? ¡Acuérdate, Señor, del oprobio de tus siervos, del oprobio de muchos pueblos, que llevo en el pecho! Tus enemigos, Señor, nos han deshonrado; ¡tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido! ¡Bendito sea el Señor para siempre! ¡Amén, y Amén!

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Salmos 89:1-52 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Oh SEÑOR, por siempre cantaré la grandeza de tu gran amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad. Declararé que tu gran amor permanece firme para siempre, que has afirmado en el cielo tu fidelidad. Dijiste: «He hecho un pacto con mi escogido; le he jurado a David mi siervo: “Estableceré tu descendencia para siempre y afirmaré tu trono por todas las generaciones”». Selah Los cielos, SEÑOR, celebran tus maravillas, y la asamblea de los santos proclama tu fidelidad. ¿Quién en los cielos es comparable al SEÑOR? ¿Quién como él entre los seres celestiales? Dios es muy temido en la asamblea de los santos; grande y portentoso sobre cuantos lo rodean. ¿Quién como tú, SEÑOR Dios de los Ejércitos, rodeado de poder y de fidelidad? Tú gobiernas sobre el mar embravecido; cuando se levantan las olas, tú las calmas. Aplastaste a Rahab como a un cadáver; con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos. Tuyo es el cielo y tuya la tierra; tú fundaste el mundo y todo lo que contiene. Por ti fueron creados el norte y el sur; el Tabor y el Hermón cantan alegres a tu nombre. Tu brazo es capaz de grandes proezas; fuerte es tu mano, exaltada tu diestra. La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, y tus heraldos, el amor y la verdad. Dichosos los que saben aclamarte, SEÑOR, y caminan a la luz de tu presencia; los que todo el día se alegran en tu nombre y se regocijan en tu justicia. Porque tú eres su gloria y su poder; por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza. Tú, SEÑOR, eres nuestro escudo; tú, Santo de Israel, eres nuestro rey. Una vez hablaste en una visión y dijiste a tu pueblo fiel: «Le he brindado mi ayuda a un valiente; al mejor hombre del pueblo he exaltado. He encontrado a David, mi siervo, y lo he ungido con mi aceite santo. Mi mano siempre lo sostendrá; mi brazo lo fortalecerá. Ningún enemigo lo someterá a tributo; ningún malvado lo oprimirá. Aplastaré a quienes se le enfrenten y derribaré a quienes lo aborrezcan. La fidelidad de mi gran amor lo acompañará, y por mi nombre será exaltada su fuerza. Le daré poder sobre el mar y dominio sobre los ríos. Él me dirá: “Tú eres mi Padre, mi Dios, la Roca de mi salvación”. Yo lo haré mi primogénito, el rey supremo de la tierra. Mi gran amor por él será siempre constante, y mi pacto con él será estable. Afirmaré su descendencia para siempre; su trono durará como el sol en mi presencia. »Pero si sus hijos abandonan mi Ley y no viven conforme a mis ordenanzas, si violan mis estatutos y no cumplen mis mandamientos, con vara castigaré su iniquidad y con azotes, su maldad. Con todo, jamás le negaré mi gran amor ni mi fidelidad le faltará. No violaré mi pacto ni cambiaré mis promesas. Una sola vez he jurado por mi santidad y no voy a mentirle a David: Su descendencia vivirá por siempre; su trono durará como el sol en mi presencia. Como la luna, fiel testigo en el cielo, será establecido para siempre». Selah Pero tú has desechado, has rechazado a tu ungido; te has enfurecido contra él en gran manera. Has revocado el pacto con tu siervo; has arrastrado por los suelos su corona. Has derribado todas sus murallas y dejado en ruinas sus fortalezas. Todos los que pasan lo saquean; es motivo de burla para sus vecinos. Has exaltado el poder de sus adversarios y llenado de alegría a sus enemigos. Le has quitado el filo a su espada y no lo has apoyado en la batalla. Has puesto fin a su esplendor y derribaste por tierra su trono. Has acortado los días de su juventud; lo has cubierto con un manto de vergüenza. Selah ¿Hasta cuándo, SEÑOR, te seguirás escondiendo? ¿Va a arder tu ira para siempre, como el fuego? Recuerda cuán efímera es mi vida. Al fin y al cabo, ¿para qué creaste a los mortales? ¿Habrá alguien que viva y no muera jamás o que pueda escapar de las garras de la muerte? Selah ¿Dónde está, Señor, tu gran amor de antaño, que en tu fidelidad juraste a David? Recuerda, Señor, que se burlan de tus siervos; que llevo en mi pecho los insultos de muchos pueblos. Tus enemigos, SEÑOR, nos insultan; a cada paso ofenden a tu ungido. ¡Bendito sea el SEÑOR por siempre! Amén y amén.

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Salmos 89:1-52 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

1 (2) Señor, siempre diré en mi canto que tú eres bondadoso; constantemente contaré que tú eres fiel. 2 (3) Proclamaré que tu amor es eterno; que tu fidelidad es invariable, invariable como el mismo cielo. 3 (4) Hiciste una alianza con David; prometiste a tu siervo escogido: 4 (5) «Haré que tus descendientes reinen siempre en tu lugar.», 5 (6) Oh Señor, todos los seres celestiales alaban tu fidelidad y tus maravillas. 6 (7) ¡Ningún dios, nadie en el cielo puede compararse a ti, Señor! 7 (8) Dios grande y terrible, rodeado de seres celestiales. 8 (9) Señor, Dios todopoderoso, todo el poder es tuyo y la verdad te rodea; ¡no hay nadie igual a ti! 9 (10) Tú dominas el mar embravecido y aquietas sus olas encrespadas; 10 (11) aplastaste al monstruo marino como si fuera un cadáver; dispersaste a tus enemigos con la fuerza de tu brazo. 11 (12) El cielo y la tierra son tuyos; tú formaste el mundo y todo lo que hay en él. 12 (13) Tú creaste el norte y el sur; los montes Tabor y Hermón cantan alegres a tu nombre. 13 (14) Tu brazo es poderoso; tu mano derecha es fuerte y victoriosa. 14 (15) Tu trono está afirmado en la justicia y el derecho; el amor y la fidelidad salen a tu encuentro. 15 (16) Oh Señor, feliz el pueblo que sabe alabarte con alegría y camina alumbrado por tu luz, 16 (17) que en tu nombre se alegra todo el tiempo y se entusiasma por tu rectitud. 17 (18) En verdad, tú eres su fuerza y hermosura; nuestro poder aumenta por tu buena voluntad. 18 (19) ¡Nuestro escudo es el Señor! ¡Nuestro Rey es el Santo de Israel! 19 (20) En otro tiempo hablaste en una visión, y dijiste a tus siervos fieles: «He escogido a un valiente de mi pueblo, lo he puesto en alto y lo he ayudado. 20 (21) ¡He encontrado a mi siervo David! Con mi aceite sagrado lo he designado rey, 21 (22) y nunca le faltará mi ayuda. Con mi poder lo fortaleceré, 22 (23) y no lo atacarán sus enemigos ni lo vencerán los malvados. 23 (24) Aplastaré a sus enemigos; ¡los quitaré de su vista! ¡Destrozaré a los que lo odian! 24 (25) Él contará con mi amor y fidelidad, y por mí aumentará su poder. 25 (26) Afirmaré su poder y dominio desde el Mediterráneo hasta el Éufrates. 26 (27) Él me dirá: “Tú eres mi Padre; eres mi Dios, que me salva y me protege.” 27 (28) Y yo le daré los derechos de hijo mayor, por encima de los reyes del mundo. 28 (29) Mi amor por él será constante, y mi alianza con él será firme. 29 (30) Sus descendientes reinarán en su lugar siempre, mientras el cielo exista. 30 (31) »Pero si ellos abandonan mi enseñanza y no viven de acuerdo con mis mandatos, 31 (32) si faltan a mis leyes y no obedecen mis mandamientos, 32 (33) castigaré su rebelión y maldad con golpes de vara; 33 (34) pero no dejaré de amar a David, ni faltaré a mi fidelidad hacia él. 34 (35) No romperé mi alianza ni faltaré a mi palabra. 35 (36) Una vez le he jurado por mi santidad, y no le mentiré: 36 (37) sus descendientes reinarán en su lugar, siempre, mientras el sol exista. 37 (38) ¡Siempre firmes, como la luna! ¡Siempre firmes, mientras el cielo exista!» 38 (39) Sin embargo, has rechazado y despreciado al rey que tú escogiste; ¡te has enojado con él! 39 (40) Has roto la alianza con tu siervo; has arrojado al suelo su corona. 40 (41) Abriste brechas en todos sus muros; ¡convertiste en ruinas sus ciudades! 41 (42) Todo el mundo pasa y roba lo que quiere; sus vecinos se burlan de él. 42 (43) Has hecho que sus enemigos levanten la mano alegres y triunfantes. 43 (44) Le quitaste el filo a su espada y no lo sostuviste en la batalla. 44 (45) Has apagado su esplendor; has arrojado su trono por los suelos; 45 (46) le has quitado años de vida y lo has llenado de vergüenza. 46 (47) Oh Señor, ¿hasta cuándo estarás escondido? ¿Arderá siempre tu enojo, como el fuego? 47 (48) Señor, recuerda que mi vida es corta; que el hombre, que tú has creado, vive poco tiempo. 48 (49) ¡Nadie puede vivir y no morir nunca! ¡Nadie puede librarse del poder de la muerte! 49 (50) Señor, ¿dónde está tu amor primero, que en tu fidelidad prometiste a David? 50 (51) Señor, recuerda que a tus siervos los ofende mucha gente; que llevo esos insultos en mi pecho. 51 (52) Oh Señor, ¡así nos ofenden tus enemigos! ¡Así ofenden a tu escogido a cada paso! 52 (53) Bendito sea el Señor por siempre. ¡Amén!

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Salmos 89:1-52 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca. Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad. Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones. Selah Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová, Tu verdad también en la congregación de los santos. Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová? ¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados? Dios temible en la gran congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él. Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea. Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas. Tú quebrantaste a Rahab como a herido de muerte; Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos. Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste. El norte y el sur, tú los creaste; El Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre. Tuyo es el brazo potente; Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra. Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro. Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro. En tu nombre se alegrará todo el día, Y en tu justicia será enaltecido. Porque tú eres la gloria de su potencia, Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder. Porque Jehová es nuestro escudo, Y nuestro rey es el Santo de Israel. Entonces hablaste en visión a tu santo, Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; He exaltado a un escogido de mi pueblo. Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción. Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad lo quebrantará; Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen. Mi verdad y mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será exaltado su poder. Asimismo pondré su mano sobre el mar, Y sobre los ríos su diestra. Él me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación. Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra. Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él. Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los cielos. Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios, Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos, Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades. Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David. Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí. Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo. Selah Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido, Y te has airado con él. Rompiste el pacto de tu siervo; Has profanado su corona hasta la tierra. Aportillaste todos sus vallados; Has destruido sus fortalezas. Lo saquean todos los que pasan por el camino; Es oprobio a sus vecinos. Has exaltado la diestra de sus enemigos; Has alegrado a todos sus adversarios. Embotaste asimismo el filo de su espada, Y no lo levantaste en la batalla. Hiciste cesar su gloria, Y echaste su trono por tierra. Has acortado los días de su juventud; Le has cubierto de afrenta. Selah ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego? Recuerda cuán breve es mi tiempo; ¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre? ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del poder del Seol? Selah Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, Que juraste a David por tu verdad? Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno. Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido. Bendito sea Jehová para siempre. Amén, y Amén.

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Salmos 89:1-52 La Biblia de las Américas (LBLA)

Por siempre cantaré de las misericordias del SEÑOR; con mi boca daré a conocer tu fidelidad a todas las generaciones. Porque dije: Para siempre será edificada la misericordia; en los cielos mismos establecerás tu fidelidad. Yo he hecho un pacto con mi escogido, he jurado a David mi siervo: Estableceré tu descendencia para siempre, y edificaré tu trono por todas las generaciones. (Selah) Los cielos alabarán tus maravillas, SEÑOR, y también tu fidelidad en la asamblea de los santos. Porque, ¿quién en el firmamento se puede comparar al SEÑOR? ¿Quién entre los hijos de los poderosos es como el SEÑOR, Dios muy temido en el consejo de los santos, e imponente sobre todos los que están en su derredor? Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú, poderoso SEÑOR? Tu fidelidad también te rodea. Tú dominas la soberbia del mar; cuando sus olas se levantan, tú las calmas. Tú aplastaste a Rahab como a uno herido de muerte; esparciste a tus enemigos con tu brazo poderoso. Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; el mundo y todo lo que en él hay, tú lo fundaste. El norte y el sur, tú los creaste; el Tabor y el Hermón aclamarán con gozo a tu nombre. Tú tienes un brazo fuerte; tu mano es poderosa, tu diestra es exaltada. La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la misericordia y la verdad van delante de ti. ¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es la voz de júbilo! Andan, SEÑOR, a la luz de tu rostro. En tu nombre se regocijan todo el día, y por tu justicia son enaltecidos. Porque tú eres la gloria de su potencia, y por tu gracia es exaltado nuestro poder. Pues del SEÑOR es nuestro escudo, y del Santo de Israel nuestro rey. Una vez hablaste en visión a tus santos, y dijiste: He ayudado a un poderoso; he exaltado a uno escogido de entre el pueblo. He hallado a David mi siervo; lo he ungido con mi óleo santo, y con él estará siempre mi mano; mi brazo también lo fortalecerá. No lo engañará el enemigo, ni lo afligirá el hijo de maldad. Sino que yo aplastaré a sus adversarios delante de él, y heriré a los que lo aborrecen. Con él estarán mi fidelidad y mi misericordia, y en mi nombre será exaltado su poder. Pondré también su mano sobre el mar, y su diestra sobre los ríos. Él clamará a mí: Mi Padre eres tú, mi Dios y la roca de mi salvación. Yo también lo haré mi primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra. Para siempre conservaré mi misericordia hacia él, y mi pacto le será confirmado. Así estableceré su descendencia para siempre, y su trono como los días de los cielos. Si sus hijos abandonan mi ley y no andan en mis juicios, si violan mis estatutos y no guardan mis mandamientos, entonces castigaré con vara su transgresión, y con azotes su iniquidad. Pero no quitaré de él mi misericordia, ni obraré falsamente en mi fidelidad. No quebrantaré mi pacto, ni cambiaré la palabra de mis labios. Una vez he jurado por mi santidad; no mentiré a David. Su descendencia será para siempre, y su trono como el sol delante de mí. Será establecido para siempre como la luna, fiel testigo en el cielo. (Selah) Pero tú lo has rechazado y desechado, contra tu ungido te has enfurecido. Has despreciado el pacto de tu siervo; has profanado su corona echándola por tierra. Has derribado todos sus muros; has convertido en ruinas sus fortalezas. Todos los que pasan por el camino lo saquean; ha venido a ser una afrenta para sus vecinos. Tú has exaltado la diestra de sus adversarios; has hecho regocijarse a todos sus enemigos. Has retirado también el filo de su espada, y no le has hecho estar firme en la batalla. Has hecho cesar su esplendor, y has echado por tierra su trono. Has acortado los días de su juventud; lo has cubierto de ignominia. (Selah) ¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá como el fuego tu furor? Recuerda cuán breve es mi vida; ¡con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres! ¿Qué hombre podrá vivir y no ver la muerte? ¿Podrá librar su alma del poder del Seol? (Selah) ¿Dónde están, Señor, tus misericordias de antes, que en tu fidelidad juraste a David? Recuerda, Señor, el oprobio de tus siervos; cómo llevo dentro de mí el oprobio de muchos pueblos, con el cual tus enemigos, oh SEÑOR, han injuriado, con el cual han injuriado los pasos de tu ungido. ¡Bendito sea el SEÑOR para siempre! Amén y amén.

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Salmos 89:1-52 Nueva Traducción Viviente (NTV)

¡Siempre cantaré acerca del amor inagotable del SEÑOR! Jóvenes y ancianos oirán de tu fidelidad. Tu amor inagotable durará para siempre; tu fidelidad es tan perdurable como los cielos. Dijo el SEÑOR: «Hice un pacto con David, mi siervo escogido. Le hice este juramento: “Estableceré a tus descendientes como reyes para siempre; se sentarán en tu trono desde ahora y hasta la eternidad”». Interludio Todo el cielo alabará tus grandes maravillas, SEÑOR; multitudes de ángeles te alabarán por tu fidelidad. Pues, ¿quién se compara con el SEÑOR en todo el cielo? ¿Qué ángel poderosísimo se asemeja en algo al SEÑOR? Los poderes angélicos más altos quedan en reverencia ante Dios con temor; él es mucho más imponente que todos los que rodean su trono. ¡Oh SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales! ¿Dónde hay alguien tan poderoso como tú, oh SEÑOR? Eres completamente fiel. Gobiernas los océanos; dominas las olas embravecidas por la tormenta. Aplastas al gran monstruo marino; dispersas a tus enemigos con tu brazo poderoso. Los cielos te pertenecen y la tierra también; todo lo que hay en el mundo es tuyo; tú lo creaste todo. Creaste el norte y el sur; el monte Tabor y el monte Hermón alaban tu nombre. ¡Poderoso es tu brazo! ¡Fuerte es tu mano! Tu mano derecha se levanta en alto con gloriosa fuerza. La rectitud y la justicia son el cimiento de tu trono; el amor inagotable y la verdad van como séquito delante de ti. Felices son los que oyen el alegre llamado a la adoración, porque caminarán a la luz de tu presencia, SEÑOR. Todo el día se alegran de tu maravillosa fama; se regocijan por tu justicia. Tú eres la fuerza gloriosa de ellos. A ti te agrada hacernos fuertes. Así es, nuestra protección viene del SEÑOR, y él, el Santo de Israel, nos ha dado nuestro rey. Hace mucho tiempo hablaste a tu pueblo fiel en una visión. Dijiste: «He levantado a un guerrero; lo seleccioné de la gente común para que fuera rey. Encontré a mi siervo David; lo ungí con mi aceite santo. Con mi mano lo mantendré firme; con mi brazo poderoso, lo haré fuerte. Sus enemigos no lo vencerán ni lo dominarán los malvados. Aplastaré a sus adversarios frente a él y destruiré a los que lo odian. Mi fidelidad y mi amor inagotable lo acompañarán, y con mi autoridad crecerá en poder. Extenderé su gobierno sobre el mar, su dominio sobre los ríos. Y él clamará a mí: “Tú eres mi Padre, mi Dios y la Roca de mi salvación”. Lo convertiré en mi primer hijo varón, el rey más poderoso de la tierra. Lo amaré y le daré mi bondad para siempre; mi pacto con él nunca tendrá fin. Me aseguraré de que tenga heredero; su trono será interminable, como los días del cielo. Pero, si sus descendientes abandonan mis enseñanzas y dejan de obedecer mis ordenanzas, si desobedecen mis decretos y dejan de cumplir mis mandatos, entonces castigaré su pecado con vara y su desobediencia con azotes. Pero jamás dejaré de amarlo ni de cumplir la promesa que le hice. Por nada romperé mi pacto; no retiraré ni una sola palabra que he dicho. Le hice un juramento a David y por mi santidad no puedo mentir: su dinastía seguirá por siempre; su reino perdurará como el sol. Será tan eterno como la luna, ¡la cual es mi fiel testigo en el cielo!» Interludio Pero ahora lo has rechazado y desechado y estás enojado con tu rey ungido. Has renunciado al pacto que hiciste con él; arrojaste su corona al polvo. Derribaste las murallas que lo protegían y destruiste cada fuerte que lo defendía. Todos los que pasan por allí le han robado, y se ha convertido en la burla de sus vecinos. Has fortalecido a sus enemigos e hiciste que se alegraran. Has hecho inservible su espada y te negaste a ayudarlo en la batalla. Pusiste fin a su esplendor y derrocaste su trono. Lo has hecho envejecer antes de tiempo y lo deshonraste en público. Interludio Oh SEÑOR, ¿hasta cuándo seguirá esto? ¿Te esconderás para siempre? ¿Hasta cuándo arderá tu ira como el fuego? Recuerda lo breve que es mi vida, ¡qué vacía e inútil es la existencia humana! Nadie puede vivir para siempre; todos morirán. Nadie puede escapar del poder de la tumba. Interludio Señor, ¿dónde está tu amor inagotable? Le diste tu palabra a David mediante una promesa fiel. ¡Considera, Señor, cómo pasan vergüenza tus siervos! Llevo en mi corazón los insultos de mucha gente. Tus enemigos se han burlado de mí, oh SEÑOR; se mofan de tu rey ungido por dondequiera que va. ¡Alaben al SEÑOR para siempre! ¡Amén y amén!

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