SALMOS 88:1-18
SALMOS 88:1-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, a ti clamo de día. A ti vengo de noche. Oye ahora mi oración; escucha mi clamor. Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca. Estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. Me han dejado entre los muertos, y estoy tendido como un cadáver en la tumba. Soy olvidado, estoy separado de tu cuidado. Me arrojaste a la fosa más honda, a las profundidades más oscuras. Tu ira me oprime; con una ola tras otra me has cercado. Interludio Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar. Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh SEÑOR; levanto a ti mis manos para pedir misericordia. ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba? ¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción? ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas? ¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia? Oh SEÑOR, a ti clamo; seguiré rogando día tras día. Oh SEÑOR, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué escondes tu rostro de mí? Desde mi juventud, estoy enfermo y al borde de la muerte. Me encuentro indefenso y desesperado ante tus terrores. Tu ira feroz me ha abrumado; tus terrores me paralizaron. Todo el día se arremolinan como las aguas de una inundación y me han cercado por completo. Me has quitado a mis compañeros y a mis seres queridos; la oscuridad es mi mejor amiga.
SALMOS 88:1-18 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
SEÑOR, Dios de mi salvación, día y noche clamo ante ti. Que llegue hasta ti mi oración; presta oído a mi súplica. Tan colmado estoy de calamidades que mi vida está al borde de la muerte. Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa; parezco un hombre que se quedó sin fuerzas. Me han puesto aparte, entre los muertos; parezco un cadáver que yace en el sepulcro, de esos que tú ya no recuerdas, porque fueron arrebatados de tu mano. Me has echado en la fosa más profunda, en el más tenebroso de los abismos. El peso de tu enojo ha recaído sobre mí; me has abrumado con tus olas. Selah Me has quitado a todos mis amigos y ante ellos me has hecho aborrecible. Estoy aprisionado y no puedo librarme; los ojos se me nublan de tristeza. Yo, SEÑOR, te invoco cada día y hacia ti extiendo las manos. ¿Acaso entre los muertos haces maravillas? ¿Pueden los muertos levantarse a darte gracias? Selah ¿Acaso en el sepulcro se habla de tu gran amor y de tu fidelidad en el abismo destructor? ¿Acaso en las tinieblas se conocen tus maravillas o tu justicia en la tierra del olvido? Yo, SEÑOR, te ruego que me ayudes; por la mañana mi oración llega ante tu presencia. ¿Por qué me rechazas, SEÑOR? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Yo he sufrido desde mi juventud; muy cerca he estado de la muerte. Me has enviado terribles sufrimientos y ya no puedo más. Tu ira se ha descargado sobre mí; tus violentos ataques han acabado conmigo. Todo el día me rodean como un océano; me han cercado por completo. Me has quitado amigos y seres queridos; ahora solo tengo amistad con las tinieblas.
SALMOS 88:1-18 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 (2) Dios mío, tú eres mi salvador; día y noche pido tu ayuda. 2 (3) Permite que mi oración llegue a tu presencia; ¡presta atención a mis ruegos! 3 (4) Sufro tantas calamidades que estoy al borde de la muerte. 4-5 (5-6) ¡Parece que ya no tengo remedio! ¡Hasta hay quienes me dan por muerto! Parezco un cadáver ya enterrado, al que nadie toma en cuenta porque la muerte se lo llevó. 6 (7) Es como si estuviera en el barranco más oscuro. 7 (8) El golpe de tu furia ha caído sobre mí; es como una inmensa ola que me ha hecho naufragar. 8 (9) Por ti he perdido a mis amigos; me consideran repugnante. Es como si estuviera preso y no encontrara la salida. 9 (10) Es tan grande mi tristeza que se llenan de lágrimas mis ojos. Hacia ti, Dios mío, tiendo los brazos, y te llamo a todas horas. 10 (11) Si realizas un milagro, ¿te darán gracias los muertos? ¡Claro que no! 11 (12) Allá en el sepulcro, donde termina la vida, no hay quien hable de tu amor ni de tu fidelidad. 12 (13) Allá en las tinieblas, donde todo se olvida, nadie sabe de tus milagros ni de tus actos de justicia. 13-14 (14-15) Dios mío, todas las mañanas te busco en oración; ¡yo te ruego que me ayudes! ¿Por qué me rechazas? ¿Por qué me das la espalda? 15 (16) Desde que era joven he sufrido mucho; ¡he estado a punto de morir! Soy víctima de tus castigos, ¡y ya no puedo más! 16-17 (17-18) Sobre mí recayó tu enojo; me tienes derrotado; tus ataques me rodean a todas horas y me tienen cercado por completo, como las olas del mar. 18 (19) Por ti ya no tengo amigos; me he quedado sin familia. ¡Ya solo me queda esta terrible oscuridad!
SALMOS 88:1-18 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Señor, Dios de mi salvación, delante de ti clamo noche y día. Permite que mi oración llegue a tu presencia; ¡inclina tu oído a mi clamor! Las calamidades me abruman; ¡ya me encuentro al borde del sepulcro! ¡Hay quienes ya me dan por muerto, pues las fuerzas me abandonan! Me encuentro relegado entre los muertos; como los caídos en batalla que yacen sepultados, y de los cuales ya no te acuerdas, pues fueron arrebatados de tu mano. Me arrojaste en profunda fosa; ¡en el lugar de las tinieblas más profundas! Has descargado tu enojo sobre mí; ¡me has afligido con tus embates de ira! Has alejado de mí a mis conocidos; me has hecho repugnante a sus ojos. Me encuentro encerrado, y no puedo salir; la aflicción me nubla los ojos. A ti, Señor, clamo todos los días; ¡a ti extiendo mis manos! ¿Acaso manifiestas tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos a alabarte? ¿Acaso en el sepulcro se alaba tu misericordia? ¿Se proclama acaso tu verdad entre los muertos? ¿Hay en las tinieblas quien reconozca tus maravillas, o quien proclame tu justicia en la tierra del olvido? ¡Pues yo sí clamo a ti, Señor! ¡Por la mañana dirijo a ti mis oraciones! Señor, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Entre aflicciones, necesidades y temores, desde mi juventud he soportado terribles penas. Tu ira pesa sobre mí, y me abruma; tus terribles ataques me han vencido. Como un diluvio, a todas horas me rodean; ¡me tienen completamente cercado! Has alejado de mí a mis amigos y compañeros, ¡y las tinieblas son mi sola compañía!
SALMOS 88:1-18 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (2) Señor, mi Dios y Salvador, día y noche te pido ayuda, 2 (3) ¡acepta mi oración!, ¡atiende a mi plegaria! 3 (4) Tanto es el mal que ha caído sobre mí, que me encuentro al borde de la muerte; 4 (5) ¡ya me pueden contar entre los muertos, pues me he quedado sin fuerzas! 5 (6) Estoy abandonado entre difuntos; soy como los que han muerto en combate y ya han sido enterrados; como los que han perdido tu protección y ya han sido olvidados por ti. 6 (7) Me has echado en lo más hondo del hoyo, en lugares oscuros y profundos. 7 (8) Has descargado tu enojo sobre mí, ¡me has hundido bajo el peso de tus olas! 8 (9) Has hecho que mis amigos me abandonen; me has hecho insoportable para ellos. ¡Soy como un preso que no puede escapar! 9 (10) De tanto llorar me estoy quedando ciego. ¡Todos los días clamo a ti, Señor, y a ti levanto las manos! 10 (11) ¿Acaso harás milagros por los muertos? ¿Acaso podrán los muertos darte gracias? 11 (12) ¿Acaso se hablará de tu verdad y de tu amor en el sepulcro, en el reino de la muerte? 12 (13) En las sombras de la muerte, donde todo se olvida, ¿habrá quién reconozca tu rectitud y maravillas? 13 (14) Pero yo, Señor, a ti clamo; de mañana elevo a ti mi oración. 14 (15) ¿Por qué me desprecias, Señor? ¿Por qué te escondes de mí? 15 (16) Desde los días de mi juventud he estado afligido y al borde de la muerte; he soportado cosas terribles de tu parte, y ya no puedo más. 16 (17) Tu furor terrible ha pasado sobre mí, y me ha vencido; 17 (18) me rodea por completo a todas horas, como una inundación. 18 (19) Has alejado de mí amigos y compañeros, y ahora solo tengo amistad con las tinieblas.
SALMOS 88:1-18 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza, Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano. Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos. Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir. Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos. ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón? ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido? Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana mi oración se presentará delante de ti. ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Yo estoy afligido y menesteroso; Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso. Sobre mí han pasado tus iras, Y me oprimen tus terrores. Me han rodeado como aguas continuamente; A una me han cercado. Has alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas.
SALMOS 88:1-18 La Biblia de las Américas (LBLA)
Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, de día y de noche he clamado delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor. Porque saturada está mi alma de males, y mi vida se ha acercado al Seol. Soy contado entre los que descienden a la fosa; he llegado a ser como hombre sin fuerza, abandonado entre los muertos; como los caídos a espada que yacen en el sepulcro, de quienes ya no te acuerdas, y que han sido arrancados de tu mano. Me has puesto en la fosa más profunda, en lugares tenebrosos, en las profundidades. Ha reposado sobre mí tu furor, y me has afligido con todas tus olas. (Selah ) ¶Has alejado de mí mis amistades, me has hecho objeto de repugnancia para ellos; encerrado estoy y no puedo salir. Han languidecido mis ojos a causa de la aflicción; oh SEÑOR, cada día te he invocado, he extendido mis manos hacia ti. ¶¿Harás maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos y te alabarán? (Selah) ¿Se hablará de tu misericordia en el sepulcro, y de tu fidelidad en el Abadón? ¿Se darán a conocer tus maravillas en las tinieblas, y tu justicia en la tierra del olvido? ¶Mas yo, a ti pido auxilio, SEÑOR, y mi oración llega ante ti por la mañana. ¿Por qué, SEÑOR, rechazas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? He estado afligido y a punto de morir desde mi juventud; sufro tus terrores, estoy abatido. Sobre mí ha pasado tu ardiente ira; tus terrores me han destruido. Me han rodeado como aguas todo el día; a una me han cercado. Has alejado de mí al compañero y al amigo; mis amistades son las tinieblas.
SALMOS 88:1-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, a ti clamo de día. A ti vengo de noche. Oye ahora mi oración; escucha mi clamor. Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca. Estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. Me han dejado entre los muertos, y estoy tendido como un cadáver en la tumba. Soy olvidado, estoy separado de tu cuidado. Me arrojaste a la fosa más honda, a las profundidades más oscuras. Tu ira me oprime; con una ola tras otra me has cercado. Interludio Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar. Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh SEÑOR; levanto a ti mis manos para pedir misericordia. ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba? ¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción? ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas? ¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia? Oh SEÑOR, a ti clamo; seguiré rogando día tras día. Oh SEÑOR, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué escondes tu rostro de mí? Desde mi juventud, estoy enfermo y al borde de la muerte. Me encuentro indefenso y desesperado ante tus terrores. Tu ira feroz me ha abrumado; tus terrores me paralizaron. Todo el día se arremolinan como las aguas de una inundación y me han cercado por completo. Me has quitado a mis compañeros y a mis seres queridos; la oscuridad es mi mejor amiga.