Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Salmos 71:3-21

Salmos 71:3-21 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Sé tú mi roca de refugio adonde pueda yo siempre acudir; da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Líbrame, Dios mío, de manos de los malvados, del poder de los perversos y crueles. Tú, Soberano SEÑOR, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud. Desde el vientre de mi madre dependo de ti; desde el seno materno me has sostenido. ¡Por siempre te alabaré! Para muchos, soy motivo de asombro, pero tú eres mi refugio inconmovible. Mi boca rebosa de tu alabanza y todo el día proclama tu grandeza. No me rechaces cuando llegue a viejo; no me abandones cuando me falten las fuerzas. Porque mis enemigos murmuran contra mí; los que me acechan se confabulan. Y dicen: «¡Dios lo ha abandonado! ¡Persíganlo y aprésenlo, pues no hay quien lo libere!». Dios mío, no te alejes de mí; Dios mío, ven pronto a socorrerme. Que perezcan humillados mis acusadores; que se cubran de deshonra y de vergüenza los que buscan mi ruina. Pero yo siempre tendré esperanza y más y más te alabaré. Todo el día proclamará mi boca tu justicia y tu salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar. Mi SEÑOR y Dios, relataré tus obras poderosas y haré memoria de tu justicia, de tu justicia solamente. Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud y aún hoy anuncio todos tus prodigios. Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido. Oh Dios, tú has hecho grandes cosas; tu justicia llega a las alturas. ¿Quién como tú, oh Dios? Me has hecho pasar por muchas angustias y males, pero volverás a darme vida; de las profundidades de la tierra volverás a levantarme. Acrecentarás mi honor y volverás a consolarme.

Compartir
Lee Salmos 71

Salmos 71:3-21 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Dios mío, líbrame de la mano del impío, De la mano del perverso y violento. Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud. En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza. Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte. Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día. No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares. Porque mis enemigos hablan de mí, Y los que acechan mi alma consultaron juntamente, Diciendo: Dios lo ha desamparado; Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre. Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro. Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan. Mas yo esperaré siempre, Y te alabaré más y más. Mi boca publicará tu justicia Y tus hechos de salvación todo el día, Aunque no sé su número. Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola. Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, Y hasta ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a todos los que han de venir, Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú? Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza, Y volverás a consolarme.

Compartir
Lee Salmos 71

Salmos 71:3-21 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

¡Protégeme como una roca donde siempre pueda refugiarme! Da la orden, y quedaré a salvo, pues tú eres esa roca; ¡tú eres mi fortaleza! Dios mío, tú eres mi esperanza; no permitas que yo caiga en poder de gente malvada y violenta. Desde que era joven puse mi confianza en ti; desde antes de nacer ya dependía de ti. ¡Fuiste tú quien me hizo nacer! ¡Por eso te alabaré siempre! Muchos se asombran al verme, pero tú eres para mí un refugio seguro. A todas horas te alabo; todo el día anuncio tu grandeza. No me desprecies cuando llegue yo a viejo; no me abandones cuando ya no tenga fuerzas. Mis enemigos hablan mal de mí; me vigilan y piensan hacerme daño. Hasta ordenan a su gente que me persigan y me atrapen. Creen que me abandonaste, y que nadie podrá salvarme. Dios mío, ¡no me dejes solo! ¡Ven pronto en mi ayuda! Pon en vergüenza a los que me acusan; ¡pon en completo ridículo a los que buscan mi mal, y acaba con ellos! Yo, por mi parte, siempre confiaré en ti y te alabaré más todavía. Aunque no alcanzo a entenderlo, a todas horas diré que eres un Dios que salva con grandes actos de justicia. Dios mío, ahora voy a recordar tus hechos poderosos, y hablaré de la justicia que solo tú puedes hacer. Desde que yo era joven tú has sido mi maestro, y hasta ahora sigo hablando de las maravillas que has hecho. Dios mío, aunque estoy lleno de canas, no me abandones; todavía quiero decirles a los que aún no han nacido que tú eres un Dios poderoso. Eres incomparable, pues has hecho grandes cosas; tu justicia llega hasta el cielo. Tú me hiciste pasar por muchos aprietos y problemas, pero volverás a darme vida: ¡de lo profundo de la tumba volverás a levantarme! Me darás mayor poder, y volverás a consolarme.

Compartir
Lee Salmos 71

Salmos 71:3-21 Reina Valera Contemporánea (RVC)

¡Sé para mí una roca de refugio, en donde siempre pueda resguardarme! Solo tú puedes decretar mi salvación, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Dios mío, líbrame del poder de los impíos, del poder de los perversos y violentos. Tú, Señor mi Dios, eres mi esperanza; tú me has dado seguridad desde mi juventud. Desde el vientre de mi madre me has sostenido; ¡tú me sacaste de las entrañas de mi madre, y para ti será siempre mi alabanza! Muchos se sorprenden al verme, porque tú eres para mí un sólido refugio. Mis labios rebosan con tu alabanza, y proclaman tu gloria todo el día. No me deseches cuando llegue a la vejez; no me desampares cuando mis fuerzas se acaben. Mis enemigos hablan siempre mal de mí; se junta el grupo de los que quieren matarme, y dicen: «Dios lo ha desamparado. ¡Persíganlo y atrápenlo, pues no tiene quien lo libre!» Dios mío, ¡no te alejes de mí! Dios mío, ¡ven pronto a salvarme! ¡Que perezcan y sean avergonzados mis adversarios! ¡Que queden confundidos y avergonzados los que buscan mi mal! Pero yo siempre confiaré en ti, y más y más te alabaré. Todo el día mi boca proclamará tu justicia, y tus hechos de salvación, aun cuando no puedo enumerarlos. Hablaré, Señor y Dios, de tus hechos poderosos; y solo haré memoria de tu justicia. Tú, mi Dios, me has enseñado desde mi juventud, y aún ahora sigo hablando de tus maravillas. No me desampares, Dios mío, aunque llegue a estar viejo y canoso, hasta que haya anunciado tu gran poder a las generaciones que habrán de venir. Tu justicia, oh Dios, llega a las alturas. Tú, oh Dios, has hecho grandes cosas. ¿Quién puede compararse a ti? Me has hecho ver muchas angustias y males, pero volverás a darme vida; volverás a levantarme de los abismos de la tierra, aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme.

Compartir
Lee Salmos 71

Salmos 71:3-21 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Sé tú mi roca protectora, ¡sé tú mi castillo de refugio y salvación! ¡Tú eres mi roca y mi castillo! Dios mío, líbrame de las manos del malvado, de las manos del criminal y del violento, pues tú, Señor, desde mi juventud eres mi esperanza y mi seguridad. Aún estaba yo en el vientre de mi madre y ya me apoyaba en ti. ¡Tú me hiciste nacer! ¡Yo te alabaré siempre! He sido motivo de asombro para muchos, pero tú eres mi refugio. Todo el día están llenos mis labios de alabanzas a tu gloria; no me desprecies cuando ya sea viejo; no me abandones cuando ya no tenga fuerzas. Mis enemigos, los que quieren matarme, se han aliado y hacen planes contra mí. Dicen: «¡Persíganlo y agárrenlo, pues Dios lo ha abandonado y nadie puede salvarlo!» No te alejes de mí, Dios mío; ¡ven pronto a ayudarme! ¡Que sean avergonzados y destruidos los enemigos de mi vida! ¡Que sean puestos en ridículo los que quieren mi desgracia! Pero yo esperaré en todo momento, y más y más te alabaré; todo el día anunciaré con mis labios que tú nos has salvado y nos has hecho justicia. ¡Esto es algo que no alcanzo a comprender! Contaré las grandes cosas que tú, Señor, has hecho; ¡proclamaré que solo tú eres justo! Dios mío, tú me has enseñado desde mi juventud, y aún sigo anunciando tus grandes obras. Dios mío, no me abandones aun cuando ya esté yo viejo y canoso, pues aún tengo que hablar de tu gran poder a esta generación y a las futuras. Tu justicia, oh Dios, llega hasta el cielo; tú has hecho grandes cosas; ¡no hay nadie como tú! Aunque me has hecho ver muchas desgracias y aflicciones, me harás vivir de nuevo; me levantarás de lo profundo de la tierra, aumentarás mi grandeza y volverás a consolarme.

Compartir
Lee Salmos 71

Salmos 71:3-21 La Biblia de las Américas (LBLA)

Sé para mí una roca de refugio, a la cual pueda ir continuamente; tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Dios mío, rescátame de la mano del impío, de la mano del malhechor y del implacable, porque tú eres mi esperanza; oh Señor DIOS, tú eres mi confianza desde mi juventud. De ti he recibido apoyo desde mi nacimiento; tú eres el que me sacó del seno de mi madre; para ti es continuamente mi alabanza. He llegado a ser el asombro de muchos, porque tú eres mi refugio fuerte. Llena está mi boca de tu alabanza y de tu gloria todo el día. No me rechaces en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando me falten las fuerzas. Porque mis enemigos han hablado de mí; y los que acechan mi vida han consultado entre sí, diciendo: Dios lo ha desamparado; perseguidlo y apresadlo, pues no hay quien lo libre. Oh Dios, no estés lejos de mí; Dios mío, apresúrate a socorrerme. Sean avergonzados y consumidos los enemigos de mi alma; sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal. Mas yo esperaré continuamente, y aún te alabaré más y más. Todo el día contará mi boca de tu justicia y de tu salvación, porque son innumerables. Vendré con los hechos poderosos de DIOS el Señor; haré mención de tu justicia, de la tuya sola. Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud, y hasta ahora he anunciado tus maravillas. Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a esta generación, tu poderío a todos los que han de venir. Porque tu justicia, oh Dios, alcanza hasta los cielos, tú que has hecho grandes cosas; oh Dios, ¿quién como tú? Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones, me volverás a dar vida, y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra. Aumenta tú mi grandeza, y vuelve a consolarme.

Compartir
Lee Salmos 71

Salmos 71:3-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Sé tú mi roca de seguridad, donde siempre pueda esconderme. Da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Dios mío, rescátame del poder de los perversos, de las garras de los crueles opresores. Oh Señor, solo tú eres mi esperanza; en ti he confiado, oh SEÑOR, desde mi niñez. Así es, estás conmigo desde mi nacimiento; me has cuidado desde el vientre de mi madre. ¡Con razón siempre te alabo! Mi vida es un ejemplo para muchos, porque tú has sido mi fuerza y protección. Por eso nunca puedo dejar de alabarte; todo el día declaro tu gloria. Y ahora, en mi vejez, no me hagas a un lado; no me abandones cuando me faltan las fuerzas. Pues mis enemigos murmuran contra mí y juntos confabulan matarme. Dicen: «Dios lo ha abandonado. Vayamos y agarrémoslo, porque ahora nadie lo ayudará». Oh Dios, no te quedes lejos; Dios mío, por favor, apresúrate a ayudarme. Trae deshonra y destrucción a los que me acusan; humilla y avergüenza a los que quieren hacerme daño. Seguiré con la esperanza de tu ayuda; te alabaré más y más. A todos les hablaré de tu justicia; todo el día proclamaré tu poder salvador, aunque no tengo facilidad de palabras. Alabaré tus obras poderosas, oh SEÑOR Soberano, y les contaré a todos que solo tú eres justo. Oh Dios, tú me has enseñado desde mi tierna infancia, y yo siempre les cuento a los demás acerca de tus hechos maravillosos. Ahora que estoy viejo y canoso, no me abandones, oh Dios. Permíteme proclamar tu poder a esta nueva generación, tus milagros poderosos a todos los que vienen después de mí. Tu justicia, oh Dios, alcanza los cielos más altos; ¡has hecho cosas tan maravillosas! ¿Quién se compara contigo, oh Dios? Has permitido que sufra muchas privaciones, pero volverás a darme vida y me levantarás de las profundidades de la tierra. Me restaurarás incluso a mayor honor y me consolarás una vez más.

Compartir
Lee Salmos 71

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad