SALMOS 48:1-8
SALMOS 48:1-8 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1-2 (2-3) Poderoso es nuestro Dios y merece nuestra alabanza. En el templo del monte Sión habita nuestro Dios y Rey. ¡Allí la tierra se alegra! ¡Allí la tierra lo adora! 3 (4) Dios protege nuestra ciudad; por él vivimos confiados. 4 (5) Algunos reyes se unieron para atacar la ciudad, 5 (6) pero cuando la vieron ya no supieron qué hacer; se asustaron por completo y se echaron a correr. 6 (7) Tú los llenaste de miedo. Como heridos de muerte, se retorcían de dolor. 7 (8) Tú los llenaste de miedo, parecían marineros en violenta tempestad. 8 (9) Eso ya lo sabíamos; en la ciudad de nuestro Dios lo hemos confirmado: el Dios del universo, hará que esta ciudad permanezca para siempre.
SALMOS 48:1-8 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Grande es el SEÑOR y digno de suprema alabanza; en la ciudad de nuestro Dios está su monte santo. Hermosa colina, es el gozo de toda la tierra. El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del gran Rey. En las fortificaciones de Sión Dios se ha dado a conocer como refugio seguro. Hubo reyes que unieron sus fuerzas y que juntos avanzaron contra la ciudad; pero al verla quedaron pasmados y asustados se dieron a la fuga. Allí el miedo se apoderó de ellos y un dolor de parturienta les sobrevino. ¡Con un viento del este destruiste las naves de Tarsis! Tal como lo habíamos oído, ahora lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los Ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: ¡Él la hará permanecer para siempre! Selah
SALMOS 48:1-8 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1-2 (2-3) Poderoso es nuestro Dios y merece nuestra alabanza. En el templo del monte Sión habita nuestro Dios y Rey. ¡Allí la tierra se alegra! ¡Allí la tierra lo adora! 3 (4) Dios protege nuestra ciudad; por él vivimos confiados. 4 (5) Algunos reyes se unieron para atacar la ciudad, 5 (6) pero cuando la vieron ya no supieron qué hacer; se asustaron por completo y se echaron a correr. 6 (7) Tú los llenaste de miedo. Como heridos de muerte, se retorcían de dolor. 7 (8) Tú los llenaste de miedo, parecían marineros en violenta tempestad. 8 (9) Eso ya lo sabíamos; en la ciudad de nuestro Dios lo hemos confirmado: el Dios del universo, hará que esta ciudad permanezca para siempre.
SALMOS 48:1-8 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¡Grande es el Señor, nuestro Dios! ¡Digno es de grandes alabanzas en su ciudad, en su santo monte! Hermosa colina es el monte Sión, situada al norte de la ciudad del gran Rey; ¡es motivo de gozo en toda la tierra! Dentro de sus fortificaciones Dios es reconocido como un refugio seguro. Los reyes de la tierra se reunieron y juntos avanzaron contra la ciudad, pero al verla quedaron perplejos, y desconcertados, huyeron presurosos. Allí mismo les sobrevino gran temblor; ¡se retorcían de dolor, como parturientas! ¡Y es que tú, con el viento solano, destrozaste las naves de Tarsis! Lo que antes oímos, ahora lo hemos visto en la ciudad de nuestro Dios, en la ciudad del Señor de los ejércitos: ¡Dios afirmará su ciudad para siempre!
SALMOS 48:1-8 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (2) ¡El Señor es grande! ¡Nuestro Dios es digno de alabanza en su ciudad y en su santo monte! 2 (3) ¡Qué hermosa altura la del monte Sión, allá, en el extremo norte! ¡Es la alegría de toda la tierra! ¡Es la ciudad del gran Rey! 3 (4) Dios está en los palacios de Jerusalén; Dios se ha dado a conocer como un refugio seguro. 4 (5) Pues los reyes se reunieron y juntos avanzaron contra ella; 5 (6) pero al ver la ciudad se sorprendieron, se inquietaron y huyeron. 6 (7) El miedo se adueñó de ellos: se retorcían de dolor, como mujer de parto; 7 (8) como el viento del este, que destroza los barcos de Tarsis. 8 (9) En la ciudad de nuestro Dios, el Señor todopoderoso, hemos visto con nuestros ojos lo mismo que nos habían contado: ¡Dios afirmará para siempre a Jerusalén!
SALMOS 48:1-8 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo. Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, Es el monte de Sion, a los lados del norte, La ciudad del gran Rey. En sus palacios Dios es conocido por refugio. Porque he aquí los reyes de la tierra se reunieron; Pasaron todos. Y viéndola ellos así, se maravillaron, Se turbaron, se apresuraron a huir. Les tomó allí temblor; Dolor como de mujer que da a luz. Con viento solano Quiebras tú las naves de Tarsis. Como lo oímos, así lo hemos visto En la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; La afirmará Dios para siempre. Selah
SALMOS 48:1-8 La Biblia de las Américas (LBLA)
Grande es el SEÑOR, y muy digno de ser alabado en la ciudad de nuestro Dios, su santo monte. Hermoso en su elevación, el gozo de toda la tierra es el monte Sión, en el extremo norte, la ciudad del gran Rey. Dios en sus palacios se dio a conocer como baluarte. ¶Pues, he aquí, los reyes se reunieron; pasaron juntos. Ellos la vieron y quedaron pasmados; se aterrorizaron y huyeron alarmados. Allí se apoderó de ellos un temblor; dolor como el de mujer que está de parto. Con el viento solano tú destrozas las naves de Tarsis. Como lo hemos oído, así lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; Dios la afirmará para siempre. (Selah )
SALMOS 48:1-8 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¡Qué grande es el SEÑOR, cuán digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, situada sobre su monte santo! Es alto y magnífico; ¡toda la tierra se alegra al verlo! ¡El monte Sion, el monte santo, es la ciudad del gran Rey! Dios mismo está en las torres de Jerusalén dándose a conocer como su defensor. Los reyes de la tierra unieron sus fuerzas y avanzaron contra la ciudad. Pero al verla, se quedaron pasmados; se llenaron de miedo y huyeron. El terror se apoderó de ellos y se retorcieron de dolor como una mujer en parto. Los destruiste como a los poderosos barcos de Tarsis que fueron despedazados por un potente viento del oriente. Habíamos oído de la gloria de la ciudad, pero ahora la hemos visto en persona, la ciudad del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. Es la ciudad de nuestro Dios; él hará que sea segura para siempre. Interludio