Salmos 16:8-10
Salmos 16:8-10 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Siempre tengo presente al SEÑOR; con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso mi corazón se alegra y se regocijan mis entrañas; mi cuerpo también vivirá confiado. No me abandonarás en los dominios de la muerte; no permitirás que sufra corrupción tu siervo fiel.
Salmos 16:8-10 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Yo siempre te tengo presente; si tú estás a mi lado, nada me hará caer. Por eso estoy muy contento, por eso me siento feliz, por eso vivo confiado. ¡Tú no me dejarás morir ni me abandonarás en el sepulcro, pues soy tu fiel servidor!
Salmos 16:8-10 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Todo el tiempo pienso en ti, Señor; contigo a mi derecha, jamás caeré. Gran regocijo hay en mi corazón y en mi alma; todo mi ser siente una gran confianza, porque no me abandonarás en el sepulcro, ¡no dejarás que sufra corrupción quien te es fiel!
Salmos 16:8-10 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso, dentro de mí, mi corazón está lleno de alegría. Todo mi ser vivirá confiadamente, pues no me dejarás en el sepulcro, ¡no abandonarás en la fosa a tu amigo fiel!
Salmos 16:8-10 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente; Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
Salmos 16:8-10 La Biblia de las Américas (LBLA)
Al SEÑOR he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme. Por tanto, mi corazón se alegra y mi alma se regocija; también mi carne morará segura, pues tú no abandonarás mi alma en el Seol, ni permitirás a tu Santo ver corrupción.
Salmos 16:8-10 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Sé que el SEÑOR siempre está conmigo. No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado. Con razón mi corazón está contento y yo me alegro; mi cuerpo descansa seguro. Pues tú no dejarás mi alma entre los muertos ni permitirás que tu santo se pudra en la tumba.