Proverbios 29:2-4
Proverbios 29:2-4 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Cuando la gente buena prospera, el pueblo se pone alegre; cuando gobiernan los malvados, el pueblo se pone triste. El que ama la sabiduría trae alegría a su padre; el que anda con prostitutas malgasta todo lo que tiene. El rey que hace justicia da seguridad al país; el que solo cobra impuestos lleva el país a la ruina.
Proverbios 29:2-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Cuando los justos prosperan, el pueblo se alegra; cuando los impíos gobiernan, el pueblo gime. El que ama la sabiduría alegra a su padre; el que frecuenta rameras pierde su fortuna. Con justicia el rey da estabilidad al país; cuando lo abruma con tributos, lo destruye.
Proverbios 29:2-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Cuando los justos triunfan, el pueblo se alegra; cuando gobierna el impío, el pueblo gime. El que ama la sabiduría alegra a su padre; el que frecuenta rameras dilapida sus bienes. Con justicia, el rey afirma la tierra; la destruye el que impone tributos.
Proverbios 29:2-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Cuando predominan los justos, la gente se alegra; cuando los malvados gobiernan, la gente sufre. El hijo sabio hace feliz a su padre; el que anda con prostitutas derrocha el dinero. El rey que hace justicia, afirma a su país; el que solo exige impuestos, lo arruina.
Proverbios 29:2-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo gime. El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre; Mas el que frecuenta rameras perderá los bienes. El rey con el juicio afirma la tierra; Mas el que exige presentes la destruye.
Proverbios 29:2-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
Cuando los justos aumentan, el pueblo se alegra; pero cuando el impío gobierna, el pueblo gime. Él que ama la sabiduría alegra a su padre, pero el que anda con rameras malgasta su fortuna. El rey con la justicia afianza la tierra, pero el hombre que acepta soborno la destruye.
Proverbios 29:2-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime. El hombre que ama la sabiduría hace feliz a su padre, pero si anda con prostitutas, desperdicia su fortuna. El rey que hace justicia da estabilidad a su nación, pero uno que exige sobornos la destruye.