Job 15:20-35
Job 15:20-35 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El impío se ve atormentado toda la vida; el violento tiene sus años contados. Sus oídos perciben sonidos espantosos; cuando está en paz, los salteadores lo atacan. No espera escapar de las tinieblas; condenado está a morir a filo de espada. Vaga sin rumbo; es comida de los buitres; sabe que el día de las tinieblas le ha llegado. La desgracia y la angustia lo llenan de terror; lo abruman como si un rey fuera a atacarlo y todo por levantar el puño contra Dios y atreverse a desafiar al Todopoderoso. Contra Dios se lanzó desafiante, blandiendo grueso y resistente escudo. »Aunque su rostro esté hinchado de grasa y le sobre carne en la cintura, habitará en lugares desolados, en casas deshabitadas, en casas a punto de derrumbarse. Dejará de ser rico; no durarán sus riquezas ni se extenderán sus posesiones en la tierra. No podrá escapar de las tinieblas; una llama de fuego marchitará sus renuevos y el aliento de Dios lo arrebatará. Que no se engañe ni confíe en cosas vanas, porque nada obtendrá a cambio de ellas. Antes de que muera recibirá su merecido y sus ramas no reverdecerán. Quedará como vid que pierde sus uvas agrias, como olivo que no llega a florecer. La compañía de los impíos no es de provecho; ¡las moradas de los que aman el soborno serán consumidas por el fuego! Conciben iniquidad y dan a luz maldad; en su vientre se genera el engaño».
Job 15:20-35 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Pero el miedo y el sufrimiento son el premio de los malvados. Siempre escuchan ruidos extraños, y cuando se encuentran en paz no faltan ladrones que los ataquen. Los malvados no tienen esperanza; saben que no escaparán de la muerte, y que acabarán devorados por los buitres. Por eso sufren y tienen miedo como si un rey los atacara; saben que les viene la desgracia, pues se atrevieron a desafiar al Dios todopoderoso. »La gordura se les nota en la cara y en la cintura, pero acabarán perdiendo sus terrenos y riquezas, y al final vivirán en chozas a punto de derrumbarse. No podrán escapar de la muerte, sino que serán como un árbol consumido por el fuego; ¡de un soplo, Dios los destruirá! »Los malvados no debieran engañarse ni confiar en ilusiones, porque de ellas nada sacarán. Morirán antes de tiempo. Se quedarán como los viñedos cuando se les caen las uvas, y como los árboles de olivo cuando no llegan a florecer. Los malvados dejarán de existir; los que se hacen ricos con engaños verán sus casas destruidas por el fuego».
Job 15:20-35 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El violento vive lleno de tormentos y dolor, sin que sepa ese malvado cuánto tiempo vivirá. En sus oídos resuenan ruidos espantosos; cuando goza de paz, viene el ladrón y lo asalta. Sin esperanza, se hunde en las tinieblas, y solo espera el puñal que le quitará la vida. Hambriento vaga, preguntando dónde hay pan, sabiendo que la muerte muy pronto llegará. Vive abrumado y en angustia constante, como un rey al que están por atacar. Esto le sucede por rebelarse contra Dios, por desafiar osadamente al Todopoderoso. Se lanzó contra Dios en abierto desafío, con la sola protección de un pesado escudo. Su cara es una bola de grasa; su cintura está sobrada de carnes; habita en ciudades desoladas, en casas que nadie puede habitar porque han quedado en ruinas. Sus riquezas pronto se acabarán, y no podrá extender sus posesiones. Nada lo librará de caer en la tumba; Será como rama consumida por el fuego, ¡como flores arrancadas por el viento! »Que no confíe ingenuamente en el engaño, porque acabará siendo engañado. La muerte le llegará antes de tiempo, mucho antes de llegar a tener descendientes. Será como una viña sin racimos de uvas, ¡como un olivo que no llega a florecer! Los malvados desaparecerán de la tierra; la casa del que soborna será pasto de las llamas, pues concibe hacer el mal y da a luz iniquidad; ¡en sus entrañas se gesta el engaño!»
Job 15:20-35 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
La vida del hombre malvado y violento es corta y llena de tormentos. Oye ruidos que lo asustan; cuando más seguro está, lo asaltan los ladrones. No tiene esperanza de escapar de la oscuridad: ¡un puñal está en espera de matarlo! Su cadáver servirá de alimento a los buitres; él sabe que su ruina es inevitable. La oscuridad lo llenará de terror, y lo asaltarán la angustia y la desgracia, como cuando un rey ataca en la batalla. Esto le pasa al que levanta su mano contra Dios, al que se atreve a desafiar al Todopoderoso, al que, protegido con un escudo, se lanza en forma insolente contra Dios. Llenos de grasa tiene la cara y los costados. Las ciudades donde viva quedarán en ruinas; las casas quedarán abandonadas y convertidas en un montón de escombros. No será rico por mucho tiempo, ni se extenderán sus posesiones en la tierra. No podrá escapar de las tinieblas. Será como una planta cuyos retoños quema el fuego o cuyas flores arranca el viento. Que no confíe tontamente en el engaño, pues no logrará más que ser engañado. Antes de tiempo se marchitarán sus ramas y no volverán a reverdecer. Será como una vid cuyas uvas no maduran, como un olivo cuyas flores se caen. Los impíos no tendrán descendencia, y sus casas, enriquecidas con soborno, arderán en el fuego. Están preñados de maldad y dan a luz desdicha; el fruto que producen es el engaño.
Job 15:20-35 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Todos sus días, el impío es atormentado de dolor, Y el número de sus años está escondido para el violento. Estruendos espantosos hay en sus oídos; En la prosperidad el asolador vendrá sobre él. Él no cree que volverá de las tinieblas, Y descubierto está para la espada. Vaga alrededor tras el pan, diciendo: ¿En dónde está? Sabe que le está preparado día de tinieblas. Tribulación y angustia le turbarán, Y se esforzarán contra él como un rey dispuesto para la batalla, Por cuanto él extendió su mano contra Dios, Y se portó con soberbia contra el Todopoderoso. Corrió contra él con cuello erguido, Con la espesa barrera de sus escudos. Porque la gordura cubrió su rostro, E hizo pliegues sobre sus ijares; Y habitó las ciudades asoladas, Las casas inhabitadas, Que estaban en ruinas. No prosperará, ni durarán sus riquezas, Ni extenderá por la tierra su hermosura. No escapará de las tinieblas; La llama secará sus ramas, Y con el aliento de su boca perecerá. No confíe el iluso en la vanidad, Porque ella será su recompensa. Él será cortado antes de su tiempo, Y sus renuevos no reverdecerán. Perderá su agraz como la vid, Y derramará su flor como el olivo. Porque la congregación de los impíos será asolada, Y fuego consumirá las tiendas de soborno. Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad, Y en sus entrañas traman engaño.
Job 15:20-35 La Biblia de las Américas (LBLA)
Todos sus días el impío se retuerce de dolor, y contados están los años reservados para el tirano. Ruidos de espanto hay en sus oídos, mientras está en paz, el destructor viene sobre él. Él no cree que volverá de las tinieblas, y que está destinado para la espada. Vaga en busca de pan, diciendo: «¿Dónde está?». Sabe que es inminente el día de las tinieblas. La ansiedad y la angustia lo aterran, lo dominan como rey dispuesto para el ataque; porque él ha extendido su mano contra Dios, y se porta con soberbia contra el Todopoderoso. Corre contra Él con cuello erguido, con su escudo macizo; porque ha cubierto su rostro de grosura, se le han hecho pliegues de grasa sobre sus lomos, y ha vivido en ciudades desoladas, en casas inhabitables, destinadas a convertirse en ruinas. No se enriquecerá, ni sus bienes perdurarán, ni su espiga se inclinará a tierra. No escapará de las tinieblas, secará la llama sus renuevos, y por el soplo de su boca desaparecerá. Que no confíe en la vanidad, engañándose a sí mismo, pues vanidad será su recompensa. Antes de su tiempo se cumplirá, y la hoja de su palmera no reverdecerá. Dejará caer su agraz como la vid, y como el olivo arrojará su flor. Porque estéril es la compañía de los impíos, y el fuego consume las tiendas del corrupto. Conciben malicia, dan a luz iniquidad, y en su mente traman engaño.
Job 15:20-35 Nueva Traducción Viviente (NTV)
»Los malos se retuercen de dolor toda su vida. Para los despiadados están reservados años de desgracia. En sus oídos resuena el sonido del terror, y aun en los días buenos temen el ataque del destructor. No se atreven a salir en la oscuridad por miedo a ser asesinados. Deambulan diciendo: “¿Dónde podré encontrar pan?”. Saben que se acerca el día de su destrucción. Ese día oscuro los llena de terror. Viven en aflicción y angustia como un rey que se prepara para la batalla. Pues amenazan a Dios con el puño, desafiando al Todopoderoso. Con sus fuertes escudos en alto, avanzan insolentes contra él. »Esos malvados están gordos y son prósperos; su cintura se hincha de grasa, pero sus ciudades quedarán en ruinas. Vivirán en casas abandonadas a punto de derrumbarse. No durarán sus riquezas ni sus bienes permanecerán. Sus posesiones ya no se extenderán hasta el horizonte. »No escaparán de las tinieblas. El sol abrasador secará sus retoños y el aliento de Dios los destruirá. Que no se engañen más confiando en riquezas huecas, porque su única recompensa será el vacío. Serán cortados en la flor de la vida; sus ramas no reverdecerán jamás. Serán como una vid cuyas uvas se recogen demasiado temprano, como un olivo que pierde sus flores antes de que se forme el fruto. Pues los que viven sin Dios son estériles. Sus casas, enriquecidas mediante el soborno, se quemarán. Conciben desgracia y dan a luz maldad; su vientre produce engaño».