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JOB 14:1-17

JOB 14:1-17 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

»Pocos son los días y muchos los problemas, que vive el hombre nacido de mujer. Es como las flores que brotan y se marchitan; es como efímera sombra que se esfuma. ¿Y en alguien así has puesto los ojos? ¿Con alguien como yo entrarás en juicio? ¿Quién de la inmundicia puede sacar pureza? ¡No hay nadie que pueda hacerlo! Los días del hombre ya están determinados; tú has establecido los meses de su vida; le has puesto límites que no puede rebasar. Aparta de él la mirada y déjalo en paz; como al jornalero, déjalo disfrutar de su trabajo. »Si se derriba un árbol, queda al menos la esperanza de que retoñe y de que no se marchiten sus renuevos. Tal vez sus raíces envejezcan en la tierra y su tronco muera en su terreno, pero al sentir el agua, florecerá; echará ramas como árbol recién plantado. El hombre, en cambio, muere y pierde su fuerza; exhala el último suspiro y deja de existir. Como del mar se evapora el agua y los ríos se agotan y se secan, así los mortales, cuando se acuestan, no se vuelven a levantar. Mientras exista el cielo, no se levantarán los mortales ni se despertarán de su sueño. »¡Si al menos me ocultaras en el sepulcro y me escondieras hasta que pase tu enojo! ¡Si al menos me pusieras un plazo allí y luego me recordaras! Pero si alguien muere, ¿acaso volverá a vivir? Cada día de mi servicio obligatorio esperaré que llegue mi relevo. Tú me llamarás, y yo te responderé; desearás ver la obra de tus manos. Desearás también contar mis pasos, pero no tomarás en cuenta mi pecado. En saco sellado guardarás mis transgresiones y perdonarás del todo mi pecado.

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JOB 14:1-17 Reina Valera Contemporánea (RVC)

»Todos los que nacemos de una mujer vivimos muy poco y sufrimos demasiado. Somos como las flores: al cortarlas se marchitan; somos como sombras: efímeras y pasajeras. ¿Y sobre alguien así pones los ojos? ¿Y con alguien así entras en juicio? ¿Acaso la impureza puede purificarse? ¡Eso es algo que nadie puede lograr! Los días del hombre ya están contados; tú has decidido ya cuántos meses vivirá; su vida tiene un límite que no puede traspasar. ¡Deja de mirarlo! ¡Déjalo tranquilo! ¡Deja que goce de la vida antes de morir! »Al árbol cortado, le quedan raíces; y vuelve a retoñar, y no le faltan renuevos. Tal vez con el paso del tiempo envejezca su raíz, y su tronco llegue a morir en el polvo, pero al sentir el agua, cobra vida, y crece y echa nuevo follaje. Pero si el hombre muere, termina su vida; si el hombre perece, ¿a dónde va a parar? ¡Se evapora, como el agua del mar! ¡Desaparece, como el agua de un río seco! El hombre muere y no vuelve a levantarse; ¡mientras el cielo exista, no se levantará de su sueño! »Quisiera que me escondieras en el sepulcro, que me ocultaras mientras se aplaca tu enojo, que te fijaras un plazo para acordarte de mí. Cuando el hombre muere, ¿acaso vuelve a vivir? Mientras tenga que cumplir mi servicio obligatorio, esperaré con paciencia a que llegue mi relevo. Cuando tú me llames, yo te responderé; y te deleitarás en la obra de tus manos. Dejarás entonces de vigilar todos mis pasos, y dejarás también de contar todos mis pecados, echarás en un saco y guardarás todas mis locuras, y cubrirás por completo mis injusticias.

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JOB 14:1-17 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

El hombre, nacido de mujer, tiene una vida corta y llena de zozobras. Es como una flor que se abre y luego se marchita; pasa y desaparece como una sombra. ¿Y en este hombre has puesto los ojos, y contra él quieres entablar un juicio? No hay nadie que pueda sacar pureza de la impureza. Si tú eres quien determina cuánto ha de vivir el hombre, y le pones un límite que no puede pasar, aparta de él tus ojos y déjalo en paz; ¡déjalo disfrutar de su vida de asalariado! Cuando se corta un árbol, queda aún la esperanza de que retoñe y de que jamás le falten renuevos. Aunque ya esté vieja la raíz y el tronco se esté pudriendo en el suelo, al sentir la frescura del agua, reverdecerá; echará ramas como una planta tierna. En cambio, el hombre muere sin remedio; y al morir, ¿a dónde va? El agua del mar podrá evaporarse, y los ríos quedarse secos; pero mientras el cielo exista, el hombre no se levantará de su tumba, no despertará de su sueño. ¡Ojalá me escondieras en el reino de la muerte mientras pasa tu ira, y fijaras un plazo para acordarte de mí! Si un hombre muere, ¿volverá a vivir? Yo esperaría todo el tiempo que durara mi servicio hasta que viniera el alivio de mis penas. Tú me llamarías, y yo te respondería; me mirarías con afecto, pues eres mi creador. Si ahora vigilas cada uno de mis pasos, entonces no te fijarías en mis pecados; echarías mis faltas al olvido y me limpiarías de mis delitos.

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JOB 14:1-17 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores, Sale como una flor y es cortado, Y huye como la sombra y no permanece. ¿Sobre este abres tus ojos, Y me traes a juicio contigo? ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie. Ciertamente sus días están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cuales no pasará. Si tú lo abandonares, él dejará de ser; Entre tanto deseará, como el jornalero, su día. Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán. Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo, Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta nueva. Mas el hombre morirá, y será cortado; Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él? Como las aguas se van del mar, Y el río se agota y se seca, Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; Hasta que no haya cielo, no despertarán, Ni se levantarán de su sueño. ¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras! Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi edad esperaré, Hasta que venga mi liberación. Entonces llamarás, y yo te responderé; Tendrás afecto a la hechura de tus manos. Pero ahora me cuentas los pasos, Y no das tregua a mi pecado; Tienes sellada en saco mi prevaricación, Y tienes cosida mi iniquidad.

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JOB 14:1-17 Nueva Traducción Viviente (NTV)

»¡Qué frágil es el ser humano! ¡Qué breve es la vida, tan llena de dificultades! Brotamos como una flor y después nos marchitamos; desaparecemos como una sombra pasajera. ¿Tienes que vigilar a una criatura tan frágil y exiges que yo te rinda cuentas? ¿Quién podrá sacar pureza de una persona impura? ¡Nadie! Tú has determinado la duración de nuestra vida. Tú sabes cuántos meses viviremos, y no se nos concederá ni un minuto más. Así que, ¡déjanos tranquilos, déjanos descansar! Somos como los jornaleros, entonces déjanos terminar nuestro trabajo en paz. »¡Hasta un árbol tiene más esperanza! Si lo cortan, volverá a brotar y le saldrán nuevas ramas. Aunque sus raíces hayan envejecido en la tierra y su tocón esté podrido, al sentir el agua renacerá y echará nuevos brotes como un árbol recién plantado. »En cambio, cuando los seres humanos mueren, pierden su fuerza; dan su último suspiro, y después, ¿dónde están? Como el agua se evapora de un lago y el río desaparece en la sequía, así mismo la gente yace en la tumba y jamás se levanta. Hasta que los cielos dejen de existir, nadie despertará ni será perturbado de su sueño. »¡Cómo quisiera que me escondieras en la tumba y que allí me dejaras olvidado hasta que pase tu enojo! ¡Pero anota en tu calendario para que te acuerdes de mí! ¿Pueden los muertos volver a vivir? De ser así, esto me daría esperanza durante todos mis años de lucha y con anhelo esperaría la liberación de la muerte. Me llamarías y yo te respondería, y tú me añorarías a mí, la obra de tus manos. Entonces, cuidarías mis pasos en lugar de vigilar mis pecados. Mis pecados estarían sellados en una bolsa y cubrirías mi culpa.

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