S. Juan 3:1-2
S. Juan 3:1-2 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. Este fue de noche a visitar a Jesús. —Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.
S. Juan 3:1-2 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Una noche, un fariseo llamado Nicodemo, que era líder de los judíos, fue a visitar a Jesús y le dijo: —Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, pues nadie podría hacer los milagros que tú haces si Dios no estuviera con él.
S. Juan 3:1-2 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Entre los fariseos había un hombre que, entre los judíos, era muy importante. Se llamaba Nicodemo. Este vino de noche a ver a Jesús, y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie podría hacer estas señales que tú haces si Dios no estuviera con él.»
S. Juan 3:1-2 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. Este fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo: —Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él.
S. Juan 3:1-2 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
S. Juan 3:1-2 La Biblia de las Américas (LBLA)
Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, prominente entre los judíos. Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él.
S. Juan 3:1-2 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos. Una noche, fue a hablar con Jesús: —Rabí —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.