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S. Juan 13:21-35

S. Juan 13:21-35 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Dicho esto, Jesús se angustió profundamente y afirmó: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar. Los discípulos se miraban unos a otros sin saber a cuál de ellos se refería. Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús amaba, estaba reclinado sobre él. Simón Pedro hizo señas a ese discípulo y le dijo: —Pregúntale a quién se refiere. —Señor, ¿quién es? —preguntó él, reclinándose sobre Jesús. —Aquel a quien yo le dé este pedazo de pan que voy a mojar en el plato —le contestó Jesús. Acto seguido, mojó el pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. Tan pronto como Judas tomó el pan, Satanás entró en él. —Lo que vas a hacer, hazlo pronto —le dijo Jesús. Ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué Jesús dijo eso. Como Judas era el encargado del dinero, algunos pensaron que Jesús le estaba diciendo que comprara lo necesario para la fiesta o que diera algo a los pobres. En cuanto Judas tomó el pan, salió de allí. Ya era de noche. Cuando Judas hubo salido, Jesús dijo: —Ahora es glorificado el Hijo del hombre y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios glorificará al Hijo en sí mismo y lo hará muy pronto. »Mis queridos hijos, poco tiempo me queda para estar con ustedes. Me buscarán y lo que antes dije a los judíos, ahora se lo digo a ustedes: Adonde yo voy, ustedes no pueden ir. »Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.

S. Juan 13:21-35 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Después de que dijo esto, Jesús se sintió muy preocupado, y añadió: «Yo sé que uno de ustedes me va a traicionar.» Los discípulos comenzaron a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. Mientras cenaban, el discípulo favorito de Jesús estaba sentado junto a él. Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a Jesús de quién estaba hablando. Ese discípulo se acercó más a Jesús, y le preguntó: —Señor, ¿quién te va a traicionar? Jesús le respondió: —Es el que va a recibir el pedazo de pan que voy a mojar en la salsa. Jesús mojó el pan y se lo entregó a Judas hijo de Simón, el Iscariote. En ese mismo instante, Satanás se metió en el corazón de Judas. Jesús le dijo: «Judas, apúrate a hacer lo que has planeado.» Pero ninguno de los que estaban allí entendió lo que Jesús había dicho. Como Judas era el encargado de guardar el dinero del grupo, algunos pensaron que Jesús le había pedido que comprara lo necesario para la fiesta de la Pascua, o que repartiera dinero a los pobres. Después de recibir el pan, Judas salió inmediatamente. Para entonces, ya estaba oscuro. Después de que Judas salió, Jesús les dijo a los otros discípulos: —Ahora la gente podrá ver lo grande y poderoso que soy yo, el Hijo del hombre. Gracias a mí también podrán ver lo poderoso y grande que es Dios. Si yo hago que la gente vea lo grande y poderoso que es Dios, entonces Dios hará que la gente también vea lo poderoso y grande que soy yo. Y Dios hará esto pronto. »Mis amados amigos, dentro de poco ya no estaré más con ustedes. Me buscarán, pero no me encontrarán. Les digo a ustedes lo mismo que les dije a los jefes judíos: No pueden ir a donde yo voy. »Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros. »Ustedes deben amarse de la misma manera que yo los amo. Si se aman de verdad, entonces todos sabrán que ustedes son mis seguidores.

S. Juan 13:21-35 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Dicho esto, Jesús se conmovió en espíritu, y declaró: «De cierto, de cierto les digo, que uno de ustedes me va a entregar.» Los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A este, Simón Pedro le hizo señas, para que preguntara quién era aquel de quien Jesús hablaba. Entonces el que estaba recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: «Señor, ¿quién es?» Respondió Jesús: «Es aquel a quien yo le dé el pan mojado.» Enseguida, Jesús mojó el pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. Después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto.» Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Y es que, como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús le decía que comprara lo necesario para la fiesta, o que diera algo a los pobres. En cuanto Judas tomó el bocado de pan, salió. Era ya de noche. Después de que Judas salió, Jesús dijo: «Ahora el Hijo del Hombre es glorificado, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios también lo glorificará en sí mismo, y lo glorificará sin tardanza. Hijitos, aún estaré con ustedes un poco. Y me buscarán. Pero lo que les dije a los judíos, les digo a ustedes ahora: A donde yo voy, ustedes no pueden ir. Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros. En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros.»

S. Juan 13:21-35 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido, y añadió con toda claridad: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar. Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban, y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando. Él, acercándose más a Jesús, le preguntó: —Señor, ¿quién es? Jesús le contestó: —Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ese es. En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo: —Lo que vas a hacer, hazlo pronto. Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso. Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres. Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche. Después que Judas hubo salido, Jesús dijo: —Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy. Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.

S. Juan 13:21-35 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A este, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquel es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche. Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

S. Juan 13:21-35 La Biblia de las Américas (LBLA)

Habiendo dicho Jesús esto, se angustió en espíritu, y testificó y dijo: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará. Los discípulos se miraban unos a otros, y estaban perplejos sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa reclinado en el pecho de Jesús. Por eso Simón Pedro le hizo* señas, y le dijo*: Dinos de quién habla. Él, recostándose de nuevo sobre el pecho de Jesús, le dijo*: Señor, ¿quién es? Entonces Jesús respondió*: Es aquel a quien yo daré el bocado que voy a mojar. Y después de mojar el bocado, lo tomó* y se lo dio* a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo*: Lo que vas a hacer, hazlo pronto. Pero ninguno de los que estaban sentados a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta, o que diera algo a los pobres. Y Judas, después de recibir el bocado, salió inmediatamente; y ya era de noche. Entonces, cuando salió, Jesús dijo*: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo, y le glorificará enseguida. Hijitos, estaré con vosotros un poco más de tiempo. Me buscaréis, y como dije a los judíos, ahora también os digo a vosotros: adonde yo voy, vosotros no podéis ir. Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.

S. Juan 13:21-35 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Entonces Jesús, muy angustiado, exclamó: «Les digo la verdad, ¡uno de ustedes va a traicionarme!». Los discípulos se miraron unos a otros sin saber a cuál se refería Jesús. El discípulo a quien Jesús amaba estaba sentado a la mesa a su lado. Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería. Entonces, ese discípulo se inclinó hacia Jesús y le preguntó: —Señor, ¿quién es? Jesús le contestó: —Es aquel a quien le doy el pan que mojo en el plato. Y, después de mojar el pan, se lo dio a Judas, el hijo de Simón Iscariote. Cuando Judas comió el pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: «Apresúrate a hacer lo que vas a hacer». Ninguno de los demás que estaban a la mesa entendió lo que Jesús quiso decir. Como Judas era el tesorero del grupo, algunos pensaron que Jesús le estaba diciendo que fuera a pagar la comida o que diera algo de dinero a los pobres. Así que Judas se fue enseguida y se internó en la noche. En cuanto Judas salió del lugar, Jesús dijo: «Ha llegado el momento para que el Hijo del Hombre entre en su gloria y, por causa de él, Dios será glorificado. Y dado que Dios recibe gloria a causa del Hijo, le dará su propia gloria al Hijo, y lo hará de inmediato. Mis queridos hijos, voy a estar con ustedes solo un poco más de tiempo. Y, como les dije a los líderes judíos, ustedes me buscarán, pero no pueden ir adonde yo voy. Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros. El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos».

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