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JUECES 2:7-16

JUECES 2:7-16 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Durante toda la vida de Josué, el pueblo sirvió al SEÑOR. Así sucedió también durante el tiempo en que estuvieron al frente de Israel los jefes que habían compartido el liderazgo con Josué y que habían visto todas las grandes obras que el SEÑOR había hecho por Israel. Josué, hijo de Nun, siervo del SEÑOR, murió a la edad de ciento diez años y lo sepultaron en Timnat Jeres, tierra de su heredad, en la región montañosa de Efraín, al norte del monte de Gaas. También murió toda aquella generación y surgió otra que no conocía al SEÑOR ni sabía lo que él había hecho por Israel. Esos israelitas hicieron lo malo ante los ojos del SEÑOR y adoraron a los ídolos de Baal. Abandonaron al SEÑOR, Dios de sus antepasados, que los había sacado de Egipto, siguieron a otros dioses —dioses de los pueblos que los rodeaban— y los adoraron, provocando así la ira del SEÑOR. Abandonaron al SEÑOR y adoraron a Baal y a las imágenes de Astarté. Entonces el SEÑOR se enfureció contra los israelitas y los entregó en manos de invasores que los saquearon. Los dejó en manos de los enemigos que tenían a su alrededor, a los que ya no pudieron hacerles frente. Cada vez que los israelitas salían a combatir, la mano del SEÑOR estaba en contra de ellos para su mal, tal como el SEÑOR se lo había dicho y jurado. Así llegaron a verse muy angustiados. Entonces el SEÑOR hizo surgir líderes que los libraron del poder de esos invasores.

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JUECES 2:7-16 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y el pueblo sirvió al SEÑOR todos los días de Josué, y todos los días de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían sido testigos de la gran obra que el SEÑOR había hecho por Israel. Josué, hijo de Nun, siervo del SEÑOR, murió a la edad de ciento diez años. Y lo sepultaron en el territorio de su heredad, en Timnat-sera, en la región montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas. También toda aquella generación fue reunida a sus padres; y se levantó otra generación después de ellos que no conocía al SEÑOR, ni la obra que Él había hecho por Israel. Entonces los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del SEÑOR y sirvieron a los baales, y abandonaron al SEÑOR, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron a otros dioses de entre los dioses de los pueblos que estaban a su derredor; se postraron ante ellos y provocaron a ira al SEÑOR. Y dejaron al SEÑOR y sirvieron a Baal y a Astarot. Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los entregó en manos de salteadores que los saquearon; y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron hacer frente a sus enemigos. Por dondequiera que iban, la mano del SEÑOR estaba contra ellos para mal, tal como el SEÑOR había dicho y como el SEÑOR les había jurado, y se angustiaron en gran manera. Entonces el SEÑOR levantó jueces que los libraron de la mano de los que los saqueaban.

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JUECES 2:7-16 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Los israelitas sirvieron al SEÑOR todo el tiempo que vivieron Josué y los líderes que lo sobrevivieron, aquellos que habían visto todas las grandes cosas que el SEÑOR había hecho por Israel. Entonces Josué, hijo de Nun y siervo del SEÑOR, murió a los ciento diez años de edad. Lo enterraron en Timnat-sera, tierra que se le había asignado en la zona montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas. SEÑOR Después de que murieron todos los de esa generación, creció otra que no conocía al SEÑOR ni recordaba las cosas poderosas que él había hecho por Israel. Los israelitas hicieron lo malo a los ojos del SEÑOR y sirvieron a las imágenes de Baal. Abandonaron al SEÑOR, Dios de sus antepasados, quien los había sacado de Egipto. Siguieron y rindieron culto a otros dioses —los dioses de los pueblos vecinos— y así provocaron el enojo del SEÑOR. Abandonaron al SEÑOR para servir a Baal y a las imágenes de Astoret, lo cual hizo que el SEÑOR ardiera de enojo contra Israel y que los entregara en manos de saqueadores, quienes les robaron sus posesiones. Los vendió a los enemigos que tenían a su alrededor, y ya no podían vencerlos. Cada vez que los israelitas salían a la batalla, el SEÑOR peleaba en contra de ellos e hizo que sus enemigos los derrotaran, tal como él les había advertido. Y el pueblo estaba muy angustiado. SEÑOR Entonces el SEÑOR levantó jueces para rescatar a los israelitas de la mano de sus agresores.

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