HABACUC 3:3-4
HABACUC 3:3-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de Parán. Selah Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza. Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes salían de su mano, Y allí estaba escondido su poder.
HABACUC 3:3-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Dios viene desde Temán; el Santo, desde el monte de Parán. Selah Su gloria cubre el cielo y su alabanza llena la tierra. Su resplandor es como el sol; rayos brotan de sus manos; su poder se esconde en sus manos.
HABACUC 3:3-4 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Tú eres nuestro santo Dios; vienes de la región de Temán, vienes del monte Parán. Tu grandeza ilumina los cielos; la tierra entera te alaba. Un gran resplandor te rodea; de tus manos brotan rayos de luz y dejan ver tu poder escondido.
HABACUC 3:3-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¡Dios viene de Temán! ¡El Santo viene del monte de Parán! ¡Su gloria cubre los cielos! ¡La tierra se llena con su alabanza! ¡Su resplandor es como la luz! ¡Brillantes rayos salen de su mano! ¡Allí está escondido su poder!
HABACUC 3:3-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Dios viene de la región de Temán; del monte Parán viene el Dios Santo. Su gloria se extiende por todo el cielo, y el mundo entero se llena de su alabanza. Viene envuelto en brillante resplandor, y de sus manos brotan rayos de luz que muestran el poder que en él se esconde.
HABACUC 3:3-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de Parán. Selah Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza. Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes salían de su mano, Y allí estaba escondido su poder.
HABACUC 3:3-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Dios viene de Temán, y el Santo, del monte Parán. (Selah ) Su esplendor cubre los cielos, y de su alabanza está llena la tierra. Su resplandor es como la luz; tiene rayos que salen de su mano, y allí se oculta su poder.
HABACUC 3:3-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
»¡Veo a Dios cruzando el desierto de Edom; el Santo viene desde el monte Parán! Su brillante esplendor llena los cielos, y la tierra se llena de su alabanza. Su llegada es tan radiante como la salida del sol. Rayos de luz salen de sus manos, donde se esconde su imponente poder.