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GÉNESIS 41:14-41

GÉNESIS 41:14-41 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

El faraón mandó llamar a José y enseguida lo sacaron de la cárcel. Luego de afeitarse y cambiarse de ropa, José se presentó ante el faraón quien dijo: —Tuve un sueño que nadie ha podido interpretar. Pero me he enterado de que, cuando tú oyes un sueño, eres capaz de interpretarlo. —No soy yo quien puede hacerlo —respondió José—, sino que es Dios quien dará al faraón una respuesta favorable. El faraón contó a José lo siguiente: —En mi sueño, estaba yo de pie a orillas del río Nilo. De pronto, salieron del río siete vacas gordas y hermosas, y se pusieron a pastar entre los juncos. Detrás de ellas salieron otras siete vacas, feas y flacas. ¡Jamás se habían visto vacas tan raquíticas en toda la tierra de Egipto! Y las siete vacas feas y flacas se comieron a las siete vacas gordas. Pero después de habérselas comido, no se les notaba en lo más mínimo, porque seguían tan feas como antes. Entonces me desperté. »Después tuve otro sueño: Siete espigas de trigo, grandes y hermosas, crecían de un solo tallo. Tras ellas brotaron otras siete espigas marchitas, delgadas y quemadas por el viento del este. Las siete espigas delgadas se comieron a las espigas grandes y hermosas. Todo esto se lo conté a los magos, pero ninguno de ellos me lo pudo interpretar». José explicó al faraón: —En realidad, los dos sueños del faraón son uno solo. Dios le ha anunciado lo que está por hacer. Las siete vacas hermosas y las siete espigas hermosas son siete años. Se trata del mismo sueño. Y las siete vacas flacas y feas, que salieron detrás de las otras, y las siete espigas delgadas y quemadas por el viento del este, son también siete años. Pero estos serán siete años de hambre. »Tal como le he dicho al faraón, Dios le está mostrando lo que está por hacer. Están por venir siete años de mucha abundancia en todo Egipto, a los que les seguirán siete años de hambre, que harán olvidar toda la abundancia que antes hubo. ¡El hambre acabará con Egipto! Tan terrible será el hambre que nadie se acordará de la abundancia que antes hubo en el país. El faraón tuvo el mismo sueño dos veces porque Dios ha resuelto firmemente hacer esto y lo llevará a cabo muy pronto. »Por todo esto, el faraón debería buscar un hombre competente y sabio para que se haga cargo de la tierra de Egipto. Además, el faraón debería nombrar inspectores en todo Egipto, para que durante los siete años de abundancia recauden la quinta parte de la cosecha en todo el país. Bajo el control del faraón, esos inspectores deberán juntar el grano de los años buenos que vienen y almacenarlo en las ciudades, para que haya una reserva de alimento. Este alimento almacenado servirá a Egipto para los siete años de hambre que sufrirá y así la gente del país no morirá de hambre». Al faraón y a sus servidores les pareció bueno el plan. Entonces el faraón preguntó a sus servidores: —¿Podremos encontrar una persona así en quien repose el Espíritu de Dios? Luego dijo a José: —Puesto que Dios te ha revelado todo esto, no hay nadie más competente y sabio que tú. Quedarás a cargo de mi palacio y todo mi pueblo cumplirá tus órdenes. Solo respecto al trono yo tendré más autoridad que tú. Así que el faraón dijo a José: —Mira, yo te pongo a cargo de todo el territorio de Egipto.

GÉNESIS 41:14-41 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

El rey mandó llamar a José, y de inmediato lo sacaron de la cárcel. Entonces José se afeitó, se cambió de ropa, y luego se presentó ante el rey. Y el rey le dijo: —Tuve un sueño, y nadie puede decirme lo que significa. Pero me han dicho que en cuanto oyes un sueño, sabes su significado. José le respondió: —Yo no tengo ese poder, pero Dios sí lo tiene, y le dará a usted la respuesta esperada. Entonces el rey le dijo: —Resulta que, en mi sueño, yo estaba de pie a la orilla del río Nilo. De pronto vi que del río salían siete vacas gordas y bonitas, las cuales se pusieron a comer el pasto que había a la orilla del río. Tras ellas salieron otras siete vacas, muy flacas y feas. ¡Jamás vi vacas tan feas en todo Egipto! Y resulta que las vacas flacas y feas se comieron a las vacas gordas que habían salido primero. Eran tan flacas y feas esas vacas, que después de comerse a las otras, no se les notaba nada; ¡seguían tan flacas como al principio! »Yo me desperté. Pero volví a soñar, y en mi sueño vi también siete espigas verdes y llenas de trigo, que brotaban de un mismo tallo. Después de ellas brotaron otras siete espigas, delgadas y marchitas, resecadas por el viento del desierto. Esas espigas delgadas se comieron a las siete espigas llenas de trigo. Todo esto se lo he contado a los magos, pero ninguno ha podido explicármelo. José le dijo al rey: —Los dos sueños que tuvo Su Majestad son uno solo. Dios le ha hecho saber a usted lo que piensa hacer. Las siete vacas gordas son siete años, lo mismo que las siete espigas llenas de trigo; el sueño es uno solo. Las siete vacas flacas y feas que salieron detrás de aquellas son también siete años, lo mismo que las siete espigas marchitas y resecadas por el viento del desierto. Ellas significan siete años de hambre. »Dios quiere que Su Majestad sepa lo que él está a punto de hacer. Egipto va a tener siete años de abundantes cosechas, pero después vendrán siete años en que no habrá qué comer. Cuando eso suceda, nadie se acordará de la abundancia que antes hubo. Habrá tanta hambre que acabará con el país. Su Majestad tuvo el mismo sueño en dos formas distintas, y eso significa que Dios ha decidido hacerlo, y lo va a hacer muy pronto. »Yo le sugiero a Su Majestad que busque a alguien muy sabio e inteligente, y que lo ponga a cargo del país. También le sugiero que nombre gente que se encargue de recoger la quinta parte de las cosechas durante los siete años de abundancia. Durante los siete años buenos que van a venir, Su Majestad debe darles autoridad para que junten y almacenen en las ciudades todos los alimentos y el trigo. Ese alimento quedará guardado, para usarlo durante los siete años de hambre que habrá en Egipto. Así el país no quedará arruinado por el hambre. El rey y sus consejeros estuvieron de acuerdo en que el plan de José era bueno, y el rey les comentó: «En ningún lado vamos a encontrar a nadie más inteligente que este joven». Por eso le dijo a José

GÉNESIS 41:14-41 Reina Valera Contemporánea (RVC)

El faraón mandó entonces llamar a José. Con mucha prisa lo sacaron de la cárcel, y él se afeitó y se cambió de ropa, y se presentó ante el faraón. El faraón le dijo: «He tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Pero he oído decir que tú oyes un sueño y lo puedes interpretar.» José le respondió al faraón: «No depende de mí. Pero Dios dará al faraón una respuesta propicia.» Entonces el faraón le dijo: «En mi sueño, yo me veía de pie, a la orilla del río. Del río salieron siete vacas muy gordas y hermosas, que se alimentaban de los pastos. Detrás de ellas salieron otras siete vacas, muy flacas y feas. ¡Estaban tan flacas, que no he visto otras tan feas en toda la tierra de Egipto! Y las vacas flacas y feas se comían a las primeras siete vacas gordas, y estas entraban en su panza, y nadie podía saber que las tuvieran adentro, porque se veían igual de flacas, como al principio. Entonces desperté. En mis sueños también vi que siete espigas, llenas de trigo y hermosas, crecían de un mismo tallo. Tras ellas crecían otras siete espigas, delgadas y marchitadas por el viento solano, ¡y las espigas delgadas se comían a las siete espigas hermosas! Les he dicho esto a los magos, pero no hay quien me lo interprete.» José le respondió al faraón: «El sueño de mi señor el faraón es uno solo. Dios le ha hecho saber lo que él está por hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, y las espigas hermosas también son siete años. El sueño es uno solo. También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas son siete años, y las siete espigas delgadas y marchitadas por el viento solano serán siete años de hambre. Esta es mi respuesta a Su Majestad: Dios ha mostrado a Su Majestad lo que él está por hacer. Vienen ya siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Pero a estos les seguirán siete años de hambre. Toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, porque el hambre acabará con la tierra. Por causa del hambre que vendrá, y que será gravísima, esa abundancia quedará ignorada. El hecho de que Su Majestad haya tenido el mismo sueño dos veces, significa que Dios ha decidido hacer esto, y que muy pronto lo hará. Su Majestad debe buscarse ya un hombre inteligente y sabio, y ponerlo al frente de la tierra de Egipto. Debe también poner gobernadores al frente del país, y tomar la quinta parte de lo que produzca la tierra de Egipto durante los siete años de abundancia. Se deben almacenar todos los alimentos de estos buenos años que vienen, y bajo el control de Su Majestad recogerse y guardarse el trigo, para el sustento de las ciudades. Estas provisiones deben quedar almacenadas para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto. Así el país no perecerá de hambre.» Esto le pareció bien al faraón y a sus siervos, y el faraón les dijo a sus siervos: «¿Podremos encontrar a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios?» A José le dijo: «Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan inteligente y sabio como tú. Así que tú estarás al frente de mi casa, y todo mi pueblo se someterá a lo que digas; solamente en el trono seré mayor que tú.» También le dijo el faraón a José: «Como ves, yo te he puesto al frente de toda la tierra de Egipto.»

GÉNESIS 41:14-41 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Entonces el faraón mandó llamar a José, y lo sacaron inmediatamente de la cárcel. José se cortó el pelo, se cambió de ropa y se presentó delante del faraón. Y el faraón le dijo: —He tenido un sueño y no hay quien pueda interpretarlo, pero he sabido que cuando tú oyes un sueño lo puedes interpretar. —Eso no depende de mí —contestó José—; pero Dios le dará a Su Majestad una contestación para su bien. El faraón le dijo a José: —En mi sueño, yo estaba de pie a la orilla del río Nilo, y del río salieron siete vacas gordas y hermosas, que comían hierba entre los juncos. Detrás de ellas salieron otras siete vacas, muy feas y flacas. ¡Jamás había visto yo vacas tan feas en todo Egipto! Estas vacas flacas y feas se comieron a las primeras siete vacas gordas; pero aunque ya se las habían comido, nadie podría haberse dado cuenta, porque seguían tan flacas como antes. »Me desperté, pero después tuve otro sueño en el que siete espigas de trigo, llenas y hermosas, crecían en un mismo tallo. Detrás de ellas crecían otras siete espigas, secas, delgadas y quemadas por el viento del este. Estas espigas secas se comieron a las siete espigas hermosas. Yo les conté esto a los adivinos, pero ninguno de ellos pudo decirme su significado.» Entonces José le contestó al faraón: —Los dos sueños que tuvo Su Majestad, son uno solo. Dios le ha anunciado a usted lo que él va a hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, lo mismo que las siete espigas hermosas. Es el mismo sueño. Las siete vacas flacas y feas que salieron detrás de las otras, también son siete años; lo mismo que las siete espigas secas y quemadas por el viento del este. Estos serán siete años de escasez. Es tal como se lo he dicho: Dios le ha anunciado a Su Majestad lo que él va a hacer. Van a venir siete años de mucha abundancia en todo Egipto, y después vendrán siete años de gran escasez. Nadie se acordará de la abundancia que hubo en Egipto, porque la escasez arruinará al país. Será tan grande la escasez, que no quedarán señales de la abundancia que antes hubo. Su Majestad tuvo el mismo sueño dos veces, porque Dios está decidido a hacer esto, y lo va a hacer muy pronto. »Por lo tanto, sería bueno que Su Majestad buscara un hombre inteligente y sabio, para que se haga cargo del país. Haga Su Majestad lo siguiente: nombre Su Majestad gobernadores que vayan por todo el país y recojan la quinta parte de todas las cosechas de Egipto, durante los siete años de abundancia. Que junten todo el trigo de los buenos años que vienen; que lo pongan en un lugar bajo el control de Su Majestad, y que lo guarden en las ciudades para alimentar a la gente. Así el trigo quedará guardado para el país, para que la gente no muera de hambre durante los siete años de escasez que habrá en Egipto. El plan les pareció bien al faraón y a sus funcionarios, así que el faraón les dijo: —¿Podremos encontrar otro hombre como este, que tenga el espíritu de Dios? Y a José le dijo: —No hay nadie más inteligente y sabio que tú, pues Dios te ha hecho saber todo esto. Tú te harás cargo de mi palacio, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes. Solo yo seré más que tú, porque soy el rey. Mira, yo te nombro gobernador de todo el país de Egipto. Al decir esto

GÉNESIS 41:14-41 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón. Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón. Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río; y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado. Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto. Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas; y estas entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté. Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas. Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas; y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas; y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete. Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo. También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre. Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima. Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia. Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre. El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

GÉNESIS 41:14-41 La Biblia de las Américas (LBLA)

Entonces Faraón mandó llamar a José, y lo sacaron aprisa del calabozo; y después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, vino a Faraón. Y Faraón dijo a José: He tenido un sueño y no hay quien lo interprete; y he oído decir de ti, que oyes un sueño y lo puedes interpretar. José respondió a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios dará a Faraón una respuesta favorable. Entonces habló Faraón a José: En mi sueño, he aquí, yo estaba de pie a la orilla del Nilo. Y vi siete vacas gordas y de hermoso aspecto que salieron del Nilo; y pacían en el carrizal. Pero he aquí, otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas, de tal fealdad como yo nunca había visto en toda la tierra de Egipto. Y las vacas flacas y feas devoraron las primeras siete vacas gordas. Pero cuando las habían devorado, no se podía notar que las hubieran devorado; pues su aspecto era tan feo como al principio. Entonces me desperté. Y he aquí, en mi sueño también vi que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña. Y he aquí que siete espigas marchitas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquellas; y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y se lo conté a los adivinos, pero no hubo quien me lo pudiera explicar. Entonces José dijo a Faraón: Los dos sueños de Faraón son uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que Él va a hacer. Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son uno. Y las siete vacas flacas y feas que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre. Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto; y después de ellos vendrán siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará la tierra. Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que será muy severa. Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto. Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia. Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad de Faraón, y que lo protejan. Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre. Y la idea pareció bien a Faraón y a todos sus siervos. Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios? Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes; solamente en el trono yo seré mayor que tú. Faraón dijo también a José: Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

GÉNESIS 41:14-41 Nueva Traducción Viviente (NTV)

El faraón mandó llamar a José de inmediato, y enseguida lo trajeron de la cárcel. Después de afeitarse y cambiarse de ropa, José se presentó ante el faraón. Entonces el faraón le dijo: —Anoche tuve un sueño, y nadie aquí puede decirme lo que significa; pero me enteré de que cuando tú oyes un sueño puedes interpretarlo. —No está en mis manos el poder para hacerlo —respondió José—, pero Dios puede decirle lo que su sueño significa y darle tranquilidad. Entonces el faraón le contó su sueño a José. —En mi sueño —le dijo—, yo estaba de pie a la orilla del río Nilo y vi siete vacas gordas y sanas que salían del río y comenzaban a pastar entre los juncos. Luego vi siete vacas flacas y raquíticas con aspecto enfermizo que salían después de las primeras. Jamás había visto unos animales tan lamentables en toda la tierra de Egipto. Entonces esas vacas flacas y raquíticas se comieron a las siete vacas gordas, pero nadie lo hubiera creído, ¡porque después seguían siendo tan flacas y raquíticas como antes! Luego me desperté. »En mi sueño también vi siete espigas llenas de grano, robustas y hermosas, que crecían de un solo tallo. Después aparecieron otras siete espigas de grano, pero estaban infestadas, resecas y marchitadas por el viento oriental. Entonces las espigas secas se tragaron a las siete robustas. Les conté esos sueños a los magos, pero ninguno pudo decirme lo que significan. José respondió: —Ambos sueños del faraón significan lo mismo. Dios le da a conocer de antemano al faraón lo que está por hacer. Las siete vacas sanas y las siete espigas robustas representan siete años de prosperidad. Las siete vacas flacas y raquíticas que salieron después, y las siete espigas resecas y marchitadas por el viento oriental representan siete años de hambre. »Esto sucederá tal como lo he descrito, pues Dios ha revelado de antemano al faraón lo que está por hacer. Los próximos siete años serán un período de gran prosperidad en toda la tierra de Egipto, pero después llegarán siete años de un hambre tan intensa que hará olvidar toda esa prosperidad de Egipto. El hambre destruirá la tierra. La hambruna será tan grave que borrará hasta el recuerdo de los años buenos. El haber tenido dos sueños similares significa que esos acontecimientos fueron decretados por Dios, y él hará que ocurran pronto. »Por lo tanto, el faraón debería encontrar a un hombre inteligente y sabio, y ponerlo a cargo de toda la tierra de Egipto. Después el faraón debería nombrar supervisores de la tierra, a fin de que almacenen una quinta parte de las cosechas durante los siete años buenos. Haga que ellos reúnan toda la producción de alimentos en los años buenos que vienen y la lleven a los graneros del faraón. Almacene bien el grano y vigílelo para que haya alimento en las ciudades. De esa manera, habrá suficiente para comer cuando lleguen los siete años de hambre sobre la tierra de Egipto. De lo contrario, el hambre destruirá la tierra. Las sugerencias de José fueron bien recibidas por el faraón y sus funcionarios. Entonces el faraón preguntó a sus funcionarios: «¿Acaso encontraremos a alguien como este hombre, tan claramente lleno del espíritu de Dios?». Así que el faraón dijo a José: «Como Dios te ha revelado el significado de los sueños a ti, es obvio que no hay nadie más sabio e inteligente que tú. Quedarás a cargo de mi palacio, y toda mi gente recibirá órdenes de ti. Solo yo, sentado en mi trono, tendré un rango superior al tuyo». El faraón dijo a José: «Yo, aquí en persona, te pongo a cargo de toda la tierra de Egipto».