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San Juan 7

7
3. Jesús es rechazado por su propio pueblo
(7.1—12.50)
Los hermanos de Jesús no creían en él
1Después de esto, Jesús andaba por la región de Galilea. No quería estar en Judea, porque allí los judíos#7.1 Los judíos: Véase Jn 1.19 n. lo buscaban para matarlo. 2Pero como se acercaba la fiesta de las Enramadas,#7.2 Enramadas: Esta fiesta la celebraban los israelitas al término de la cosecha. Construían chozas con ramas, para recordar la vida de los antepasados en el desierto, después de la salida de Egipto (cf. Lv 23.33-43; Dt 16.13). una de las fiestas de los judíos, 3sus hermanos#7.3 Sus hermanos: Véase Mt 12.46 n. le dijeron:
—No te quedes aquí; vete a Judea, para que los seguidores que tienes allá también vean lo que haces. 4Pues cuando uno quiere ser conocido, no hace las cosas en secreto. Ya que haces cosas como estas, hazlas delante de todo el mundo.
5Y es que ni siquiera sus hermanos creían en él. 6Jesús les dijo:
—Todavía no ha llegado mi hora,#7.6 Mi hora: Véase 2.4 nota. pero para ustedes cualquier hora es buena. 7Los que son del mundo no pueden odiarlos a ustedes; pero a mí me odian, porque yo hago ver claramente que lo que hacen es malo. 8Vayan ustedes a la fiesta; yo no voy, porque todavía no se ha cumplido mi hora.
9Les dijo esto, y se quedó en Galilea.
Jesús en la fiesta de las Enramadas
10Pero después que se fueron sus hermanos, también Jesús fue a la fiesta, aunque no públicamente, sino casi en secreto. 11Los judíos lo buscaban en la fiesta, y decían:
—¿Dónde estará ese hombre?
12Entre la gente se hablaba mucho de él. Unos decían: «Es un hombre de bien»; pero otros decían: «No es bueno; engaña a la gente.»
13Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.#7.13 Los judíos: Véase Jn 1.19 n.
14Hacia la mitad de la fiesta, Jesús entró en el templo y comenzó a enseñar. 15Los judíos decían admirados:
—¿Cómo sabe este tantas cosas, sin haber estudiado?
16Jesús les contestó:
—Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió. 17Si alguien está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, podrá reconocer si mi enseñanza viene de Dios o si hablo por mi propia cuenta. 18El que habla por su cuenta, busca su propia gloria; pero quien busca la gloria del que lo envió, ese dice la verdad y en él no hay nada reprochable.
19»¿No es verdad que Moisés les dio a ustedes la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la obedece. ¿Por qué quieren matarme?
20La gente le contestó:
—¡Estás endemoniado!#7.20 Cf. Mc 3.22,30. ¿Quién quiere matarte?
21Jesús les dijo:
—Todos ustedes se admiran por una sola cosa que hice en sábado.#Jn 5.1-16. 22Sin embargo, Moisés les mandó practicar el rito de la circuncisión#7.22 Circuncisión: Gn 17.10-27; Lv 12.3. (aunque no procede de Moisés, sino de los patriarcas#Gn 17.10; 21.4.), y ustedes circuncidan a un hombre aunque sea en sábado.#7.22 El rito de la circuncisión se practica a los ocho días de nacido el niño, aunque ese día sea sábado. 23Ahora bien, si por no faltar a la ley de Moisés ustedes circuncidan al niño aunque sea en sábado, ¿por qué se enojan conmigo por haber sanado en sábado al hombre entero? 24No juzguen ustedes por las apariencias. Cuando juzguen, háganlo con rectitud.#7.24 Cf. Lv 19.15.
Jesús habla de su origen
25Algunos de los que vivían en Jerusalén comenzaron entonces a preguntar:
—¿No es a este al que andan buscando para matarlo? 26Pues ahí está, hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que las autoridades creen de veras que este hombre es el Mesías? 27Pero nosotros sabemos de dónde viene este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene.#7.27 Algunos decían que el Mesías permanecería oculto hasta que Elías viniera y lo diera a conocer.
28Al oír esto, Jesús, que estaba enseñando en el templo, dijo con voz fuerte:
—¡Así que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! Pero no he venido por mi propia cuenta, sino que vengo enviado por uno que es digno de confianza y a quien ustedes no conocen. 29Yo lo conozco porque procedo de él, y él me ha enviado.
30Entonces quisieron arrestarlo, pero ninguno le echó mano porque todavía no había llegado su hora.#7.30 Su hora: Véase Jn 2.4 nota. 31Muchos creyeron en él, y decían:
—Cuando venga el Mesías, ¿acaso hará más señales milagrosas que este hombre?
Los fariseos intentan arrestar a Jesús
32Los fariseos oyeron lo que la gente decía de Jesús; y ellos y los jefes de los sacerdotes mandaron a unos guardianes del templo a que lo arrestaran. 33Entonces Jesús dijo:
—Voy a estar con ustedes solamente un poco de tiempo, y después regresaré al que me ha enviado. 34Ustedes me buscarán, pero no me encontrarán, porque no podrán ir a donde yo voy a estar.#7.34 Sobre esta manera de hablar propia de Jesús, véase Jn 3.3-4 n.
35Los judíos comenzaron entonces a preguntarse unos a otros:
—¿A dónde se va a ir este, que no podremos encontrarlo? ¿Acaso va a ir a los judíos que viven dispersos en el extranjero, y a enseñar a los paganos? 36¿Qué quiere decir eso de que “Me buscarán, pero no me encontrarán, porque no podrán ir a donde yo voy a estar”?
Ríos de agua viva
37-38El último día de la fiesta era el más importante.#7.37-38 Durante esta fiesta (cf. 7.2), cada día se llevaba agua desde el estanque de Siloé hasta el templo. Un coro repetía Is 12.3, y luego el sacerdote vertía el agua en tierra. Véase 4.10 n. Aquel día Jesús, puesto de pie, dijo con voz fuerte:
—Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquel correrán ríos de agua viva.#7.37-38 Is 55.1; Jn 4.14. Con puntuación diferente, también se puede traducir: Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. 38 Como dice la Escritura, del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva. Cf. Sal 78.15-16; 105.41; Pr 18.4; Is 58.11.
39Con esto, Jesús quería decir que los que creyeran en él recibirían el Espíritu; y es que el Espíritu todavía no estaba,#7.39 Todavía no estaba: Algunos mss. dicen todavía no había sido dado. porque Jesús aún no había sido glorificado.#7.39 Glorificado: alusión a la muerte y resurrección de Jesús (cf. Jn 12.16,23).
División entre la gente
40Había algunos entre la gente que cuando oyeron estas palabras dijeron:
—Seguro que este hombre es el profeta.#7.40 El profeta: Véase Jn 1.21 nota.
41Otros decían:
—Este es el Mesías.
Pero otros decían:
—No, porque el Mesías no puede proceder de Galilea. 42La Escritura dice que el Mesías tiene que ser descendiente del rey David,#7.42 2 S 7.12-13; Sal 89.3-4 (4-5); 132.11-12. y que procederá de Belén,#Miq 5.2 (1). el mismo pueblo de donde era David.
43Así que la gente se dividió por causa de Jesús. 44Algunos querían llevárselo preso, pero nadie lo hizo.
Las autoridades no creían en Jesús
45Los guardianes del templo volvieron a donde estaban los fariseos y los jefes de los sacerdotes, que les preguntaron:
—¿Por qué no lo trajeron?
46Los guardianes contestaron:
—¡Jamás ningún hombre ha hablado así!
47Entonces los fariseos les dijeron:
—¿También ustedes se han dejado engañar? 48¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o de los fariseos? 49Pero esta gente, que no conoce la ley, está maldita.#7.49 Dt 27.26; 28.15; Sal 119.21.
50Nicodemo, el fariseo que en una ocasión había ido a ver a Jesús,#Jn 3.1-10. les dijo:
51—Según nuestra ley, no podemos condenar a un hombre sin antes haberlo oído para saber qué es lo que ha hecho.
52Ellos le contestaron:
—¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea jamás procede un profeta.#7.52 Jamás procede un profeta: Unos pocos mss. dicen no procede el profeta (véase Jn 1.21 nota). De hecho, el profeta Jonás era originario de Galilea (cf. 2 R 14.25).
La mujer adúltera#7.53—8.11 Este relato falta en los mejores mss.; en algunos se encuentra en otros lugares. Parece haber sido una historia conservada primero en forma independiente y luego incluida en este lugar. La narración interrumpida en 7.52 continúa en 8.12.
[ 53Cada uno se fue a su casa.

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