Salmos 140
140
SALMO 140 (139)
Oración pidiendo la protección de Dios#Sal 140 Súplica individual. El salmista invoca la protección de Dios contra la violencia de sus adversarios. Su fe viva le da la certeza de que el Señor lo salvará, para alegría de todos los que confían en su bondad y en su poder (cf. vv. 13-14).
1Del maestro de coro. Salmo de David.
2Señor, líbrame de los malvados;
protégeme de los violentos,#140.2 Sal 71.4.
3de los que traman el mal
y a todas horas provocan peleas.#140.3 Sal 120.6-7.
4Su lengua es aguda, como de serpiente;
sus palabras son como veneno de víbora.#140.4 Ro 3.13.
5Señor, protégeme del poder de los malvados,
protégeme de los violentos,
de los que hacen planes para que yo caiga.
6Esos orgullosos me han puesto una trampa;
me han tendido red y lazos;
me han puesto trampas junto al camino.#140.6 Sobre estas imágenes, véase Sal 9.16-17 n.
7Le he dicho al Señor: «Tú eres mi Dios;
¡escucha, pues, mi grito suplicante!#140.7 Sal 31.15.
8Señor, Señor, mi Salvador poderoso,
tú proteges mi cabeza en el combate.»
9-10Señor, no concedas al malvado sus deseos;
no dejes que sus planes sigan adelante.
Los que me rodean levantan la cabeza;
¡que caiga sobre ellos la maldición que lanzan!#140.9-10 ¡Que caiga… lanzan!: es decir, que su propio pecado les sirva de castigo. Véase Sal 64.9 n.
11Que caigan sobre ellos carbones encendidos;
que los echen en pozos, de donde no salgan más.
12Que no permanezca en la tierra el deslenguado;
que el mal persiga al violento y lo destruya.
13Yo sé que el Señor hace justicia al pobre
y defiende el derecho del afligido.
14Los hombres honrados alabarán tu nombre;
¡los hombres rectos vivirán en tu presencia!
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Texto Bíblico: Dios habla hoy © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1994.
Salmos 140
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SALMO 140 (139)
Oración pidiendo la protección de Dios#Sal 140 Súplica individual. El salmista invoca la protección de Dios contra la violencia de sus adversarios. Su fe viva le da la certeza de que el Señor lo salvará, para alegría de todos los que confían en su bondad y en su poder (cf. vv. 13-14).
1Del maestro de coro. Salmo de David.
2Señor, líbrame de los malvados;
protégeme de los violentos,#140.2 Sal 71.4.
3de los que traman el mal
y a todas horas provocan peleas.#140.3 Sal 120.6-7.
4Su lengua es aguda, como de serpiente;
sus palabras son como veneno de víbora.#140.4 Ro 3.13.
5Señor, protégeme del poder de los malvados,
protégeme de los violentos,
de los que hacen planes para que yo caiga.
6Esos orgullosos me han puesto una trampa;
me han tendido red y lazos;
me han puesto trampas junto al camino.#140.6 Sobre estas imágenes, véase Sal 9.16-17 n.
7Le he dicho al Señor: «Tú eres mi Dios;
¡escucha, pues, mi grito suplicante!#140.7 Sal 31.15.
8Señor, Señor, mi Salvador poderoso,
tú proteges mi cabeza en el combate.»
9-10Señor, no concedas al malvado sus deseos;
no dejes que sus planes sigan adelante.
Los que me rodean levantan la cabeza;
¡que caiga sobre ellos la maldición que lanzan!#140.9-10 ¡Que caiga… lanzan!: es decir, que su propio pecado les sirva de castigo. Véase Sal 64.9 n.
11Que caigan sobre ellos carbones encendidos;
que los echen en pozos, de donde no salgan más.
12Que no permanezca en la tierra el deslenguado;
que el mal persiga al violento y lo destruya.
13Yo sé que el Señor hace justicia al pobre
y defiende el derecho del afligido.
14Los hombres honrados alabarán tu nombre;
¡los hombres rectos vivirán en tu presencia!
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