1 Pedro 3:11

No podemos vivir para el ayer, porque ya ha pasado. No podemos vivir para el futuro, porque todavía no ha llegado. El único momento en el tiempo que tenemos es hoy y ahora. Solo tenemos el día de hoy. Necesitamos cambiar nuestra perspectiva y pensar en términos de: “¿Qué puedo hacer hoy?”. Si podemos cambiar nuestro hoy, podemos cambiar nuestra vida entera.

Los minutos corren, se gastan los días, quisiéramos congelar el tiempo, estamos contentos de estas fiestas. Pero, al mismo tiempo, el Espíritu nos impulsa a alzar la mirada para percibir a lontananza el aire fresco que trae el Nuevo Año, la ilusión del mañana que florecerá con nuevas promesas y misericordias de un Dios de gracia.

En el presente devocional conoceremos que la comunicación es esencial en todos los aspectos de la vida, en las interacciones diarias entre los individuos, así como en los negocios y en el área científica entre otros. La comunicación juega un papel crucial en la vida del hombre para la toma de decisiones y la resolución de problemas.

En un mundo de tanta apariencia y de tanta escases de integridad, la respuesta a esa necesidad es la iglesia. Mientras más avanza el tiempo nos cuestionamos: ¿acaso ser íntegro me hará exitoso? ¿Cuál es el precio a pagar? Jesús es el referente y el Espíritu Santo nuestro sostén.