Salmos 71:4-5

El cambio es inevitable, y nuestra respuesta a él define nuestro carácter. La única constante en la vida es que todo cambia. Para comprobarlo, solo necesita mirarse en el espejo. ¿Se ve igual que hace diez, veinte o treinta años? Muchas cosas cambian en la vida: sentimientos, emociones, responsabilidades, trabajos, finanzas, salud, y más.

Las batallas son parte de la vida. Desearíamos poder vivir sin tener que enfrentar conflictos o tensiones de ningún tipo, sin embargo, la vida no funciona así. Esto mismo se aplica para la vida del cristiano. Jesús mismo advirtió a sus discípulos que en el mundo encontrarían aflicción pero que debían recordar que Él venció y la misma victoria podemos vivirla nosotros.

En estas fechas tan importantes y memorables para todo creyente, es importantísimo mirar a la cruz, mirar a Jesús, mirar lo que su Palabra tiene que hablar a nuestro corazón y mente. Medita con nosotros durante los próximos siete días en las palabras de Jesús: "El que estaba sentado en el trono dijo: «Mira, yo hago nuevas todas las cosas»".

Debemos tener presente que aunque la vida se base en el factor confianza, no podemos confiar en la confianza. Nos decepcionaremos y tal vez saldremos heridos. Hemos aprendido a no confiar en la publicidad, pues los anunciantes que tienen intereses creados, nos mentirían con tal de que comprásemos sus productos. ¿Cómo confiaremos en Dios?