Luego echó agua en una palangana, y comenzó a enjuagar los pies de sus discípulos y a secárselos con la toalla. Cuando le tocó el turno a Pedro, este le dijo a Jesús: —Señor, no creo que tú debas lavarme los pies. Jesús le respondió: —Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás. Pedro le dijo: —¡Nunca dejaré que me laves los pies! Jesús le contestó: —Si no te lavo los pies, ya no podrás ser mi seguidor. Simón Pedro dijo: —¡Señor, entonces no me laves solamente los pies, sino lávame también las manos y la cabeza! Jesús le dijo: —El que está recién bañado está totalmente limpio, y no necesita lavarse más que los pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos. Jesús ya sabía quién iba a traicionarlo; por eso dijo que no todos estaban limpios. Después de lavarles los pies, Jesús se puso otra vez el manto y volvió a sentarse a la mesa. Les preguntó: «¿Entienden ustedes lo que acabo de hacer? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque soy Maestro y Señor. Pues si yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado el ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo. Ustedes saben que ningún esclavo es más importante que su amo, y que ningún mensajero es más importante que quien lo envía. Si entienden estas cosas, háganlas, y así Dios los bendecirá.
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3 dias
Las relaciones interpersonales son una parte esencial de nuestra vida. Todos tenemos relaciones gratificantes y sanas. Desafortunadamente, también contamos con esas relaciones que son fuente de frustración. ¿Qué deberíamos hacer? ¿Huir, luchar, o perdonar? Acompáñanos en este plan de tres días para encontrar la respuesta en la Biblia.
Para los creyentes de "Ni todo el amor, ni todo el dinero" " Te va a dejar el tren" "Yo soy así y si me quieren bueno y sino también" "Todos los hombres son iguales" "No hay que comprenderlas, solamente amarlas"
3 Dias
Al transitar el camino de la fe, a veces debemos evaluar si nuestro calzado es el apropiado para el llamado al servicio. En muchas ocasiones, será necesario descalzar nuestros pies y calzarlos con las sandalias apropiadas para la misión que Dios nos ha asignado.
Siempre hay 2 caras de una moneda. Los que necesitamos una pedicura y los que pueden darla. Pero, ¿podemos estar en ambos lados si fuera necesario?
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