Job 1
1
1. PRÓLOGO
(1.1—2.13)
Las desventuras de Job
1Había en el país de Uz un hombre llamado Job. Era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2Le habían nacido siete hijos y tres hijas. 3Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados. Era el hombre más importante de todos los orientales.
4Sus hijos celebraban banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos. 5Y sucedía que una vez pasados los días de turno, Job los hacía venir y los santificaba. Se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: «Quizá habrán pecado mis hijos y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones.» Esto mismo hacía cada vez.
6Un día acudieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, y entre ellos vino también Satanás.
7Dijo Jehová a Satanás:
—¿De dónde vienes?
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—De rodear la tierra y andar por ella.
8Jehová dijo a Satanás:
—¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
9Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—¿Acaso teme Job a Dios de balde? 10¿No le has rodeado de tu protección, a él y a su casa y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la tierra. 11Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que posee, y verás si no blasfema contra ti en tu propia presencia.
12Dijo Jehová a Satanás:
—Todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él.
Y salió Satanás de delante de Jehová.
13Un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, 14y vino un mensajero a Job y le dijo:
—Estaban arando los bueyes y las asnas pacían cerca de ellos; 15de pronto nos asaltaron los sabeos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada. Solamente escapé yo para darte la noticia.
16Aún estaba este hablando, cuando vino otro, que dijo:
—Fuego de Dios cayó del cielo y quemó a ovejas y a pastores, y los consumió. Solamente escapé yo para darte la noticia.
17Aún estaba este hablando, cuando vino otro, que dijo:
—Tres escuadrones de caldeos arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada. Solamente escapé yo para darte la noticia.
18Entre tanto que este hablaba, vino otro, que dijo:
—Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito, 19cuando un gran viento se levantó del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron. Solamente escapé yo para darte la noticia.
20Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrado en tierra, adoró 21y dijo:
«Desnudo salí del vientre de mi madre
y desnudo volveré allá.
Jehová dio y Jehová quitó:
¡Bendito sea el nombre de Jehová!»
22En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
Actualmente seleccionado:
Job 1: RVR95
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Texto: Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblica Unidas, 1995.
Notas: Notas de Estudio Reina-Valera 95 © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995.
Job 1
1
1. PRÓLOGO
(1.1—2.13)
Las desventuras de Job
1Había en el país de Uz un hombre llamado Job. Era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2Le habían nacido siete hijos y tres hijas. 3Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados. Era el hombre más importante de todos los orientales.
4Sus hijos celebraban banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos. 5Y sucedía que una vez pasados los días de turno, Job los hacía venir y los santificaba. Se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: «Quizá habrán pecado mis hijos y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones.» Esto mismo hacía cada vez.
6Un día acudieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, y entre ellos vino también Satanás.
7Dijo Jehová a Satanás:
—¿De dónde vienes?
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—De rodear la tierra y andar por ella.
8Jehová dijo a Satanás:
—¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
9Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—¿Acaso teme Job a Dios de balde? 10¿No le has rodeado de tu protección, a él y a su casa y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la tierra. 11Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que posee, y verás si no blasfema contra ti en tu propia presencia.
12Dijo Jehová a Satanás:
—Todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él.
Y salió Satanás de delante de Jehová.
13Un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, 14y vino un mensajero a Job y le dijo:
—Estaban arando los bueyes y las asnas pacían cerca de ellos; 15de pronto nos asaltaron los sabeos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada. Solamente escapé yo para darte la noticia.
16Aún estaba este hablando, cuando vino otro, que dijo:
—Fuego de Dios cayó del cielo y quemó a ovejas y a pastores, y los consumió. Solamente escapé yo para darte la noticia.
17Aún estaba este hablando, cuando vino otro, que dijo:
—Tres escuadrones de caldeos arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada. Solamente escapé yo para darte la noticia.
18Entre tanto que este hablaba, vino otro, que dijo:
—Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito, 19cuando un gran viento se levantó del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron. Solamente escapé yo para darte la noticia.
20Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrado en tierra, adoró 21y dijo:
«Desnudo salí del vientre de mi madre
y desnudo volveré allá.
Jehová dio y Jehová quitó:
¡Bendito sea el nombre de Jehová!»
22En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
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Texto: Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblica Unidas, 1995.
Notas: Notas de Estudio Reina-Valera 95 © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995.