Jueces 21:1-15
Jueces 21:1-15 RVC
En Mispá, los israelitas juraron que ninguno de ellos dejaría que sus hijas se casaran con los benjaminitas. Se reunieron como pueblo en la presencia de Dios, y toda la noche lloraron, y con grandes lamentos decían: «Señor, Dios de Israel, ¿por qué le ha sucedido esto a nuestro pueblo? ¿Por qué tendría que faltar una de nuestras tribus?» Al día siguiente, muy de mañana, el pueblo se levantó y construyó un altar, y allí le ofrecieron al Señor holocaustos y sacrificios de reconciliación. Luego se preguntaron: «¿Cuáles tribus, de todas las que componen Israel, no se presentaron ante el Señor?» Y es que habían hecho un pacto de muerte contra los que no hubieran estado en Mispá. Además, los israelitas estaban tristes por la suerte de la tribu de Benjamín, pues decían: «Hoy ha sido separada de Israel una de sus tribus. ¿Qué vamos a hacer con los hombres que aun quedan, en cuanto a mujeres para ellos? Nosotros hicimos un pacto ante el Señor, de que no les daremos nuestras hijas por mujeres.» También se preguntaban: «¿Hay alguien de las tribus de Israel que no se haya presentado ante el Señor en Mispá?» Y se dieron cuenta de que ninguno de la familia de Jabés Galaad se había presentado a la reunión en el campamento, pues cuando se pasó revista al pueblo, no estuvo allí ninguno de esa familia. Entonces la comunidad envió a doce mil hombres de los más valientes, con las órdenes de matar a todos los habitantes de Jabés Galaad, incluso a mujeres y niños, y a todos los varones, y a las mujeres que ya hubieran tenido relaciones íntimas con algún hombre. Cuando esos israelitas llegaron a Jabés Galaad, hallaron a cuatrocientas doncellas que aún no habían tenido relaciones íntimas con ningún hombre, y las llevaron al campamento en Silo, en la tierra de Canaán. Entonces la comunidad envió un mensaje a los benjaminitas que estaban en la peña de Rimón, para invitarlos a hacer las paces. Cuando los benjaminitas llegaron, les dieron las mujeres que habían traído de Jabés Galaad. Pero aún faltaron mujeres. Y los israelitas tuvieron compasión de los benjaminitas, porque el Señor había dejado un vacío entre las tribus de Israel.

