Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando terminó, dijo uno de sus discípulos: —Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos. Él les dijo: —Cuando oren, digan: »“Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Danos cada día nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden. Y no nos dejes caer en tentación”. »Supongamos —continuó— que uno de ustedes tiene un amigo y a medianoche va y le dice: “Amigo, préstame tres panes, pues se me ha presentado un amigo recién llegado de viaje y no tengo nada que ofrecerle”. Y el que está adentro le contesta: “No me molestes. Ya está cerrada la puerta y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada”. Les digo que, aunque no se levante a darle pan por ser amigo suyo, sí se levantará por su impertinencia y le dará cuanto necesite. »Así que yo digo: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra y al que llama, se le abre. »¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo pide un pescado, le dará en cambio una serpiente? ¿O si pide un huevo, le dará un escorpión?
Leer Lucas 11
Escuchar a Lucas 11
Compartir
Comparar todas las versiones: Lucas 11:1-12
3 Dias
La oración es un arte que debemos desarrollar con el corazón, pero ¿cómo hacerlo con el paso del tiempo? Un plan que nos va a sumergir en una relación de fe más profunda con Dios.
Jesús nos dijo que cuando oramos lo hacemos mal, pedimos mal. Jesús usaba la Palabra para orar. Tenemos que aprender a usar la Palabra como un arma (una espada) así seremos más eficaces en nuestra oración.
Hay tres claves en la oración que Jesús nos enseñó que nos ayudan a sintonizar con la frecuencia y el corazón de un padre que quiere hablar con nosotros. Son como lentes que nos permiten mirar lo que Dios ve para tener una conversación profunda que nos va transformando mientras más nos vamos adentrando en estas verdades.
4 Días
¡No le hables así a tu padre!. ¿Cuántos no escuchamos esta exhortación de nuestra madre, y jamás la interpretamos como una interrupción a la comunicación espontánea de la intimidad familiar? Antes bien, comprendemos que el tono y las palabras para dirigirnos a nuestro padre deben estar sazonados tanto de familiaridad como de respeto. Así, cuando levantamos oración, debemos igualmente celebrar la familiaridad con que podemos dirigirnos a Dios como Padre -otorgada por Cristo-, y preservar, la reverencia que le debemos al Altísimo. Estos cuatro breves devocionales, son un diapasón que te ayudará a afinar el tono de tus oraciones, de manera que estas resulten verdadero olor fragante delante de Dios.
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos