Jeremías 17:5-8

“Todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo“ (Juan 14:13). Jesús nos invita a ser portadores de su nombre, obedecer sus mandamientos y creer en el poder que hay en Él.

Confiar es una decision muy difícil y más; cuando has sido traicionado. No se trata solo de contar algo, sino de abrir el corazón. No todos saben valorar la confianza. Confiar no es un acto impulsivo, es una decisión guiada por el discernimiento. El Espíritu Santo nos enseña a observar más allá de las apariencias y a guardar silencio. Porque la confianza verdadera no se pide… se revela. Y el que es fiel con lo ajeno, demuestra que puede cuidar lo profundo. Dios guía a quién abrirle el corazón… y a quién no.

¿Te cuesta mucho trabajo confiar en Dios?  Sabes confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.

¿Realmente la oración marca una diferencia? ¿Podemos alterar verdaderamente el resultado de situaciones y circunstancias mediante la oración? Alguien dijo en una ocasión que la oración no cambia las cosas, solo cambia a la persona que ora; pero eso es contrario a la Escritura. La oración sí cambia situaciones porque Dios nos ha hecho colaboradores de Él para el cumplimiento de sus propósitos en la tierra.