¡Oh Dios, no guardes silencio! No cierres tus oídos; no te quedes callado, oh Dios. ¿No oyes el alboroto que hacen tus enemigos? ¿No ves que tus arrogantes adversarios se levantan? Inventan intrigas astutas contra tu pueblo; conspiran en contra de tus seres preciados. «Vengan —dicen—, exterminemos a Israel como nación; destruiremos hasta el más mínimo recuerdo de su existencia». Efectivamente, esta fue su decisión unánime. Firmaron un tratado de alianza en tu contra: los edomitas y los ismaelitas; los moabitas y los agarenos; los giblitas, los amonitas y los amalecitas; y los habitantes de Filistea y de Tiro. Asiria también se unió a ellos y se alió con los descendientes de Lot. Interludio Haz con ellos lo mismo que hiciste con los madianitas y como hiciste también con Sísara y con Jabín en el río Cisón. Fueron destruidos en Endor, y sus cadáveres en descomposición fertilizaron la tierra. Que sus poderosos nobles mueran como murieron Oreb y Zeeb; que todos sus príncipes mueran como Zeba y Zalmuna, porque dijeron: «¡Vamos a apoderarnos de estos pastizales de Dios y a usarlos para nuestro beneficio!» ¡Oh mi Dios, espárcelos como a arbustos que ruedan, como a paja que se lleva el viento! Así como el fuego quema un bosque y una llama incendia las montañas, persíguelos con tu tormenta feroz; atérralos con tu tempestad. Desacredítalos por completo hasta que se sometan a tu nombre, oh SEÑOR. Que sean avergonzados y aterrorizados para siempre; que mueran en deshonra. Entonces aprenderán que solo tú te llamas el SEÑOR, que solo tú eres el Altísimo, supremo sobre toda la tierra.
Leer Salmos 83
Escuchar Salmos 83
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmos 83:1-18
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad
Inicio
Biblia
Planes
Videos