Ya era invierno, y Jesús estaba en Jerusalén durante el tiempo de Janucá, el Festival de la Dedicación. Se encontraba en el templo, caminando por la parte conocida como el pórtico de Salomón. La gente lo rodeó y le preguntó: —¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo sin rodeos. Jesús les contestó: —Yo ya les dije, y ustedes no me creen. La prueba es la obra que hago en nombre de mi Padre, pero ustedes no me creen porque no son mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen. Les doy vida eterna, y nunca perecerán. Nadie puede quitármelas, porque mi Padre me las ha dado, y él es más poderoso que todos. Nadie puede quitarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno. Una vez más, la gente tomó piedras para matarlo. Jesús dijo: —Bajo la dirección de mi Padre, he realizado muchas buenas acciones. ¿Por cuál de todas ellas me van a apedrear? —No te apedreamos por ninguna buena acción, ¡sino por blasfemia! —contestaron—. Tú, un hombre común y corriente, afirmas ser Dios. Jesús respondió: —En sus propias Escrituras está registrado que Dios les dijo a ciertos líderes del pueblo: “Yo digo que ustedes son dioses”. Y ustedes bien saben que las Escrituras no pueden ser modificadas. Así que, si a las personas que recibieron el mensaje de Dios se les llamó “dioses”, ¿por qué ustedes me acusan de blasfemar cuando digo: “Soy el Hijo de Dios”? Después de todo, el Padre me separó y me envió al mundo. No me crean a menos que lleve a cabo las obras de mi Padre; pero si hago su trabajo, entonces crean en las obras milagrosas que he hecho aunque no me crean a mí. Entonces sabrán y entenderán que el Padre está en mí y yo estoy en el Padre. Una vez más trataron de arrestarlo, pero él se escapó y los dejó. Se fue al otro lado del río Jordán, cerca del lugar donde Juan bautizaba al principio, y se quedó un tiempo allí. Y muchos lo siguieron. «Juan no hacía señales milagrosas —se comentaban unos a otros—, pero todo lo que dijo acerca de este hombre resultó ser cierto». Y muchos de los que estaban allí creyeron en Jesús.
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7 Dias
Embárcate en un viaje para aprender más sobre la vida de Jesús. Juntos veremos fragmentos cortos de la película “La vida de Jesús”, y reflexionaremos sobre ellos. Descubre quién es Jesús realmente y qué puede hacer en tu vida. Este plan forma parte de un conjunto de 7 planes: puedes leerlos por separado, pero te animamos/retamos a que los hagas todos en orden.
9 Dias
En estos 9 días podremos entender nuestra desesperanza y cómo hacer para pasar a esperanza. Para esto, necesitamos a Dios en lo que estamos planeando y empezando. No importa las metas que tengas, nosotros necesitamos la unción de Dios, la cúal tendremos con una relación con Él, en una relación personal, íntima, leal y transparente.
20 Dias
En este plan bíblico estudiaremos el Evangelio de Juan, el cual nos presenta a Jesús como Dios. En sus capítulos encontraremos frases que hablan no solo de su condición humana, sino de su condición eterna como Dios hecho hombre. Juan nos abre la puerta a las conversaciones más íntimas de Cristo y Sus oraciones en beneficio de Sus amigos más cercanos. En este Evangelio conoceremos mucho del corazón del Maestro.
21 Dias
En 21 días, conocerás al Jesús que sorprendió al mundo. No sólo como figura histórica, sino como Salvador vivo. Este plan te guía por los momentos clave de su vida según los evangelios de Lucas y Juan, con reflexiones emocionales, bíblicamente profundas y cercanas. Descubrirás que Jesús no vino a crear religión… vino a transformar tu historia. Ideal para quienes comienzan su fe o desean reencontrarse con la persona más fascinante de toda la Biblia.
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