1
Eclesiastés 2:26
Biblia Reina Valera 1995
Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; pero al pecador le da el trabajo de recoger y amontonar, para dejárselo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
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Eclesiastés 2:24-25
No hay cosa mejor para el hombre que comer y beber, y gozar del fruto de su trabajo. He visto que esto también procede de la mano de Dios. Porque, ¿quién comerá y quién se gozará sino uno mismo?
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3
Eclesiastés 2:11
Miré luego todas las obras de mis manos y el trabajo que me tomé para hacerlas; y he aquí, todo es vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
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4
Eclesiastés 2:10
No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni privé a mi corazón de placer alguno, porque mi corazón se gozaba de todo lo que hacía. Esta fue la recompensa de todas mis fatigas.
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5
Eclesiastés 2:13
He visto que la sabiduría aventaja a la necedad, como la luz a las tinieblas.
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6
Eclesiastés 2:14
El sabio tiene sus ojos abiertos, mas el necio anda en tinieblas. Pero también comprendí que lo mismo ha de acontecerle al uno como al otro.
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7
Eclesiastés 2:21
¡Que el hombre trabaje con sabiduría, con ciencia y rectitud, y que haya de dar sus bienes a otro que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y un gran mal.
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