Ahora, ¡El fuego arde en ti!

Jesús camina contigo, así como caminó con Cleofas y su amigo rumbo a Emaús. Pero lo cierto es, que no somos conscientes o no lo reconocemos. Jesús ha resucitado, pero nuestros corazones están llenos de desánimo y confusión y no logran reconocer la grandeza de tener a un Dios vivo (por los siglos de siglos), que nunca va a dejar de estar para nosotros.

Jesús no está muerto. Solo estuvo en la cruz unas horas y en la tumba tres días, y hoy está más cerca de nosotros de lo que podemos entender, especialmente en los momentos de tristeza y de duda. Cuando estamos atrapados en nuestro dolor, en nuestras expectativas rotas o en nuestras ideas, tenemos que entender que todo Dios lo puede usar para bien.

Jesús se acerca con ternura, nos pregunta cómo estamos y nos deja hablar y luego nos explica las escrituras, como cuando les habló de Moisés, de Abraham y de David. La Palabra de Dios obra para encender la fe en el corazón. Él se revela ahí, en la Biblia y nos descubre el propósito de su sufrimiento y de nuestra existencia:conocer el amor de Dios.

Algo muy interesante es descubrir que en nuestro caminar diario, no usa cosas espectaculares, Él está en lo cotidiano y en lo sencillo del día a día de nuestras vidas.

Cleofas lo invitó “a quedarse”, ¡invítalo tú también!

Dile que pase a tu casa, que no se siga de largo, que se siente contigo a la mesa, pero pídele que ¡se quede en tu corazón! Es cuando se siente a la mesa contigo y le permitas partir el pan, cuando lo vas a reconocer.

El pan es lo más común y cotidiano a lo que todos los seres humanos hemos tenido acceso. Así como nunca nos ha faltado una pieza de pan, nos demuestra Jesús que siempre ha estado al alcance,“en el camino” con nosotros.

Y además, cuando“parte el pan” se ¡abren los ojos!, y es cuando podemos ver con claridad. Porque el pan de cada día es Su Palabra. Es cuando abrimos Su Palabra cuando podemos ver a Jesús y disfrutar de Su presencia. Y es ahí “cuando arderá nuestro corazón”.

¿Te acuerdas del “Modo VISUM”? Este“estado de ceguera espiritual” que no nos permite ver a Jesús por completo, de esto hemos estado hablando durante estos 8 días. Es justo de donde Dios nos quiere sacar, Él quiere que su Palabra nos permita“verlo” con claridad.

¿Estás desanimado? Recuerda que Jesús no te ha dejado nunca. Puede que no lo reconozcas, pero Él va contigo.

¿Estás confundido? Escucha su Palabra. Ahí arde el corazón, ahí se enciende la fe.

¿Te sientes lejos de Dios? Invítalo a quedarse. Haz espacio en tu día, en tu mesa, en tu corazón y lo conocerás más profundamente.

Este día decide comprometerte con Dios para buscarlo en la Biblia, agradece que esté contigo en el camino y asegúrate de que lo hayas invitado a tu corazón. Si eres capaz de reconocer tus errores y entregárselos a Jesús, Dios puede hacerte un instrumento útil para los demás también, así que ve y cuéntales a los demás lo que Dios ha hecho contigo.

Cleofas hizo esto, regresó a Jerusalén con el propósito de contar las cosas que habían acontecido y cómo Dios estuvo con ellos en el camino. Si ahora tú "ves" guía a los demás —como Cleofas— a la verdad.

Este plan bíblico está basado en la actividad principal del campamento de verano "Jalcocamp 2025" organizado por G316. Puedes consultar más información del campamento en su página web www.g316camp.org. Agradecimiento especial a Wendy Ortega y Job Mojica por su apoyo en el desarrollo de parte de este contenido.