inVISIBLESMuestra

POR AMOR A TI

Cada uno de los ejemplos que hemos estudiado en este devocional nos muestra una parte del GRAN amor que Dios tiene por ti. En tu caos, en tu vacío, en tu pasado, en tus heridas, en tus situaciones, en tu necesidad de aceptación y en tus amistades, eres VISIBLE para Él. Y si aún te queda alguna duda, hoy lo dedicaremos a reflexionar en Aquel que lo dio todo por amor a ti.

¿Recuerdas que en el día 1 hablamos de cómo el desorden y el vacío, en las manos de Dios, fueron la oportunidad para crear todo lo que ves a tu alrededor? Y también de cómo el pecado nos separó de esa relación única, hermosa y transparente que Él tiene para ti. Pero Dios no se quedó de brazos cruzados. En Juan 3:15-16 se nos muestra que TAN GRANDE es el amor que tiene por nosotros, que nunca hemos sido inVISIBLES, sino que halló la manera perfecta y culminante de restaurar esa relación.

Jesucristo se despojó de sí mismo y vino a vivir de forma perfecta (nunca pecó), mostrando en cada mensaje y en cada milagro que somos VISIBLES para el Padre. Murió en la cruz por amor y, en ese momento, el peso del pecado cayó sobre Él y experimentó la separación del Padre. Sin embargo, aunque la escena era dolorosa, el Padre nunca lo abandonó. La frase: «Padre, ¿por qué me has abandonado?» que Jesús pronunció en la cruz, vino antes de decir «Consumado es». Esto nos muestra que ese instante fue la última vez que un hombre o una mujer se sentiría abandonado, porque tras su muerte el velo se rasgó y, desde entonces, el Espíritu Santo está con nosotros en todo lugar.

Es a través de su muerte y resurrección que hoy somos sus hijos (lavados por su sangre), sus amigos, sus ovejas, libres de todo pecado, más que vencedores y herederos de muchas bendiciones.

Eres VISIBLE para Él y quiere que comprendas que nunca has estado solo, ni abandonado, ni sin propósito. Él te ama y desea tener una relación contigo. Este increíble regalo está disponible para todos los que creen en Él. Y no termina en esta vida, sino que nos da el privilegio de vivir con Él por la eternidad.

Si nunca has entregado tu vida a Cristo o deseas restaurar tu relación con Él, haz esta oración de todo corazón e inicia una nueva vida con Él:

Oración

«Señor Jesús, gracias por amarme tanto. Hoy reconozco que te necesito. Creo que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día para darme vida nueva. Perdona mis errores, límpiame y hazme una nueva persona. Hoy te entrego mi corazón y mi vida. Quiero seguirte, conocerte y vivir cada día para ti. Hoy te declaro como mi Señor y Salvador. Gracias por tu amor, tu perdón y por darme una nueva esperanza. Gracias por mostrarme en tu Palabra que siempre he sido VISIBLE para ti. En el nombre de Jesús, amén».