inVISIBLESMuestra

POR SU NOMBRE

Lucas nos describe la historia de Zaqueo, un judío rico que trabajaba para los romanos teniendo una posición importante como jefe de recaudadores de impuestos. Es importante recordar que el imperio romano era aquel que oprimía a su pueblo y por esta razón era mal visto, considerado enemigo, corrupto, traidor y despreciado por los judíos.

La Biblia menciona que un día Jesús iba entrando a Jericó y la multitud lo seguía. Zaqueo era chaparrito y, debido a la gente que se agolpaba, no lo podía ver. Entonces se subió a un árbol para no perder su oportunidad de ver a aquel del que tanto había escuchado.

Cuando Jesús llegó a aquel lugar, levantó su vista (por encima de la multitud) y vio a aquel hombre sobre el árbol. Aquel que había sido despreciado por la multitud ahora era VISIBLE para Dios. ¡Y no sólo eso, sino que lo llamó por su nombre! Él sabía perfectamente quién era y aun así le dijo que era NECESARIO ir a su casa. Zaqueo, el enemigo, odiado y apartado de la sociedad, ese día tendría el privilegio de recibir en su casa a Jesús.

Por supuesto, Zaqueo bajó inmediatamente y lo recibió con alegría. Ahora se había convertido en el centro de atención, hecho VISIBLE a través de Jesús. Al ver esto, algunos comenzaron a quejarse, diciendo que Jesús iba a casa de un pecador. Pero a través de ese acto de gracia, él se arrepintió, prometió devolver lo robado y dar la mitad de sus bienes a los pobres.

La vida de Zaqueo nos muestra cómo es necesario que Él entre a tu corazón para limpiar, transformar y restaurar todo lo que sea necesario. También nos muestra cómo nadie está fuera del alcance de su perdón y gracia, además de dar esperanza a todos aquellos que en algún momento el rechazo los ha hecho sentir inVISIBLES. Dios no necesita permiso de la sociedad para transformar tu vida. Él está interesado en ti, en habitar en tu corazón y en transformarte para siempre.