inVISIBLESMuestra

NUEVA VISIÓN
Hoy vamos a analizar la vida de Bartimeo. Él era un hombre ciego y mendigo que se sentaba junto al camino en la ciudad de Jericó. Debido a su ceguera, estaba aislado y no tenía la posibilidad ni las facultades necesarias para trabajar. Cada vez que oía a alguien pasar, pedía limosna, dinero, comida u otro tipo de ayuda para poder sobrevivir.
Quizá alguna vez te haya ocurrido que ves a la misma persona pidiendo limosna en el mismo lugar que sueles frecuentar. De tanto verla, acaba formando parte de la rutina y, por costumbre, puede pasar desapercibida como si fuera inVISIBLE.
Seguramente Bartimeo estaba en esa situación, pero en una ocasión escuchó que Jesús pasaba por allí y gritó con todas sus fuerzas: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» (v. 47). La multitud que acompañaba a Jesús se enfadó y le pedía que se callara y no lo molestase más, pero él volvió a clamar todavía más fuerte: ¡Hijo de David, ten compasión de mí! (v. 48). Estaba decidido a llamar la atención de aquel del que había oído que podía ser la respuesta a su situación. Jesús le escuchó, se detuvo y lo hizo VISIBLE, mandando que lo llamaran. Ahora, la misma gente que antes le pedía que se callara le ayudó a acercarse. Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? (v. 51). ¡Había llegado su momento! Jesús, aquel del que tanto había oído, estaba ahora frente a él. Y no solo eso: lo mandó llamar y le preguntó qué deseaba. Por supuesto, Bartimeo respondió enseguida que quería ¡recobrar la vista! Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado (v. 52). ¡Y al instante recobró la vista! Qué milagro tan asombroso vivieron Bartimeo y todos los que seguían a Jesús. No solo pudo ver, sino que también fue salvo. Recuperar la vista no significaba únicamente contemplar lo que antes solo había oído o palpado —su familia, la ciudad, el paisaje, los colores, etc.—, sino que también le abría la oportunidad de trabajar, de proveer, de ser independiente y dejar de vivir de la caridad de los demás. Jesús le dio visión, una nueva vida y lo hizo VISIBLE para todos.
Hoy Bartimeo puede ser visto como un símbolo de fe persistente y esperanza, incluso en medio del rechazo o la dificultad. Ante la adversidad: persiste, CLAMA MÁS FUERTE, no te rindas. Él te escucha, le importas y, aunque la gente se oponga o te ignore, eres VISIBLE para Él y tiene una nueva visión para tu vida.
Escritura
Acerca de este Plan

Hay momentos en la vida en los que nos sentimos solos, distantes… incluso inVISIBLES. Sin embargo, la Biblia nos enseña que la autopercepción, las circunstancias, la sociedad y los tiempos difíciles no son lo mismo que una ausencia de Dios. Él es Soberano y es precisamente en esos momentos cuando desea mostrar su plan, su visión, su propósito y su amor eterno para ti.
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Nos gustaría agradecer a Abiel Guajardo por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/abielachad.guajardo
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