Seis Pasos Para Una Vida De Oración Más ComprometidaMuestra

Recibe por fe lo que has pedido

Soy de los que les cuesta recibir. Lo que quiero decir es que trato de ser agradecido por lo que recibo, pero prefiero estar del lado de los que dan… regalos, abrazos, tiempo de calidad, lo que sea lo doy al máximo tantas veces como pueda, y simplemente no soy de los que le gusta ser el centro de atención de los demás. Sin embargo, cuando escuchamos cuidadosamente las palabras de Jesús respecto a ser como niños, puedo decir que en raras ocasiones, si es que alguna vez, he visto a un niño que no le guste recibir. Es algo que es propio de ellos, y mientras más grande hagas que sea la sorpresa, más emocionados se tornan. Teniendo en cuenta las palabras de Jesús, recibir necesita ser un valor fundamental nuestro como hijos Suyos que somos. De hecho, el salmista dijo en el Salmo 103:13 (NTV) “El SEÑOR es como un padre con sus hijos, tierno y compasivo con los que le temen”.

A Jesús no le costaba trabajo recibir del Padre y a nosotros no debería costarnos. En realidad, el Padre no le daba poco a Jesús. Mateo 11:27 nos dice que le entregó todo: “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. Eso, amigos míos, es el tipo de relación que necesitamos cultivar en la oración, que creamos que tenemos un Padre que quiere proveernos todo lo que necesitamos para nuestro propósito aquí en la tierra. ¿Tienes problemas teológicos con eso? Entonces, abróchate el cinturón y lee este versículo: 1 Timoteo 6:17 (NVI), “A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos”. Pablo está realzando la arrogancia de cualquiera que crea que sus riquezas le pueden sostener. Luego, nos dice: “Por el contrario, pongamos nuestra esperanza en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos”. Recibir por fe se torna fácil cuando asimilamos que nuestro Padre está completamente presto para proveernos ¡lo que necesitemos!

Oración: Padre, perdóname, te ruego, si tengo una visión distorsionada de tu bondad y tu naturaleza. He decidido que mi corazón va a ser como el de un niño y creo fervientemente todo lo que has prometido.

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