Orando Los SalmosMuestra

Cuando no sepas qué orar…

¿Qué orar cuando no sabes qué orar? Sabes, por los últimos meses he estado leyendo y releyendo los salmos como parte de mi tiempo devocional, de mi tiempo con Dios. Y realmente me estoy enamorando de varios de ellos, de su profundidad. Me encanta lo real y auténtico que son los salmos.

La mayoría de los salmos fueron escritos por David, se piensa que alrededor de 73 salmos fueron escritos por él. Y si hay algo que me fascina, tanto de los de David como los de los otros escritores, son las oraciones que encuentro en ellos.

Cada oración que encuentro en los salmos es a la vez profunda, auténtica, real, y emocional. Las oraciones que he leído en los salmos van desde la alabanza a Dios, peticiones del corazón, anhelos del corazón y aún enojo, lamento, y ¡hasta peticiones para que Dios haga justicia y venganza!

Es verdaderamente transformador leer estas oraciones, especialmente las oraciones de David me hacen entender por qué un hombre con tantas fallas llegó a ser llamado “un hombre conforme al corazón de Dios”. David era un verdadero adorador, así como un poeta que sabía a través de la música, la poesía y la oración derramar su corazón ante Dios.

Me gustaría desafiarte a empezar un plan de lectura de los salmos, pero con un objetivo. El objetivo es profundizar tu vida de oración.

Sabes, un día alguien me dijo; cuando no sepas que orar, ora las escrituras. Recuerdo que en ese tiempo no lo entendía completamente, pero al pasar de los años, lo he puesto en práctica con el Padre Nuestro, y también con los Salmos, y quiero invitarte a que practiques esto. Durante los siguientes días de esta serie estaré compartiendo algunas de las oraciones que más me han tocado de los salmos.

Y me gustaría empezar con una oración sumamente tierna de David en el Salmo 17:6,8:

“Dios mío, a ti clamo porque tú me respondes; inclina a mí tu oído y escucha mi oración (…) Protégeme como a la niña de tus ojos, escóndeme bajo la sombra de tus alas".

Me encanta la forma como David le habla a Dios, y esta petición de un hombre que era un guerrero y un conquistador, pero que al hablar con su Padre Celestial podía hacer una petición tan tierna como esta; protégeme como a la niña de tus ojos. Me hace recordar las veces que he clamado a Dios diciéndole con lágrimas que lo necesito, que necesito sentir su cuidado y su abrazo. Y sabes en cada ocasión Dios ha inclinado a mí su oído y respondido a mi clamor.

Porque este es el Dios Amoroso que tenemos, así que, mi amigo/a porque no haces una oración hoy pidiendo a Dios que te muestre su cariño por ti, como a la niña de sus ojos, ¿te animas?

Haz dado el primer paso en la lectura de este plan, aún faltan seis, estos días traerán un profundo cambio positivo para ti y para los que te rodean. No serás igual al finalizar la lectura. Recuerda que estos planes son extraídos de Un Milagro Cada Día y puedes acceder a más contenido especialmente creado para ti, siguiendo este enlace.