Adviento 121Muestra

¿Cómo vivimos la esperanza?

Si sabemos que la esperanza viene de Dios y que el creyente la posee al recibir la salvación, ¿por qué es tan difícil vivirla? ¿Por qué tantos de nosotros, como cristianos, estamos desperanzados?

Al mirar de cerca la esperanza, las Escrituras no solo nos brindan la fuente de esperanza y la razón para que la esperanza viva, sino también la forma en la que podemos abundar en ella. La esperanza se hace posible por el poder del Espíritu Santo (Romanos 15:13). Cuando ponemos nuestra fe y confianza en Cristo para la salvación, Él con gracia nos da Su Espíritu. Su Espíritu es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria (Colosenses 1:27). Dios nos ha dado esperanza, pero debemos permanecer en Él y Su Espíritu en nosotros, para poder experimentar y vivirla.

La belleza de la esperanza introducida a través de Cristo y vivificada en nosotros a través de Su Espíritu, es lo que nos da la capacidad de tener una esperanza permanente, que trasciende las circunstancias terrenales y la incertidumbre. Comenzamos a esperar no por cierto resultado o desenlace, sino en el amor de Dios mostrado en Cristo en la Cruz. Esto hace que nuestras circunstancias puedan resultar en un poderoso testimonio para aquellos que no conocen a Cristo. De hecho, Pedro prevé nuestra esperanza como algo que nos distingue, algo por lo que deberíamos estar dispuestos a dar una razón a fin de dirigir a otros hacia Cristo (1 Pedro 3:15).

Entonces, ¿está bien esperar circunstancialmente? ¿por un nuevo trabajo? ¿por una relación que florezca? ¿para que a un niño le vaya bien en los deportes o en la escuela? ¿para que un trato comercial sea exitoso? Sí. Sin embargo, nuestra esperanza está arraigada en Cristo sin importar, y a veces a pesar del resultado final.

¿Tu esperanza se centra en algo o en Jesús? ¿Con quién puedes compartirlo hoy?

Familias con niños pequeños

Lean Colosenses 1:27. NIÑOS: según este versículo, ¿cuál es la esperanza de gloria? (Que Cristo vive dentro de ti) Para recibir Su esperanza, debemos tener una relación personal con Jesús. No podemos vivir nuestra esperanza separados de Él. Lo grandioso de la esperanza en Cristo es que incluso cuando tu esperanza en otras cosas se desvanezca, tu esperanza en Jesucristo permanecerá. Ella es constante y no depende de tu situación o circunstancia. Digamos que has estado esperando algo, pero no lo consigues o no sucede. Todavía puedes tener esperanza porque Jesús permanece igual sin importar lo que suceda. ¿Cómo puede tu esperanza estar en Jesús, en lugar de en otra cosa?

Lean Lucas 1:26-45. NIÑOS, ¿qué le dijo el ángel del Señor a María? (que Dios estaba muy complacido con ella y que tendría un hijo). María se enteró de que su prima Isabel también esperaba un hijo, incluso en su vejez. ¿Ha escuchado alguna vez noticias impactantes o difíciles de entender? ¿Cómo respondió? ¿Cómo respondió María cuando escuchó esta sorprendente noticia? (ella sabía que era la sierva del Señor). ¿En qué se diferenciaba la respuesta de María de la respuesta de Zacarías? (María creyó y Zacarías dudó). ¿Qué puede aprender de la respuesta de María?