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JEREMÍAS 1

1
Marco histórico
1Palabras de Jeremías, hijo de Jelcías, uno de los sacerdotes de Anatot#1,1: los sacerdotes de Anatot: Anatot era una población muy próxima a Jerusalén, pero no perteneciente a Judá; sus sacerdotes descendían de Abiatar, desterrado por Salomón según 1 Re 2,26-27., en territorio de Benjamín.#1 Re 2,26. 2Le llegó la palabra del Señor en tiempos de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, el año décimo tercero de su reinado.#So 1,1. 3También le llegó en tiempos de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, hasta el final del año undécimo de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá; hasta la deportación de Jerusalén en el mes quinto#1,3: en el mes quinto: Según los vv. 2-3, Jeremías habría dado comienzo a su ministerio profético el año 627 a. C., ministerio que se prolongaría hasta los días del destierro a Babilonia (587 a. C.)..
I.— ORÁCULOS CONTRA JUDÁ Y SUS MONARCAS (1—25)#1,4—25,14: Toda esta sección se centra fundamentalmente en el tema del juicio contra Judá, contra su capital Jerusalén y contra sus monarcas; todo ello acompañado de distintos datos sobre la vida personal del profeta.
Vocación y primeras visiones y oráculos
4Me llegó la palabra del Señor en estos términos:
5— Antes de formarte yo en el vientre, ya te conocía; antes de que salieras de las entrañas maternas, te consagré profeta y te destiné a las naciones.#Is 44,24+; Eclo 49,7; Ga 1,15.
6Respondí:
— Ay, Señor mi Dios. ¡Pero si no sé ni hablar; soy muy joven!#Ex 4,10.
7Me contestó el Señor:
— No digas que eres joven. Irás a todos los sitios adonde yo te envíe y dirás todo lo que te ordene. 8No les tengas miedo, pues estoy contigo para defenderte —oráculo del Señor—.#1,19; 15,20; 30,10-11; Jos 1,5.9+; Ez 2,6.
9El Señor alargó su brazo, me tocó en la boca y me dijo:
— He puesto mis palabras en tu boca.#Is 6,7; Dn 10,16. 10Mira, hoy mismo te doy poder sobre naciones y reinos, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para construir y plantar.#18,7; 31,28; 42,10; 45,4; Eclo 49,7.
11El Señor me dirigió la palabra en estos términos:
— ¿Qué ves, Jeremías#1,11: ¿Qué ves Jeremías?: Las visiones del comienzo del libro no tienen nada que ver con la experiencia extática. Se trata de experiencias de la vida cotidiana (visión de un almendro o de un puchero hirviendo), que inspiran al profeta y le sirven de imágenes adecuadas para transmitir su mensaje. Sus características son similares a la visión de Am 8,1-2.?
Respondí:
— Veo una rama de almendro.#Am 7,8; 8,2.
12Añadió el Señor:
— Has visto bien. Pues yo también vigilo#1,11-12: almendro… vigilo: El hebreo ofrece un juego de palabras imposible de reproducir en castellano: shaqed (almendro) y shoqed (vigilante). para que se cumpla mi palabra.#Is 55,11; Ez 12,28.
13Por segunda vez me dirigió el Señor su palabra en estos términos:
— ¿Qué ves?
Respondí:
— Veo un caldero hirviendo, con sus bordes inclinados del lado del norte.#4,6; 6,1; 50,6.
14El Señor me dijo:
— El desastre se precipitará desde el norte#1,14: desde el norte: El norte es el lugar clásico desde donde amenaza el peligro para el pueblo israelita; en este caso se trata del imperio neobabilónico, que acabará conquistando y destruyendo Jerusalén el año 587 a. C. sobre todos los habitantes del país, 15pues pienso citar a todos los clanes y reinos del norte —oráculo del Señor—.
Vendrán y pondrán su sitial
a la entrada de las puertas de Jerusalén,
en torno a todas sus murallas
y en todas las ciudades de Judá.
16Expondré mis cargos contra ellos,
por el mal que hicieron olvidándome,
quemando incienso a otros dioses,
adorando a las obras de sus manos.#2,13; 25,6; 2 Re 22,17.
17Y tú, disponte a pelear,
puesto en pie les dirás
todo lo que yo te ordene.
Y no les tengas miedo,
o seré yo el que te intimide#1,17: disponte a pelear: Lit. ciñe tus lomos.— te intimide: El profeta se encuentra “entre dos fuegos”: si anuncia desgracias, tendrá que afrontar las iras del rey y del pueblo; si calla por miedo a su tarea de acusador, tendrá que vérselas con el Señor. Esta posición realmente incómoda para el profeta se percibirá a lo largo de todo el libro..
18Mira, te he convertido
desde hoy en plaza fuerte,
serás columna de hierro,
igual que muro de bronce,
enfrentado a todo el país:
a los reyes y príncipes de Judá,
sacerdotes y pueblo#1,18: reyes… sacerdotes… pueblo: Están aquí representados casi todos los poderes del Estado: político (monarquía), eclesiástico (sacerdotes) y productor-financiero (pueblo de la tierra). El pueblo de la tierra (o gente del país ) hacía referencia, en tiempos de Jeremías, a las clases rurales acomodadas, defensoras del yahvismo y de la dinastía davídica, y de gran influencia en la esfera política. Con el paso del tiempo, especialmente en la época postexílica, la expresión pasó a designar al pueblo llano en general, sobre todo al campesinado. de la tierra.#1,8+; (ver Ez 3,8).
19Te atacarán, pero no te vencerán,
pues estoy contigo para ayudarte
—oráculo del Señor—.

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