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Génesis 6

6
La maldad de los hombres
1Cuando los hombres comenzaron a poblar la tierra y tuvieron hijas, 2los hijos de Dios#6.2 Los hijos de Dios: es decir, los seres divinos o celestiales como los mencionados en Job 1.6; 2.1; 38.7; Sal 29.1; 89.8. Con toda probabilidad este pasaje recoge una tradición muy antigua, que los israelitas tenían en común con otros pueblos vecinos, y que se refería a una legendaria raza de gigantes. Según esa tradición, aquellos gigantes habían nacido de la unión antinatural de unos seres sobrenaturales, llamados aquí hijos de Dios, con mujeres humanas. Aunque el relato bíblico contiene muchos aspectos oscuros, su intención, en este contexto, es afirmar una vez más la incontenible expansión del pecado en el mundo y la corrupción creciente del género humano. Véanse 1 P 3.20 nota *; Jud 6 n. vieron que estas mujeres eran hermosas. Entonces escogieron entre todas ellas, y se casaron con las que quisieron. 3Pero el Señor dijo: «No voy a dejar que el hombre viva para siempre,#6.3 No voy a dejar que el hombre viva para siempre: lit. mi espíritu no permanecerá siempre en el hombre. El espíritu, en este contexto, es el principio vivificante o aliento vital que Dios infunde en los seres vivientes en el momento de darles la vida. Cf. Gn 2.7; Sal 104.29. porque él no es más que carne. Así que vivirá solamente ciento veinte años.»
4Los gigantes aparecieron en la tierra cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres para tener hijos con ellas, y también después. Ellos fueron los famosos héroes de los tiempos antiguos.
5El Señor vio que era demasiada la maldad del hombre en la tierra y que éste siempre estaba pensando en hacer lo malo, 6y le pesó haber hecho al hombre. Con mucho dolor 7dijo: «Voy a borrar de la tierra al hombre que he creado, y también a todos los animales domésticos, y a los que se arrastran, y a las aves. ¡Me pesa haberlos hecho!»
8Sin embargo, el Señor miraba a Noé con buenos ojos.#6.5-8 Cf. Mt 24.37; Lc 17.26; 1 P 3.20.
La barca de Noé
9Ésta es la historia de Noé.
Noé era un hombre muy bueno, que siempre obedecía a Dios. Entre los hombres de su tiempo, sólo él vivía de acuerdo con la voluntad de Dios.#6.9 Cf. Eclo 44.17; Sab 10.4; 2 P 2.5. 10Noé tuvo tres hijos, que fueron Sem, Cam y Jafet.
11Para Dios, la tierra estaba llena de maldad y violencia, 12pues toda la gente se había pervertido. Al ver Dios que había tanta maldad en la tierra, 13le dijo a Noé: «He decidido terminar con toda la gente. Por su culpa hay mucha violencia en el mundo, así que voy a destruirlos a ellos y al mundo entero. 14Construye una barca#6.14 La descripción presentada en el texto bíblico no evoca la imagen de una embarcación corriente, sino la de una construcción cubierta con un techo (cf. Gn 6.16) y preparada para resistir los embates torrenciales del diluvio (cf. Gn 7.18). de madera resinosa, haz cuartos en ella, y tapa con brea todas las rendijas de la barca por dentro y por fuera, para que no le entre agua. 15Haz la barca de estas medidas: ciento treinta y cinco metros de largo, veintidós metros y medio de ancho, y trece metros y medio de alto. 16Hazla de tres pisos, con una ventana como a medio metro del techo, y con una puerta en uno de los lados.#6.16 La forma y las dimensiones de la embarcación son difíciles de precisar, ya que en la descripción se emplean términos náuticos antiguos, cuyo significado no es del todo claro. 17Yo voy a mandar un diluvio que inundará la tierra y destruirá todo lo que tiene vida en todas partes del mundo. Todo lo que hay en la tierra morirá. 18Pero contigo estableceré mi alianza,#6.18 Aquí se anticipa el tema del pacto o alianza, cuya conclusión tendrá lugar al término del diluvio. Véase Gn 9.12-17 n. y en la barca entrarán tus hijos, tu esposa, tus nueras y tú. 19También llevarás a la barca un macho y una hembra de todos los animales que hay en el mundo, para que queden con vida igual que tú. 20Contigo entrarán en la barca dos animales de cada clase: tanto de las aves y animales domésticos, como de los que se arrastran por el suelo, para que puedan seguir viviendo. 21Junta además toda clase de alimentos y guárdalos, para que tú y los animales tengan qué comer.»
22Y Noé hizo todo tal como Dios se lo había ordenado.#6.22 Cf. Heb 11.7.

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