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Génesis 4

4
Caín y Abel#4.1-16 Este relato continúa el ciclo iniciado en el cap. anterior. La rebelión del hombre contra Dios (Gn 3.6) nunca es un hecho aislado. A ella le siguen inevitablemente el pecado y la violencia del hombre contra su hermano. Véase Jer 9.4(3) n.
1El hombre se unió con su esposa Eva. Ella quedó embarazada y dio a luz a su hijo Caín, y dijo: «Ya tengo un hijo varón. El Señor me lo ha dado.»#4.1 El nombre Caín y el verbo hebreo que significa llegar a tener suenan muy parecidos. 2Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a criar ovejas, y Caín se dedicó a cultivar la tierra.#4.2 Los diferentes modos de vida de los pastores y los agricultores suelen ser causa de numerosos conflictos (cf. Jue 6.3-6). Pero el crimen de Caín no está motivado por el hecho de que Abel era pastor, sino por la aceptación y la no aceptación de las ofrendas presentadas al Señor (cf. v. 5).
3Pasó el tiempo, y un día Caín llevó al Señor una ofrenda del producto de su cosecha. 4También Abel llevó al Señor las primeras y mejores crías de sus ovejas. El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, 5pero no miró así a Caín ni a su ofrenda, por lo que Caín se enojó muchísimo y puso muy mala cara.#4.4-5 Este relato bíblico no aclara el porqué de esta aceptación y de este rechazo. Según algunos intérpretes, el rechazo se debe a que el suelo estaba todavía bajo la maldición divina (cf. Gn 3.17). De todas maneras, Dios, en su absoluta soberanía, tiene libertad para escoger a quien él quiere (cf. Ex 33.19; Dt 7.7-8; Ro 9.15). En Heb 11.4 se afirma que fue la fe de Abel la que hizo agradable su ofrenda. 6Entonces el Señor le dijo: «¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? 7Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara;#4.7 Podrías levantar la cara: otra posible traducción: serías aceptado. pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte.#4.7 El pecado aparece aquí como una fiera al acecho y dispuesta a atacar. Cf. 1 P 5.8. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él.»#4.7 Tú puedes dominarlo a él: Una vez más, el relato bíblico afirma la capacidad del hombre para elegir libre y responsablemente entre el bien y el mal (véase Gn 2.17 nota; cf. también Dt 30.15-20; Eclo 15.11-20). Nótese, además, la correspondencia entre la advertencia que el Señor dirige a Caín y el mandamiento impuesto al primer hombre (Gn 2.16-17). Según el relato anterior, la orden divina fue quebrantada por un acto de desobediencia; según este relato, por una acción criminal. En uno y otro caso, después del pecado hay una pregunta del Señor al hombre (Gn 3.9; 4.9), un castigo por la falta cometida (3.14-19; 4.11-12) y un gesto misericordioso del Señor que alivia en parte el castigo (Gn 3.21; 4.15).
8Un día, Caín invitó a su hermano Abel a dar un paseo,#4.8 A dar un paseo: según versiones antiguas. La frase no se encuentra en el texto hebreo. y cuando los dos estaban ya en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.#4.8 Sab 10.3; Mt 23.35; Lc 11.51; 1 Jn 3.12. 9Entonces el Señor le preguntó a Caín:
—¿Dónde está tu hermano Abel?#4.9 ¿Dónde está tu hermano Abel?: Hay un evidente paralelismo entre esta pregunta y la de Gn 3.9. En ambos casos, los interrogados tratan de eludir su propia responsabilidad con una evasiva. Véase Ex 32.22-24 n.
Y Caín contestó:
—No lo sé. ¿Acaso es mi obligación cuidar de él?
10El Señor le dijo:
—¿Por qué has hecho esto?#4.10 Compárese esta pregunta con la de Gn 3.13. La sangre#4.10 La sangre: Lit. las sangres; véase Sal 9.12(13) n. Acerca del clamor de la sangre derramada injustamente, cf. Ez 24.7-8. de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que yo haga justicia.#Heb 12.24. 11Por eso, quedarás maldito y expulsado de la tierra que se ha bebido la sangre de tu hermano, a quien tú mataste. 12Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte sus frutos. Andarás vagando por el mundo, sin poder descansar jamás.
13Entonces Caín respondió al Señor:
—Yo no puedo soportar un castigo tan grande.#4.13 Caín no expresa arrepentimiento; comprueba, simplemente, que su crimen lo ha separado de Dios y de los hombres, y se lamenta de encontrarse en una situación de completa inseguridad, sin asilo ni protección. 14Hoy me has echado fuera de esta tierra, y tendré que vagar por el mundo lejos de tu presencia, sin poder descansar jamás. Y así, cualquiera que me encuentre me matará.
15Pero el Señor le contestó:
—Pues si alguien te mata, será castigado siete veces.#4.15 Siete veces: Véase Gn 4.23-24 n.
Entonces el Señor le puso una señal a Caín, para que el que lo encontrara no lo matara.#4.15 El texto no indica en qué consistía la señal o marca que el Señor puso a Caín. Lo cierto es que esa señal colocaba al culpable bajo la protección de Dios y le preservaba la vida (cf. Ez 9.4-6). Véase Gn 3.21 n. 16Caín se fue del lugar donde había estado hablando con el Señor, y se quedó a vivir en la región de Nod,#4.16 Nod: región no identificada; quizá se trata de un nombre simbólico, que alude a la vida errante de Caín (nad, en hebreo, significa vagabundo; cf. vv. 12,14). que está al oriente de Edén.
Los descendientes de Caín#4.17-24 Estas listas genealógicas desempeñan un papel muy importante en la primera parte del Génesis, porque establecen un nexo entre los orígenes de la humanidad (Gn 1—11) y la historia de los patriarcas (Gn 12—50). Así se pone de manifiesto que la revelación de Dios a Abraham y, después de él, a Israel, un pueblo particular, forma parte de un plan divino de salvación que abarca a todas las naciones (véase Gn 11.10-26 n.). Cf. Gn 12.4; 26.4; 28.14.
17Caín se unió con su mujer, y ella quedó embarazada y dio a luz a Henoc. Luego Caín fundó una ciudad,#4.17 Fundó una ciudad: En el marco de esta genealogía se dan varias indicaciones acerca de los orígenes de la civilización. A Caín, el primer homicida (cf. Gn 4.8), se le atribuye la fundación de la primera ciudad, y a su descendencia se hace remontar el origen de las artes y las técnicas (cf. vv. 20-22). a la que le puso por nombre Henoc, como a su hijo. 18Henoc fue el padre de Irad, Irad fue el padre de Mehujael, Mehujael fue el padre de Metusael, y Metusael fue el padre de Lámec.#4.18 La primera parte de esta genealogía menciona siete generaciones desde Adán hasta Lámec. Esa cifra tiene, sin duda, un significado simbólico, ya que, tanto en Israel como en el antiguo Oriente, el número siete representaba la perfección y la plenitud. Véanse Gn 4.23-24 n.; Sal 79.12 nota. 19Lámec tuvo dos esposas: una de ellas se llamaba Adá, y la otra se llamaba Silá. 20Adá dio a luz a Jabal, de quien descienden los que viven en tiendas de campaña y crían ganado. 21Jabal tuvo un hermano llamado Jubal, de quien descienden todos los que tocan el arpa y la flauta. 22Por su parte, Silá dio a luz a Tubal-caín, que fue herrero y hacía objetos de bronce y de hierro.#4.20-22 Varios mitos del antiguo Oriente afirman que fueron los dioses los que enseñaron a los hombres las artes y las artesanías. Según el AT, por el contrario, estas actividades tienen su origen en la inventiva y el trabajo de los seres humanos. Cf. Gn 1.28; Sal 8.3-8(4-9); 115.16, y también Job 28.1-10. Tubal-caín tuvo una hermana que se llamaba Naamá.
23Un día, Lámec les dijo a sus esposas Adá y Silá:
«Escuchen bien lo que les digo:
he matado a un hombre por herirme,
a un muchacho por golpearme.
24Si a Caín lo vengarán siete veces,
a mí tendrán que vengarme
setenta y siete veces.»#4.23-24 El canto de Lámec expresa la arrogancia del hombre que responde a la mínima ofensa con una venganza desproporcionada. El número setenta y siete (once veces siete, la cifra de la plenitud) indica que se lleva la venganza a su último extremo. Véanse Gn 4.18 n.; Ex 21.23-25 n., y cf. Mt 18.21-22.
El tercer hijo de Adán y Eva
25Adán#4.25 Adán: Véase Gn 2.7 nota. volvió a unirse con su esposa, y ella tuvo un hijo al que llamó Set,#4.25 El nombre Set tiene un sonido semejante al del verbo hebreo que significa ha dado. pues dijo: «Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, al que Caín mató.»
26También Set tuvo un hijo, al que llamó Enós.#4.26 Enós, en hebreo, quiere decir hombre, varón, aunque en algunos contextos significa lo mismo que Adán. Véase Gn 1.27 nota. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor.#4.26 Señor: traducción de Yahvé, el nombre propio del Dios de Israel. Este v. presupone la gran antigüedad de este nombre divino, que ya era conocido antes de Moisés. Véanse Ex 3.13 nota; 3.14 nota; 6.3 nota.

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