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JUAN 11

11
La muerte de Lázaro
1Un hombre llamado Lázaro había caído enfermo. Era natural de Betania,#11.1 Betania: población a unos 3 km. al oriente de Jerusalén (cf. v. 18), no es la mencionada en Jn 1.28. el pueblo de María y de su hermana Marta.#11.1 Lc 10.38-39. 2Esta María, hermana de Lázaro, fue la que derramó perfume sobre los pies del Señor y los secó con sus cabellos.#11.2 Cf. Jn 12.3. 3Así que las dos hermanas enviaron a decir a Jesús:
–Señor, tu amigo está enfermo.
4Jesús dijo al oirlo:
–Esta enfermedad no va a terminar en muerte, sino que ha de servir para mostrar la gloria de Dios y también la gloria del Hijo de Dios.
5Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro; 6sin embargo, cuando le dijeron que Lázaro estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde se encontraba. 7Después dijo a sus discípulos:
–Vamos otra vez a Judea.#11.7 En este momento, Jesús y sus discípulos se encontraban en Perea, al oriente del río Jordán (Jn 10.40).
8Los discípulos le contestaron:
–Maestro, hace poco los judíos de esa región trataron de matarte a pedradas,#11.8 Jn 8.59; 10.31. ¿y otra vez quieres ir allá?
9Jesús les dijo:
–¿No es cierto que el día tiene doce horas? Pues bien, si uno anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10pero si uno anda de noche tropieza, porque le falta la luz.#11.9-10 Jn 12.35.
11Después añadió:
–Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero voy a despertarle.
12Los discípulos le dijeron:
–Señor, si se ha dormido es señal de que va a sanar.
13Pero lo que Jesús decía era que Lázaro había muerto, mientras que los discípulos pensaban que se había referido al sueño natural.#11.11-13 Tanto en hebreo como en griego se usa el término “dormirse” para designar la muerte. Véase, además, Jn 3.3-4 n. 14Entonces Jesús les habló claramente:
–Lázaro ha muerto. 15Y me alegro de no haber estado allí, porque así es mejor para vosotros, para que creáis. Pero vayamos a verle.
16Tomás, al que llamaban el Gemelo,#11.16 Tomás viene de la palabra aramea que significa “gemelo”. dijo a los otros discípulos:
–Vayamos también nosotros, para morir con él.
Jesús es la resurrección y la vida
17Jesús, al llegar, se encontró con que ya hacía cuatro días que habían sepultado a Lázaro. 18Betania estaba cerca de Jerusalén, a unos tres kilómetros, 19y muchos judíos habían ido a visitar a Marta y María, para consolarlas por la muerte de su hermano. 20Cuando Marta supo que Jesús estaba llegando, salió a recibirle; pero María se quedó en la casa. 21Marta dijo a Jesús:
–Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22Pero aun ahora yo sé que Dios te dará cuanto le pidas.
23Jesús le contestó:
–Tu hermano volverá a vivir.
24Marta le dijo:
–Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día último.#11.24 Cf. Is 26.19; Dn 12.1-3; 2 Mac 7.14,23; 12.43-45.
25Jesús le dijo entonces:
–Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;#11.25 Sobre vida, véanse Jn 3.15 n. y 6.35 n. 26y ninguno que esté vivo y crea en mí morirá jamás.#11.25-26 Sobre creer, véase Jn 1.12 n. Cf. Ro 6.4-5; Col 2.12; 3.1. ¿Crees esto?
27Ella le dijo:
–Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios,#11.27 Hijo de Dios: Véase Jn 1.49 nota l. el que tenía que venir al mundo.#11.27 Cf. Mt 16.16; Jn 6.69.
Jesús llora junto al sepulcro de Lázaro
28Después de esto, Marta fue a llamar a su hermana María y le dijo en secreto:
–El Maestro está aquí y te llama.
29En cuanto María lo oyó, se levantó y fue a ver a Jesús; 30pero Jesús no había entrado aún en el pueblo, sino que permanecía en el lugar donde Marta había ido a encontrarle. 31Al ver que María se levantaba y salía de prisa, los judíos que habían ido a consolarla a la casa, la siguieron pensando que iba al sepulcro a llorar.
32Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se puso de rodillas a sus pies, diciendo:
–Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
33Jesús, al ver llorar a María y a los judíos que habían llegado con ella, se sintió profundamente triste y conmovido, 34y les preguntó:
–¿Dónde lo habéis sepultado?
Le dijeron:
–Señor, ven a verlo.
35Y Jesús lloró. 36Los judíos dijeron entonces:
–¡Mirad cuánto le quería!
37Pero algunos decían:
–Este, que dio la vista al ciego,#11.37 Jn 9.6-7. ¿no podría haber hecho algo para que Lázaro no muriese?
Resurrección de Lázaro
38Jesús, otra vez muy conmovido, se acercó al sepulcro. Era una cueva que tenía la entrada tapada con una piedra. 39Jesús dijo:
–Quitad la piedra.
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
–Señor, seguramente huele mal, porque hace cuatro días que murió.
40Jesús le contestó:
–¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?#11.40 La gloria de Dios: Véase Jn 1.14 nota ñ.
41Quitaron la piedra, y Jesús, mirando al cielo, dijo:
–Padre, te doy gracias porque me has escuchado. 42Yo sé que siempre me escuchas, pero digo esto por el bien de los que están aquí, para que crean que tú me has enviado.
43Habiendo hablado así, gritó con voz fuerte:
–¡Lázaro, sal de ahí!
44Y el muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas y envuelta la cara en un lienzo. Jesús les dijo:
–Desatadlo y dejadle ir.
Conspiración para arrestar y matar a Jesús
(Mt 26.1-5; Mc 14.1-2; Lc 22.1-2)
45Al ver lo que Jesús había hecho, creyeron en él muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María. 46Pero algunos fueron a contar a los fariseos lo hecho por Jesús. 47Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes, reunidos con la Junta Suprema,#11.47 Junta Suprema: Véase Índice temático. dijeron:
–¿Qué haremos? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. 48Si le dejamos seguir así, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación.
49Pero uno de ellos llamado Caifás, sumo sacerdote aquel año,#11.49 Caifás fue sumo sacerdote durante los años 18-36 d.C. les dijo:
–Vosotros no sabéis nada. 50No os dais cuenta de que es mejor para vosotros que muera un solo hombre por el pueblo y no que toda la nación sea destruida.
51Pero Caifás no habló así por su propia cuenta, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, dijo proféticamente que Jesús había de morir por la nación judía, 52y no solo por esta nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que se hallaban dispersos.#11.52 Jn 10.16; cf. Is 11.12; Jer 23.3; Mc 2.12. 53Desde aquel día, las autoridades judías tomaron la decisión de matar a Jesús.
54Por eso, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se marchó de la región de Judea a un lugar cercano al desierto, a un pueblo llamado Efraín.#11.54 Efraín: situado probablemente al nordeste de Jerusalén. Allí se quedó con sus discípulos.
55Faltaba poco para la fiesta de la Pascua#11.55 Pascua: Véase Jn 2.13 n. Esta es la tercera Pascua mencionada en Jn. Antes de celebrar la Pascua, los que se encontraban ritualmente impuros debían hacer una purificación que podía durar hasta siete días (cf. 2 Cr 30.17-20). de los judíos, y mucha gente de los pueblos se dirigía a Jerusalén, a celebrar antes de la Pascua los ritos de purificación. 56Andaban buscando a Jesús, y se preguntaban unos a otros en el templo:
–¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta, o no?
57Los fariseos y los jefes de los sacerdotes habían dado orden de que, si alguien sabía dónde estaba Jesús, lo dijera, para poder apresarle.

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