YouVersion Logo
Search Icon

JUAN 1

1
LA REVELACIÓN DE DIOS EN JESUCRISTO (1–12)
Prólogo (1.1-18)#1.1-18 El evangelio comienza con un himno (1.1-18), llamado con frecuencia “prólogo”, de carácter poético y profundo contenido teológico.
1En el principio ya existía la Palabra,#1.1 Jesucristo es llamado Palabra (vs. 1,14; cf. también 1 Jn 1.1; Ap 19.13) haciendo alusión a la palabra creadora de Dios (Gn 1.1-26; Sal 33.6), a su palabra reveladora (Sal 33.4; 119.89), a su palabra salvadora (Sal 107.20) y a la sabiduría divina (Pr 8.22-31; Sab 8.6; 9.9). y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. 2Él estaba en el principio con Dios. 3Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él.#1.3 Col 1.15-17; Heb 1.2. 4En él estaba la vida,#1.3-4 Otra puntuación de los vs. 3-4 permite la siguiente traducción: nada de lo que existe fue hecho sin él, 4 y lo que fue hecho tenía vida en él. y la vida era la luz de la humanidad.#1.4 Sobre el término vida, véase Jn 3.15 n. Sobre el término luz, véase 1.9 n. 5Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla.#1.5 Apagarla o dominarla: otras posibles traducciones: aceptarla (cf. v. 11) o comprenderla.
6Hubo un hombre llamado Juan,#1.6 Las menciones de Juan el Bautista en vs. 6-8 y 15 son dos paréntesis en el himno, que preparan la narración de vs. 19-34. a quien Dios envió 7como testigo, para que diera testimonio de la luz y para que todos creyesen por medio de él.#1.7 Mt 3.1-12; Mc 1.1-8; Lc 3.1-9,15-17. 8Juan no era la luz, sino uno enviado a dar testimonio de la luz. 9La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad venía a este mundo.#1.9 Es frecuente en Jn designar la acción reveladora y salvadora de Cristo con el simbolismo de la luz. Jn 8.12; 9.5; 12.46. Cf. Is 49.6.
10Aquel que es la Palabra estaba en el mundo, y aunque Dios había hecho el mundo por medio de él, los que son del mundo no le reconocieron.#1.10 La palabra mundo puede designar en Jn a toda la humanidad (cf. Jn 3.16), o más en particular a los que no creen en Jesús (cf. Jn 7.7; 12.31; 14.17; 16.8,11; 17.9,14). 11Vino a su propio mundo, pero los suyos no le recibieron. 12Pero a quienes le recibieron y creyeron en él#1.12 Creyeron en él: Jn resalta fuertemente el valor de creer en Jesucristo. Creer es la respuesta del hombre con la mente, con el corazón, con toda la persona, a la acción salvadora de Dios por medio de Jesucristo. Cuando cree, el hombre recibe la vida eterna (cf. Jn 3.14-16; 6.40; 11.25-26; 20.31). les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. 13Y son hijos de Dios,#1.13 Jn distingue claramente entre Jesucristo, el Hijo único de Dios (v. 18), y aquellos que llegan a ser “hijos de Dios” por creer en Jesucristo. no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.#1.13 Algunas interpretaciones antiguas han comprendido este v. así: Él es el Hijo de Dios, no por la naturaleza o por los deseos humanos, sino porque Dios lo ha engendrado, refiriendo esta frase a Cristo.
14Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió#1.14 Vivió: lit. puso su tienda de campaña, aludiendo a la presencia de Dios en medio de su pueblo, en la tienda del encuentro o santuario durante la etapa de estancia en el desierto (cf. Ex 40.34-38; Ap 21.3). entre nosotros lleno de amor y de verdad. Y hemos visto su gloria,#1.14 La gloria hace referencia a la presencia activa de Dios para salvar a su pueblo (1 R 8.10-11; Is 6.3; 58.8; 60.1; Jn 2.11; 17.5). la gloria que como Hijo único recibió del Padre. 15Juan dio testimonio de él diciendo: “A este me refería yo cuando dije que el que viene después de mí es más importante que yo, porque existía antes que yo.”#1.15 Jn 1.30.
16De sus grandes riquezas, todos hemos recibido bendición tras bendición.#1.16 Bendición tras bendición: otros traducen un don en vez de otro, dado que el don de la ley ha quedado superado por el de la revelación definitiva (“el amor y la verdad”) que es Jesucristo. 17Porque la ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor y la verdad se han hecho realidad por medio de Jesucristo.#1.17 Aquí ya se dice explícitamente que los términos simbólicos usados antes (Palabra, luz, vida) se refieren a Jesucristo. 18Nadie ha visto jamás a Dios;#1.18 Ex 33.18-20. el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, nos lo ha dado a conocer.#1.14-18 Mt 11.27; Lc 10.22; 1 Jn 1.2.
1. La revelación del Hijo de Dios (1.19–3.36)
El testimonio de Juan el Bautista
(Mt 3.11-12; Mc 1.7-8; Lc 3.15-17)
19Los judíos#1.19 Los judíos: Aquí y en otros lugares de Jn, esta expresión designa a las autoridades religiosas de Jerusalén (cf. Jn 2.18; 5.10; 7.1). de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a Juan, a preguntarle quién era. 20Y él confesó claramente:
–Yo no soy el Mesías.
21Le volvieron a preguntar:
–¿Quién eres, pues? ¿El profeta Elías?#1.21 Elías: Mal 4.5-6 (véase Mal 4.5 n.); Eclo 48.4-10; Mt 17.10-12.
Juan dijo:
–No lo soy.
Ellos insistieron:
–Entonces, ¿eres el profeta que había de venir?#1.21 El profeta que había de venir: Algunos esperaban para los tiempos mesiánicos un profeta especial, de acuerdo con Dt 18.15-18. Cf. también Jn 6.14; 7.40.
Contestó:
–No.
22Le dijeron:
–¿Quién eres, pues? Tenemos que llevar una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué puedes decirnos acerca de ti mismo?
23Juan les contestó:
–Yo soy, como dijo el profeta Isaías,#1.23 Is 40.3. Cf. Mt 3.3 y paralelos.
‘Una voz que grita en el desierto:
¡Abrid un camino recto para el Señor!’
24Los que habían sido enviados por los fariseos a hablar con Juan, 25le preguntaron:
–Pues si no eres el Mesías ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?
26Juan les contestó:
–Yo bautizo con agua, pero entre vosotros hay uno que no conocéis: 27ese es el que viene después de mí. Yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias.#1.27 Mc 1.7.
28Todo esto sucedió en el lugar llamado Betania,#1.28 Betania: un lugar al oriente del río Jordán, no la aldea cercana a Jerusalén que se menciona en Jn 11.18. Algunos mss. dicen Betabara. al oriente del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Jesús, el Cordero de Dios
29Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: “¡Mirad, ese es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!#1.29 Aquí y en 1.36 se designa a Jesús con el título de Cordero de Dios. La imagen del cordero también se aplica a Jesús en otros lugares del NT y puede aludir, según los casos, al cordero de la Pascua (Ex 12.1-24; 1 Co 5.7; 1 P 1.18-19; véase Jn 19.36 n.), al cordero que se ofrecía diariamente en sacrificio (Ex 29.38-42), al siervo sufriente del Señor (Is 53.4-7; cf. Hch 8.32) y al cordero vencedor del mal (cf. Ap 17.14). 30A él me refería yo cuando dije: ‘Después de mí viene uno que es más importante que yo, porque existía antes que yo.’#1.30 Jn 1.15,27. 31Yo mismo no sabía quién era él, pero he venido bautizando con agua precisamente para que el pueblo de Israel le conozca.”
32Juan también declaró: “He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma, y reposar sobre él. 33Yo aún no sabía quién era él, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que el Espíritu baja y reposa, es el que bautiza con Espíritu Santo.’ 34Yo ya le he visto, y soy testigo de que es el Hijo de Dios.”#1.32-34 Mt 3.11,16-17 y paralelos; Hch 1.5; 2.1-4 (cf. Is 11.1-2; 42.1; 61.1). #1.34 El Hijo de Dios: Algunos mss. tienen el Elegido de Dios.
Los primeros discípulos
35Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores.#1.35 El autor empieza a mostrar ahora cómo algunos, partiendo del testimonio de Juan, se encuentran con Jesús y creen en él. Jesús irá perfeccionando la fe de ellos con hechos y palabras (cf. Jn 2.11; 6.68-69; 16.1; 20.8). 36Cuando vio pasar a Jesús dijo:
–¡Mirad, ese es el Cordero de Dios!
37Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. 38Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó:
–¿Qué estáis buscando?
Ellos dijeron:
–Maestro, ¿dónde vives?
39Jesús les contestó:
–Venid a verlo.
Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.
40Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. 41Lo primero que hizo Andrés fue buscar a su hermano Simón. Le dijo:
–Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).#1.41 Cristo es la forma griega de la palabra hebrea Mesías. Las dos significan “ungido”. Véase Índice temático.
42Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús, y cuando Jesús le vio, dijo:
–Tú eres Simón, hijo de Juan, pero serás llamado Cefas (que significa: Pedro).#1.40-42 Mt 4.18-20; Mc 1.16-18. #1.42 Cefas y Pedro son dos formas del mismo nombre, aramea y griega respectivamente (cf. Mt 16.18; Mc 3.16).
Jesús llama a Felipe y Natanael
43Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe y le dijo:
–Sígueme.
44Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde también eran Andrés y Pedro. 45Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo:
–Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas.#1.45 Moisés... los profetas: las dos partes principales de las Escrituras para los judíos (cf. Mt 5.17). Es Jesús, el hijo de José,#1.45 El hijo de José: Cf. Mt 1.18-25; Lc 1.26-38; 3.23. el de Nazaret.
46Preguntó Natanael:
–¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?#1.46 Nazaret era una pequeña población, no mencionada en el AT, sin importancia especial en la época.
Felipe le contestó:
–Ven y compruébalo.
47Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo:
–Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
48Natanael le preguntó:
–¿De qué me conoces?
Jesús le respondió:
–Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.#1.48 Con esta mención tan precisa, Jesús muestra el conocimiento personal y profundo que tiene de los hombres. Cf. Jn 2.24-25; 4.17-19,29; 13.11; 16.30.
49Natanael le dijo:
–Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios,#1.49 Hijo de Dios: usado aquí como título mesiánico. Véase Mt 3.17 n., y cf. Mt 14.33; 16.16; Jn 11.27. tú eres el Rey de Israel!#1.49 Rey de Israel: título mesiánico. Jn muestra que Jesús es rey, pero de manera distinta a como muchos lo esperaban. Cf. Jn 6.15; 18.33-36; 19.19.
50Jesús le contestó:
–¿Me crees solamente por haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas más grandes que estas verás!
51Y añadió:
–Os aseguro que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.#1.51 Hijo del hombre: Véase Índice temático. En este v. se alude al sueño de Jacob (Gn 28.10-17), cuando éste comprendió que el lugar dode estaba era sagrado y por eso le puso el nombre de Betel, “casa de Dios”. Los discípulos, después de presenciar los hechos, la muerte y la resurrección de Jesús, pudieron comprender que Jesús es la verdadera y definitiva casa de Dios entre los hombres.

Currently Selected:

JUAN 1: DHHE

Highlight

Share

Copy

None

Want to have your highlights saved across all your devices? Sign up or sign in

YouVersion uses cookies to personalize your experience. By using our website, you accept our use of cookies as described in our Privacy Policy