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HECHOS 25

25
Pablo ante el gobernador Festo
1Festo llegó para ocupar su puesto de gobernador,#25.1 Porcio Festo, sucesor de Félix, fue procurador de Judea, probablemente del año 60 d.C. hasta su muerte en el 62 d.C. y tres días después se dirigió de Cesarea a Jerusalén.#25.1 De Cesarea, capital administrativa, Festo fue casi de inmediato a Jerusalén, la capital religiosa, para establecer relaciones con los judíos. 2Allí los sacerdotes y los judíos más importantes le presentaron una demanda contra Pablo. 3Le pidieron, como favor especial, que ordenase el traslado de Pablo a Jerusalén. El plan de ellos era hacer que lo mataran en el camino;#25.3 Cf. el complot de Hch 23.12-15; ahora, como no habían podido matar a Pablo, querían que, por lo menos, fuera devuelto a la jurisdicción judía. 4pero Festo contestó que Pablo estaba preso en Cesarea y que él mismo pensaba ir allá dentro de poco. 5Les dijo:
–Por eso, vuestras autoridades deben ir conmigo a Cesarea, y si ese hombre ha cometido algún delito, allí podrán acusarle.
6Festo permaneció en Jerusalén ocho o diez días más, y luego regresó a Cesarea. Al día siguiente ocupó su asiento en el tribunal y ordenó que le llevaran a Pablo. 7Cuando Pablo entró, los judíos llegados de Jerusalén se acercaron y le acusaron de muchas cosas graves, aunque no pudieron probar ninguna de ellas.#25.7 Cf. Mc 14.55-59; Lc 23.13-15. 8Pablo, a su vez, dijo en su defensa:
–Yo no he cometido ningún delito, ni contra la ley de los judíos ni contra el templo ni contra el césar.
9Pero como Festo quería quedar bien con los judíos, preguntó a Pablo:
–¿Quieres ir a Jerusalén para que yo juzgue allí tu caso?
10Pablo contestó:
–Estoy ante el tribunal del césar, que es donde debo ser juzgado. Como tú bien sabes, nada malo he hecho contra los judíos. 11Si he cometido algún delito que merezca la pena de muerte, no me niego a morir; pero si no hay nada de cierto en las cosas de que me acusan, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos. Pido que me juzgue el propio césar.#25.9-11 Pablo, sabiendo que en Jerusalén no tendría un juicio imparcial por causa de la presión de los judíos, apela al césar (en la persona del gobernador, o en la del propio césar). Era éste un derecho que le correspondía como ciudadano romano.
12Festo consultó entonces con sus consejeros y dijo:
–Puesto que has pedido que te juzgue el césar, al césar irás.#25.12 Festo ordena que el caso se juzgue ante el emperador mismo, lo cual llevará a Pablo hasta Roma (Hch 27–28).
Pablo es llevado ante Agripa
13Al cabo de algunos días, el rey Agripa#25.13 Agripa: Herodes Agripa II, o Marco Julio Agripa, hijo de Herodes Agripa I (véase Hch 12.1 n.); había recibido del emperador el título de rey sobre algunos territorios al norte de Palestina, y autoridad para nombrar al sumo sacerdote judío. Aunque la familia de Herodes era de ascendencia judía, Agripa se había puesto de parte de los romanos y casi no practicaba su propia religión; sin embargo, Pablo le habla como a judío (Hch 26.3-8,27). y Berenice#25.13 Berenice, hermana de Agripa y de Drusila (Hch 24.24), había tenido diferentes maridos y amantes de alto rango, y ahora vivía con su propio hermano. fueron a Cesarea a saludar a Festo. 14Como estuvieron allí varios días, Festo contó al rey el caso de Pablo. Le dijo:
–Hay aquí un hombre que Félix dejó preso. 15Cuando estuve en Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos me presentaron una demanda contra él, pidiéndome que le condenara. 16Les contesté que la autoridad romana no acostumbra condenar a muerte a nadie sin que antes el acusado haya podido enfrentarse con sus acusadores para defenderse de la acusación.#25.16 Principio básico de la ley romana. 17Por eso, cuando vinieron acá, sin perder tiempo, ocupé al día siguiente mi asiento en el tribunal y mandé traer al hombre. 18Pero los que se presentaron para acusarle no alegaron en contra suya ninguno de los delitos que yo había pensado. 19Lo único que tenían contra él eran cosas de su religión, y de un tal Jesús que murió y que Pablo dice que está vivo. 20Como yo no sabía qué hacer en este asunto, le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para ser juzgado de esas cosas; 21pero él ha pedido que le juzgue Su Majestad el emperador.#25.21 El emperador: Nerón, que lo fue entre los años 54 y 68 d.C. Por eso he ordenado que siga preso hasta que yo pueda enviárselo al césar.
22Agripa dijo a Festo:
–Yo también quisiera oir a ese hombre.
Festo le contestó:
–Mañana mismo le oirás.
23Al día siguiente, Agripa y Berenice llegaron con gran pompa,#25.23 Pompa o solemnidad: una procesión ostentosa, por tratarse de personajes reales. y entraron en la sala junto con los jefes militares y las principales autoridades de la ciudad. Festo mandó que le llevaran a Pablo, 24y dijo:
–Rey Agripa y señores que estáis aquí reunidos con nosotros: ahí tenéis a ese hombre. Todos los judíos me han traído acusaciones contra él, tanto en Jerusalén como aquí en Cesarea, y no dejan de pedirme a gritos su muerte; 25pero a mí no me parece que haya hecho nada que la merezca.#25.25 Cf. Hch 18.14-15; 23.29. Sin embargo, como él mismo ha pedido ser juzgado por Su Majestad el emperador, he decidido enviárselo. 26Ahora bien, como no tengo nada concreto que escribir a mi señor el emperador acerca de él, lo traigo ante vosotros, y sobre todo ante ti, rey Agripa, para que después de interrogarle tenga yo algo que escribir. 27Pues me parece absurdo enviar un preso y no decir de qué está acusado.

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