JEREMÍAS 12
12
El profeta se dirige a Dios
1Señor, si trato de discutir contigo,
tú siempre llevas la razón.
Sin embargo, quisiera preguntarte
el porqué de algunas cosas.
¿Por qué les va bien a los malvados?
¿Por qué viven tranquilos los traidores?#12.1 Estas inquietantes preguntas vuelven a encontrarse en Hab 1.13, en algunos salmos (véase Sal 37 nota a; cf. también Sal 49; 73) y a lo largo de todo el libro de Job (cf. especialmente Job 21).
2Tú los plantas,
y ellos echan raíces, crecen y dan fruto.
De labios afuera te tienen cerca,
pero en su interior están lejos de ti.#12.2 Cf. Is 29.13; Mt 15.8-9.
3Tú, en cambio, Señor, me conoces;
tú me ves y sabes
cuáles son mis sentimientos hacia ti.#12.3 Tú... me conoces: Véase Jer 11.20 nota q.
¡Llévate a esa gente como ovejas al matadero;
márcalos para el día de la matanza!
4¿Hasta cuándo#12.4 ¿Hasta cuándo?: Véase Sal 13 nota a. estará seca la tierra
y marchita la hierba de los campos?
Los animales y las aves se están muriendo#12.4 Os 4.3.
por la maldad de los habitantes del país,
que piensan que no ves lo que hacen.#12.4 Piensan que no ves lo que hacen: Véase Sal 14.1 n.
Respuesta de Dios#12.5-6 Las “Confesiones” de Jeremías concluyen a veces con una respuesta del Señor a la plegaria del profeta (cf. Jer 15.19-21). En el caso presente (vs. 5-6), la respuesta divina es una invitación a superar el desaliento y el temor: si Jeremías no es capaz de soportar una prueba ligera, mucho menos estará en condiciones de afrontar los peligros que se avecinan y que serán mucho más graves. Cf. Jer 45.5.
5“Si tanto te cansas corriendo con gente de a pie,
¿cómo podrás competir con gente de a caballo?
En terreno seguro te sientes tranquilo,
pero ¿qué harás en la espesura del Jordán?#12.5 La palabra traducida por espesura significa propiamente grandeza, orgullo o majestad. Sin duda se refiere a la abundante vegetación que suele crecer a orillas del Jordán y que servía de cobijo a las fieras salvajes. Cf. Jer 49.19; 50.44.
6Aun tus hermanos, los de tu propia familia,
te han traicionado,
y a gritos te insultan a tus espaldas.#12.6 Respecto de la traición aludida aquí, véase Jer 11.21 n.
No confíes en ellos
ni aunque te hablen con buenas palabras.#12.6 Cf. Miq 7.5.
La tristeza del Señor#12.7-17 El poema y el fragmento en prosa que figuran al final de este cap. introducen temas completamente distintos del expuesto en el pasaje anterior (vs. 1-6). El primero se refiere a una devastación llevada a cabo por los vecinos de Israel (vs. 7-13). El segundo anuncia el destino que el Señor tiene preparado para esos pueblos vecinos (vs. 14-17).
7“He abandonado a mi pueblo,#12.7 Mi pueblo: lit. mi casa, expresión que en labios del Señor designa al templo de Jerusalén, pero que en este contexto se refiere a Palestina y al pueblo de Israel. Cf. Os 8.1; 9.15.
he rechazado a la que fue mi posesión.
He puesto en manos de sus enemigos
a la nación que yo tanto amaba.
8Este pueblo, que fue mi posesión,
es ahora para mí como un león en la selva:
ruge contra mí.
Por eso lo aborrezco.
9Mi pueblo es como un ave de bello plumaje
a la que otras aves atacan.
¡Venid, todos los animales salvajes;
juntaos para daros un banquete!
10Muchos jefes enemigos han destruido mi viñedo,#12.10 Mi viñedo: Cf. Sal 80.8-13. La invasión aquí descrita tuvo lugar probablemente en el año 602 a.C., época en que unas bandas de caldeos, arameos, moabitas y amonitas fueron enviadas contra Judá, a causa de la rebelión del rey Joaquim contra Nabucodonosor, rey De Babilonia (2 R 24.1-2).
han pisoteado mi campo;
han convertido en desolado desierto
el terreno que más quiero.
11Lo dejaron desierto y desolado,
y yo lo veo lamentarse.
Todo el país está desierto,
pero a nadie le preocupa.
12Por todas las lomas del desierto
vinieron hombres violentos,
porque yo, el Señor, tengo una espada
que destruirá el país de extremo a extremo,
y no habrá paz para nadie.
13Sembraron trigo y cosecharon espinos;
todos sus trabajos fueron vanos.
La cosecha fue un fracaso
por causa de mi ardiente ira.”
Sobre los pueblos vecinos de Israel
14Así dice el Señor acerca de los pueblos malvados, vecinos de Israel, que han destruido la tierra que él dio como herencia a su pueblo Israel: “Yo los arrancaré de sus tierras y sacaré a Judá de en medio de ellos. 15Pero, después de arrancarlos, volveré a tener compasión de ellos y los haré regresar a su propia tierra y a su propio país. 16Ciertamente ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, pero ahora podrán establecerse en medio de mi pueblo, si de veras aceptan la religión de mi pueblo y juran por mi nombre diciendo: ‘Por la vida del Señor.’#12.16 Nótese el contenido universalista de este anuncio profético. Incluso los enemigos de Israel podrán pertenecer al pueblo de Dios si se convierten al Señor y abandonan sus falsos dioses. Cf. Is 56.3-8; Jer 3.17; 18.7-10. 17Pero a la nación que no me obedezca, la arrancaré de raíz y la destruiré. Yo, el Señor, lo afirmo.”
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Sociedad Bíblica de España
JEREMÍAS 12
12
1Tú tienes razón, Señor,
cuando discuto contigo;
pero quiero exponerte un caso:
¿Por qué prospera la conducta del malvado?
¿Por qué viven tranquilos los traidores?#Ha 1,13; Sal 51,4; Jb 21,7-13.30-33.
2Los plantas, y echan raíces,
se desarrollan, dan fruto.
Estás presente en su boca,
pero lejos de sus sentimientos.
3Tú, Señor, me conoces y me ves,
has examinado mi actitud hacia ti.
Ponlos aparte como ovejas
destinadas al matadero,
sepáralos para el día de la matanza.#15,15; Sal 5,tit.; Stg 5,5.
4¿Hasta cuándo guardará luto la tierra
y permanecerá agostada la hierba del campo?
Por la maldad de los que habitan en él,
desaparecen aves y animales.
Porque llegaron a decir:
«El Señor no verá nuestro futuro».#4,23-28; Os 4,3; Jl 1,10.
5Si corres con la infantería y te cansas,
¿cómo vas a competir con los caballos?
Si en lugares tranquilos no te sientes seguro,
¿qué harás en la maleza del Jordán?
6Incluso tus hermanos, tu familia,
han sido contigo traidores;
te van calumniando a tus espaldas.
Tampoco te fíes de ellos,
aunque te digan buenas palabras.#9,3; Mi 7,6; Sal 41,9; Lc 21,16.
Destrozos en la heredad del Señor
7He abandonado mi casa,
he desechado mi heredad;
he puesto al amor por quien suspiro
en manos de sus enemigos.#Sal 78,60-62.
8Mi heredad era para mí
igual que un león en plena selva:
lanzaba contra mí su rugido,
por eso llegué a detestarla.
9¿Es mi heredad una cueva de hienas,
con los buitres rondando junto a ella?
¡Reuníos, fieras del campo,
venid todas a comer!#Is 56,9.
10Muchos pastores destrozaron mi viña,
han pisoteado mi parcela;
convirtieron mi hermosa parcela
en una estepa desolada;#6,3; 8,13+.
11la han convertido en desolación
y se duele desolada ante mí.
Todo el país está desolado
y nadie reflexiona sobre ello.
12Por todas las dunas de la estepa
van llegando depredadores,
la espada del Señor devora
el país de punta a cabo,
nadie puede vivir en paz.#Ez 21,8.
13Sembraron trigo, cosecharon cardos;
acabaron cansados sin sacar provecho;
quedaron decepcionados de su cosecha,
por la cólera ardiente del Señor.#Dt 28,38.
14Así dice el Señor a todos los malos vecinos que se apoderaron de la herencia que di a mi pueblo Israel: Voy a arrancarlos de su tierra y arrancaré también de en medio de ellos a Judá. 15Pero después de arrancarlos, me compadeceré otra vez de ellos y los haré volver a su heredad, cada cual a su terruño.#18,7-10; Is 56,3-8. 16Y si, igual que enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, aprenden ahora en serio a jurar por mi nombre diciendo: «Por vida del Señor» según tiene costumbre mi pueblo, entonces vivirán entre mi pueblo. 17Pero a la nación que no me escuche, la arrancaré en serio y la destruiré —oráculo del Señor.
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