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Isaías 30

30
Contra los que buscan apoyo en Egipto#30.1-17 Cuarto anuncio de desastre (vv. 1-7; véase Is 28.1-6 n.). Cerca del 703 a.C., dos años después de la muerte de Sargón II de Asiria, el rey Ezequías trató de establecer una alianza con Egipto en contra de Asiria (véanse las ocasiones mencionadas en Is 20.1-6 n.; 29.15 n.; cf. también Is 28.14-22, y las advertencias hechas en Jer 2.18,36-37). Egipto prometió ayuda, pero no dio apoyo efectivo (cf. Is 31.1-3).
1El Señor afirma:
«¡Ay de los hijos rebeldes,
que hacen planes sin contar conmigo
y preparan proyectos que yo no les inspiro,
de manera que amontonan pecado sobre pecado!
2Se van a toda prisa a Egipto,
y a mí no me consultan;
buscan apoyo bajo la protección del faraón,#30.2 Faraón: título del rey de Egipto.
se refugian bajo la sombra de Egipto.
3Pero la protección del faraón los defraudará,
y el refugio a la sombra de Egipto será su humillación.
4Aunque ustedes hayan enviado embajadores
hasta las ciudades de Soan y de Hanés,#30.4 Soán: Véase Is 19.11 nota. Hanés: ciudad egipcia, situada al sur de Menfis.
5todos quedarán defraudados por esa nación inútil,
que no les trae ayuda ni provecho,
sino solo desilusión y desgracia.»
6Profecía acerca de los animales del Négueb:#30.6 El heb. de esta línea es poco claro.
Por territorio lleno de peligros,
habitado por leones que rugen,
por víboras y dragones voladores,
llevan sus tesoros y riquezas
a lomo de burro y de camello
a Egipto, pueblo inútil,
7impotente, incapaz de ayudar.
Por eso le he puesto este nombre:
«Monstruo que ruge y no hace nada».#30.7 O «El dragón inofensivo». Monstruo: heb. Rahab, nombre de un monstruo legendario (véase Sal 87.4 nota). Egipto era tenido por país poderoso; Isaías, con sarcasmo, lo considera impotente e inútil.
8Ven ahora y escríbelo en una tabla,
ponlo en una inscripción
que quede ahí para el futuro,
como testimonio eterno.#30.8 Este v. parece contener una orden dada por Dios a Isaías alrededor de los años 705-701 a.C.: debía poner por escrito sus profecías, para que el pueblo rebelde (v. 9) supiera que había sido amonestado (véase Is 8.16-22 n.). Los caps. 28—31, que tratan de las relaciones de Judá con Egipto, quizá constituyen básicamente este material.
9Esta gente es un pueblo rebelde, infiel,
que no quiere escuchar las enseñanzas del Señor.
10A los videntes dicen: «No tengan visiones»,
y a los profetas: «No nos cuenten revelaciones verdaderas;
háblennos palabras suaves;
no nos quiten nuestras ilusiones.
11Apártense del camino,
desvíense del sendero recto,
no nos pongan delante al Dios Santo de Israel.»#30.11 El Dios Santo de Israel: Véase Is 1.4 n. La gente se burla de la frase usada por Isaías para hablar de Dios, pero él sigue utilizándola (vv. 12,15).
12Por eso, el Dios Santo de Israel dice:
«Ustedes rechazan esta advertencia,
y confían en la violencia y la maldad,
y se apoyan en ellas;
13por eso, ustedes son culpables.
Parecen un alto muro agrietado
que cuando menos se piensa se derrumba;#30.12-13 Cf. el uso similar de esta imagen en Ez 13.10-16.
14serán destruidos como un jarrón de barro,
que se quiebra tan completamente
que no queda entre los pedazos rotos
ni uno que sirva para recoger las brasas del fogón
o para sacar agua de un pozo.»
15El Señor, el Dios Santo de Israel, dice:
«Vuelvan, quédense tranquilos y estarán a salvo.
En la tranquilidad y la confianza#30.15 Véase Is 28.16 n.
estará su fuerza.»
Pero ustedes no quisieron,
16sino que dijeron: «No, mejor huiremos a caballo.»
Bueno, así tendrán que huir.
También dijeron: «Montaremos en carros veloces.»
Bueno, veloces serán los que los persigan.
17Mil huirán amenazados por un solo hombre,
y todos ustedes huirán amenazados por cinco,
hasta que queden tan pocos
como queda un palo en la cumbre de un monte
o una señal levantada sobre una colina.
Promesa de misericordia para el pueblo#30.18-26 La profecía adquiere súbitamente un tono de esperanza.
18Pero el Señor los espera, para tener compasión de ustedes; él está ansioso por mostrarles su amor, porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que esperan en él!
19Pueblo de Sión, que vives en Jerusalén: ya no llorarás más. El Señor tendrá compasión de ti al oír que gritas pidiendo ayuda, y apenas te oiga, te responderá. 20Y aunque el Señor te dé el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él, que es tu maestro, no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás.#30.20 Él, que... lo verás: según algunos mss.; otros dicen tus maestros no se esconderán más; con tus propios ojos los verás, lo cual aludiría (con el v. 21) al resurgimiento de los profetas y su mensaje. 21Y si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te dirá: «Por aquí es el camino, vayan por aquí.» 22Y despreciarás como cosas impuras tus imágenes de plata y tus ídolos recubiertos de oro. Los rechazarás como algo impuro y los considerarás como basura.#30.22 Cf. Is 2.20. 23El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y la tierra producirá trigo abundante y fértil. En ese día tu ganado tendrá lugar en abundancia para pastar. 24Hasta los bueyes y los burros que trabajan en tus campos tendrán para comer el mejor y más exquisito forraje. 25Cuando llegue el día de la gran matanza y caigan las fortalezas, habrá ríos y torrentes de agua en todas las altas montañas y en las colinas elevadas. 26El Señor curará y vendará las heridas de su pueblo. Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte, como la luz de siete soles juntos.
Castigo de Asiria#30.27-33 Esta sección data, probablemente, de una época cercana al 701 a.C., en la época de los acontecimientos narrados en Is 36—37.
27Miren, el Señor en persona viene de lejos;
su furor está ardiendo con espesa humareda,
sus labios están llenos de ira,
su lengua es como fuego destructor,
28su aliento es como un río desbordado
que llega hasta el cuello;
él viene a poner un yugo a las naciones
para llevarlas a la ruina,
a poner un freno en la boca de los pueblos
para hacerlos extraviar.
29Para ustedes, en cambio, habrá cantos,
como en noche de fiesta sagrada;
su corazón estará alegre,
como el de quien camina al son de la flauta
para ir al monte del Señor,
al refugio de Israel.
30El Señor dejará oír su voz majestuosa
y mostrará su poder, que actuará con ira terrible,
con las llamas de un fuego devorador,
con rayos, aguacero y granizo.#30.27-30 La espesa humareda, el fuego destructor y los fenómenos atmosféricos (rayos, aguacero y granizo) son expresiones usuales en el AT para describir las manifestaciones del Señor (cf. Jue 5.4-5; Sal 18.7-15; Hab 3.3-15).
31Al oír la voz del Señor y recibir su castigo,
Asiria se llenará de terror,
32y a cada golpe que descargue el Señor sobre ella,
sonarán tambores y arpas.
El Señor le hará una guerra terrible.
33Desde hace mucho tiempo
está preparado para Asiria y para su rey
el lugar del tormento, ancho y profundo,
una hoguera encendida con leña abundante.#30.33 Este v. contiene un juego sutil de palabras. En heb., hoguera es el término Tófet, nombre de un lugar en el valle Hinom, donde durante largo tiempo se sacrificaron niños como ofrenda al dios pagano Moloc (2 R 23.10). Por otra parte, el nombre Moloc viene del heb. melek (rey), que en este pasaje debe referirse al rey de Asiria. Este juego de palabras indica que el mismo rey será sacrificado, en vez de recibir tales ofrendas macabras. Véase Lv 18.21 n.
La encenderá el soplo del Señor,
como un torrente de azufre.

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