JEREMÍAS 23
23
Esperanzas para el futuro#23.1-8 La serie de textos relativos a los reyes se completa con una denuncia de los malos pastores (vs. 1-2) y con varias promesas de salvación: la reunificación del rebaño disperso (vs. 3-4), la restauración del reino davídico (vs. 5-6) y el retorno de los exiliados (vs. 7-8).
1El Señor afirma: “¡Ay de los pastores que dejan que mis ovejas se pierdan y dispersen!”#23.1-4 Ez 34.1-10; Jn 10.1-21.
2El Señor, el Dios de Israel, dice a los pastores que gobiernan a su pueblo: “Vosotros habéis dispersado mis ovejas, las habéis hecho huir y no las habéis cuidado. Pues bien, yo tendré buen cuidado de castigar vuestras malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo. 3Y yo mismo traeré el resto de mis ovejas de los países a donde las hice huir; las reuniré y las haré volver a sus pastos, para que tengan muchas crías. 4Les pondré pastores que las cuiden, para que no tengan nada que temer ni falte ninguna de ellas.#23.4 Jn 6.37-39. Yo, el Señor, lo afirmo.”
5El Señor afirma:
“Vendrá un día en que haré
que David tenga un descendiente#23.5 Descendiente: lit. germen o retoño. Cf. Is 11.1; Zac 3.8; 6.12. legítimo,
un rey que reine con sabiduría
y que actúe con justicia y rectitud en el país.
6Durante su reinado, Judá estará a salvo,
y también Israel vivirá seguro.
Este es el nombre que le darán:
‘El Señor es nuestra victoria.’ ”#23.6 El Señor es nuestra victoria: En este nombre simbólico se resumen todos los bienes prometidos para los tiempos mesiánicos. La palabra hebrea traducida por victoria incluye las ideas de rectitud y justicia, salvación y liberación. Cf. Is 9.7; Miq 5.4. #23.5-6 Jer 33.14-16; Ez 34.23.
7El Señor afirma: “Vendrán días en que ya no se jurará diciendo: ‘Por la vida del Señor, que sacó a los israelitas de Egipto’, 8sino que se jurará diciendo: ‘Por la vida del Señor, que sacó a los descendientes de Israel del país del norte y de todos los demás países por donde los había dispersado.’ Y vivirán en su propia tierra.”
Mensaje acerca de los profetas#23.9-32 Después de la sección relativa a los reyes de Judá (Jer 21.11-12; 22.1–23.8), la atención se dirige hacia los falsos profetas, denunciados como particularmente responsables de la ruina espiritual y material de la nación. La sección consta de dos partes: luego de expresar su dolor por la corrupción generalizada (vs. 9-11), Jeremías condena a los profetas que desvían al pueblo del camino verdadero y engendran vanas esperanzas (vs. 12-32). Cf. Jer 14.13-15; 27.9-10,16-18; Ez 13.1-16.
9Mensaje acerca de los profetas:
Estoy profundamente perturbado,
todo el cuerpo me tiembla,
parezco un borracho,
un hombre dominado por el vino,
por causa del Señor
y de sus palabras santas.
10El país está lleno de adúlteros,#23.10 La palabra adúlteros podría entenderse en sentido propio o en sentido figurado, es decir, como referencia a las prácticas de la religión cananea (véase Jer 2.20 nota w). Es probable que aquí se den ambos sentidos simultáneamente. Cf. Mt 12.39; Mc 8.38. Véase Adulterio en el Índice temático.
de gente que corre a hacer el mal,
que usa su poder para cometer injusticias.
Por eso el Señor maldijo la tierra,
y la tierra se secó
y los pastos del desierto se quemaron.
11El Señor afirma:
“Hasta los profetas y los sacerdotes son impíos;
en mi propio templo los he encontrado haciendo el mal.#23.11 Cf. Ez 8.
12Por eso su camino
será oscuro y resbaladizo:
yo haré que los empujen y caigan.
Cuando ajuste cuentas con ellos,
traeré sobre ellos la desgracia.
Yo, el Señor, lo afirmo.
13“Yo he visto a los profetas de Samaria#23.13 Los profetas de Samaria: es decir, los que actuaron en la capital del reino del norte (véanse 1 R 12.1 nota c; 16.16 n.) antes que esta fuera destruida por los asirios en el año 721 a.C. (2 R 17.3-6).
hacer cosas que me ofenden:
han profetizado en nombre de Baal
y han hecho que mi pueblo Israel se extravíe.
14Yo he visto a los profetas de Jerusalén
hacer cosas horribles:#23.14 La presencia de profetas que extraviaban al pueblo con sus enseñanzas imponía la necesidad de elaborar criterios para distinguir al verdadero profeta del falso. Algunos de estos criterios pueden extraerse de los vs. 14-32, donde se describe el comportamiento característico de los falsos profetas: algunos de ellos llegan al extremo de profetizar en nombre de Baal (v. 13); pero incluso los que pretenden hablar en nombre del Señor, están moralmente corrompidos e incitan a cometer el mal (vs. 14-15); prometen paz y prosperidad, en vez de llamar a la conversión, despertando de ese modo falsas expectativas (v. 17); no han estado en el concilio secreto del Señor (véase 23.18 n.), y por eso no anuncian la palabra divina sino lo que ellos mismos inventan (vs. 16,25-27); además, se roban unos a otros los mensajes que proclaman (v. 30). A estos criterios negativos pueden añadirse los positivos que se indican en Jer 28.8-9 (cf. Dt 13.1-5; 18.20-22).
cometen adulterios y fraudes,
animan de tal modo a los malvados
que nadie se aparta de su maldad.#23.13-14 La comparación de los profetas de Samaria con los de Jerusalén es semejante a la que se establece entre Israel y Judá en Jer 3.6-11.
Ellos y los habitantes de la ciudad
son para mí como Sodoma y Gomorra.#23.14 Sodoma y Gomorra son la expresión típica de los que atraen sobre sí el juicio de Dios a causa de sus malas acciones. Cf. Gn 18.20; Is 1.10; Ez 16.46-50.
15Por eso yo, el Señor todopoderoso,
digo esto contra los profetas:
Voy a darles a comer algo muy amargo;
voy a darles a beber agua envenenada,#23.15 Jer 9.15.
porque de los profetas de Jerusalén
se ha extendido la maldad a todo el país.”
16El Señor todopoderoso dice:
“Israelitas, no hagáis caso
a lo que os dicen los profetas.
Lo que dicen no son más que mentiras,
cosas que ellos mismos inventan,#23.16 Cosas que ellos mismos inventan: La misión del profeta es anunciar la palabra de Dios. Por lo tanto, la fuente de su inspiración no está en él mismo, sino en la revelación que recibe del Señor. Cf. Jer 1.9-10; 15.16; Ez 3.1-4.
que yo no les he comunicado.
17A los que desprecian mi palabra
les dicen: ‘Todo os saldrá bien.’
Y a los que siguen tercamente
las inclinaciones de su corazón,
les dicen: ‘No os vendrá ningún mal.’ ”
Exclamación de Jeremías
18Pero ¿quién asistió al concilio secreto del Señor?,#23.18 ¿Quién asistió al concilio secreto del Señor?: La palabra concilio evoca aquí la idea de una reunión confidencial, destinada a tomar una decisión de común acuerdo. El verdadero profeta tiene acceso a la intimidad del Señor y, por eso, puede comunicar su palabra (cf. Am 3.7).
¿quién ha visto o escuchado su palabra?,
¿quién le ha prestado atención?
19La ira del Señor es como una tormenta,
como un viento huracanado
que se agita sobre los malvados.
20La ira del Señor no cesará
hasta que él haya realizado sus propósitos.
Vendrá el tiempo en que vosotros pensaréis
y entenderéis estas cosas.#23.19-20 Estos vs. se repiten con alguna variante en Jer 30.23-24.
Mensaje contra los falsos profetas
21“Yo no envié a esos profetas,
y ni siquiera les hablé,
pero ellos salieron corriendo
a hablar en mi nombre.
22Si hubieran conocido mis secretos,
habrían anunciado mi palabra a mi pueblo;
le habrían hecho apartarse de su mal camino
y dejar sus malas acciones.”
23El Señor afirma:
“Lejos o cerca, yo soy Dios.#23.23 Lejos o cerca, yo soy Dios: El Señor no es un dios local, limitado a una pequeña región, sino que está presente y actúa siempre y en todas partes (cf. Is 40.28; 41.4).
24¿Quién podrá esconderse de mi vista?
Con mi presencia lleno el cielo y la tierra.
Yo, el Señor, lo afirmo.#23.24 Sal 139.7-12.
25“He oído las mentiras de esos profetas que pretenden hablar en mi nombre y comunicarse en sueños conmigo.#23.25 Los sueños pueden ser un medio a través del cual Dios revela su palabra (cf. Gn 20.3; 1 R 3.5), pero en este caso son producto de la imaginación. Véase Dt 13.1 nota b. 26¿Hasta cuándo esos profetas van a seguir anunciando cosas falsas, inventos de su propia fantasía? 27Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mí, como también sus antepasados me olvidaron y se fueron tras Baal. 28-29¡Si un profeta tiene un sueño, que diga que es un sueño; pero si recibe mi palabra, que la anuncie fielmente! No se puede comparar la paja con el trigo. Mi palabra es como el fuego,#23.28-29 Mi palabra es como el fuego: Cf. Jer 20.9; Heb 12.29. como un martillo que hace pedazos la roca. Yo, el Señor, lo afirmo.
30“Por eso me declaro contra esos profetas que se roban unos a otros mis palabras. Yo, el Señor, lo afirmo. 31Me declaro contra esos profetas que hacen pasar por mensaje mío cosas que ellos inventan. 32Me declaro contra esos profetas que cuentan falsos sueños y extravían a mi pueblo con mentiras y habladurías. Yo no los he enviado ni les he dado orden alguna, y ellos son incapaces de ayudar a este pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.
Comunicación de los mensajes del Señor#23.33-40 En toda esta sección se hace un juego de palabras con un término hebreo que puede significar, de acuerdo con el contexto, carga y encargo o mensaje.
33“Jeremías, si alguna persona del pueblo o un profeta o un sacerdote te pregunta: ‘¿Cuál es la carga del Señor?’, diles: ‘El Señor afirma que su carga sois vosotros, y que la va a dejar caer.’ 34Y si un profeta o un sacerdote o alguien del pueblo emplea la frase ‘encargo del Señor’, yo lo castigaré, a él y a su familia. 35Cuando alguien le pregunte a un amigo o familiar suyo, podrá decir: ‘¿Qué respuesta ha dado el Señor? ¿Qué ha dicho?’ 36Pero no volváis a emplear la frase ‘encargo del Señor’, porque si alguien la emplea, haré que sus palabras se le vuelvan una carga. Vosotros habéis pervertido el sentido de las palabras del Dios viviente, de vuestro Dios, el Señor todopoderoso.
37“Jeremías, pregunta a los profetas: ‘¿Qué respuesta ha dado el Señor? ¿Qué ha dicho?’ 38Y si dicen ‘encargo del Señor’, respóndeles: ‘El Señor dice: Puesto que seguís empleando la frase que os prohibí emplear, 39yo os levantaré como una carga,#23.39 Yo os levantaré como una carga: según versiones antiguas. Heb. yo os echaré en el olvido. a vosotros y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros antepasados, y os dejaré caer lejos de mí. 40Y para siempre traeré sobre vosotros humillación y vergüenza tales que no podréis olvidarlas.’ ”
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Dios Habla Hoy (DHH) versión española Copyright © Sociedad Bíblica de España, 1992 Utilizada con permiso
Jeremías 23
23
El Rey justo
1«¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan el rebaño de mis praderas!», afirma el Señor. 2Por eso, así dice el Señor, el Dios de Israel, a los pastores que apacientan a mi pueblo: «Vosotros habéis dispersado a mis ovejas; las habéis expulsado y no os habéis encargado de ellas. Pues bien, yo me encargaré de castigaros por vuestras malas acciones —afirma el Señor—. 3Al resto de mis ovejas yo mismo las reuniré de todos los países adonde las expulsé; y las haré volver a sus pastos, donde crecerán y se multiplicarán. 4Pondré sobre ellas pastores que las pastorearán, y ya no temerán ni se espantarán, ni faltará ninguna de ellas —afirma el Señor—.
5»Vienen días —afirma el Señor—,
en que de la simiente de David
haré surgir un vástago justo;
él reinará con sabiduría en el país,
y practicará el derecho y la justicia.
6En esos días Judá será salvada,
Israel morará seguro.
Y este es el nombre que se le dará:
“El Señor es nuestra salvación”.
7»Por eso —afirma el Señor— vienen días en que ya no se dirá: “Por la vida del Señor, que hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto”, 8sino: “Por la vida del Señor, que hizo salir a los descendientes de la familia de Israel, y los hizo llegar del país del norte, y de todos los países adonde los había expulsado”. Y habitarán en su propia tierra».
Profetas mentirosos
9En cuanto a los profetas:
Se me parte el corazón en el pecho
y se me estremecen los huesos.
Por causa del Señor
y de sus santas palabras,
hasta parezco un borracho,
alguien dominado por el vino.
10A causa de la maldición,
el país está lleno de adúlteros,
la tierra está de luto
y los pastos del desierto se han secado.
Los profetas corren tras la maldad,
y usan su poder para la injusticia.
11«Impíos son los profetas y los sacerdotes;
aun en mi propia casa encuentro su maldad
—afirma el Señor—.
12»Por eso su camino será resbaladizo;
serán empujados a las tinieblas,
y en ellas se hundirán.
Yo traeré sobre ellos una calamidad
en el año de su castigo
—afirma el Señor—.
13»Algo insólito he observado
entre los profetas de Samaria:
profetizaron en nombre de Baal,
y descarriaron a mi pueblo Israel.
14Y entre los profetas de Jerusalén
he observado cosas terribles:
cometen adulterio, y viven en la mentira;
fortalecen las manos de los malhechores,
ninguno se convierte de su maldad.
Todos ellos son para mí como Sodoma;
los habitantes de Jerusalén son como Gomorra».
15Por tanto, así dice el Señor Todopoderoso contra los profetas:
«Haré que coman alimentos amargos
y que beban agua envenenada,
porque los profetas de Jerusalén
han llenado de corrupción todo el país».
16Así dice el Señor Todopoderoso:
«No hagáis caso de lo que dicen los profetas,
pues os dan falsas esperanzas;
cuentan visiones que se han imaginado
y que no proceden de la boca del Señor.
17A los que me desprecian les aseguran
que yo digo que gozarán de bienestar;
a los que obedecen los dictados de su terco corazón
les dicen que no les sobrevendrá ningún mal.
18¿Quién de ellos ha estado en el consejo del Señor?
¿Quién ha recibido o escuchado su palabra?
¿Quién ha atendido y escuchado su palabra?
19El huracán del Señor se ha desatado con furor;
un torbellino se cierne amenazante
sobre la cabeza de los malvados.
20La ira del Señor no cesará
hasta que haya realizado por completo
los propósitos de su corazón.
Al final de los tiempos
lo comprenderéis con claridad.
21Yo no envié a esos profetas,
pero ellos corrieron;
ni siquiera les hablé,
pero ellos profetizaron.
22Si hubieran estado en mi consejo,
habrían proclamado mis palabras a mi pueblo;
lo habrían hecho volver de su mal camino
y de sus malas acciones.
23»¿Soy acaso Dios solo de cerca?
¿No soy Dios también de lejos?
—afirma el Señor—.
24¿Podrá el hombre hallar un escondite
donde yo no pueda encontrarlo?
—afirma el Señor—.
¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?
—afirma el Señor—.
25»He escuchado lo que dicen los profetas que profieren mentiras en mi nombre, los cuales dicen: “¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!” 26¿Hasta cuándo seguirán dándole valor de profecía a las mentiras y delirios de su mente? 27Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, como sus antepasados se olvidaron de mi nombre por el de Baal. 28El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi palabra, que la proclame con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? —afirma el Señor—. 29¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? —afirma el Señor—.
30»Por eso yo estoy contra los profetas que se roban mis palabras entre sí —afirma el Señor—. 31Yo estoy contra los profetas que sueltan la lengua y hablan por hablar —afirma el Señor—. 32Yo estoy contra los profetas que cuentan sueños mentirosos, y que al contarlos hacen que mi pueblo se extravíe con sus mentiras y sus presunciones —afirma el Señor—. Yo no los he enviado ni les he dado ninguna orden. Son del todo inútiles para este pueblo —afirma el Señor—.
Profecías falsas
33»Y, si este pueblo, o algún profeta o sacerdote, te pregunta: “¿Qué mensaje#23:33 mensaje. Juego de palabras aquí y en los vv. siguientes; el vocablo hebreo también significa carga. tenemos del Señor?”, tú les responderás: “¿De qué mensaje habláis?” Yo os abandonaré —afirma el Señor—. 34Y, si un profeta o un sacerdote, o alguien del pueblo, dice: “Este es el mensaje del Señor”, yo castigaré a ese hombre y a su casa. 35Así deberán hablarse entre amigos y hermanos: “¿Qué ha respondido el Señor?”, o “¿Qué ha dicho el Señor?” 36Pero no deberán mencionar más la frase “Mensaje del Señor”, porque el mensaje de cada uno será su propia palabra, ya que vosotros habéis distorsionado las palabras del Dios viviente, del Señor Todopoderoso, nuestro Dios. 37Así les dirás a los profetas: “¿Qué os ha respondido el Señor? ¿Qué os ha dicho?” 38Pero, si respondéis: “¡Mensaje del Señor!”, el Señor dice: “Por cuanto habéis dicho: ‘¡Mensaje del Señor!’, habiéndoos yo prohibido que pronunciarais esta frase, 39entonces me olvidaré de vosotros y os echaré de mi presencia, junto con la ciudad que os di a vosotros y a vuestros antepasados. 40Y os afligiré con un oprobio eterno, con una humillación eterna que jamás será olvidada”».
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