GÉNESIS 1
1
I. Origen del mundo y de los seres humanos (1–11)
Primer relato de la creación (1,1–2,4a) #2,4b-25; Jb 38–39; Sal 8; 104; Pr 8,22-29; Jn 1,2-3.
1Cuando Dios, en el principio,
creó los cielos y la tierra,#14,22; Sal 124,8; Is 42,5; Sal 8; 89,10-13; 104; Jb 26,7-14; 38—39; Dt 4,32; Mc 13,19; Ef 3,9; Ap 4,11; 10,6.
2la tierra era una masa caótica
y las tinieblas cubrían el abismo,
mientras el espíritu de Dios#1,2: espíritu de Dios: Lit. ruah Elohim. Otras traducciones posibles: un viento divino o un viento impetuoso. La palabra hebrea ruah puede significar: viento, brisa, aire, aliento vital, hálito, alma, espíritu, respiración, soplo, etc. Elohim puede traducirse —según los casos— por Dios, dioses, o como complemento para expresar una cualidad excepcional y sobresaliente. Así se traduce el «superlativo hebreo» en 1 Re 3,28; Jon 3,3; 1 Cr 12,23; Sal 68,15; et. al. Así pues, la expresión conjunta ruah-Elohim, tradicionalmente traducida de modo literal por espíritu de Dios ateniéndonos a criterios lingüísticos y filológicos, e incluso al contexto descriptivo del momento creacional vv. 1 y 2, favorecerían la traducción alternativa viento impetuoso.
sacudía la superficie de las aguas.
3Entonces dijo Dios:#Sal 33,9; 27,1ss; 104,2ss; Jr 10,12; Pr 8,22-31; Jn 1,3; 2 Co 4,6; Heb 11,3.
—¡Que exista la luz!
Y la luz existió.
4Al ver Dios que la luz era buena,
la separó de las tinieblas,
5llamando a la luz «día»
y a las tinieblas, «noche».
Vino la noche, llegó la mañana:
ese fue el primer día.#Is 45,7; 60,19; Ap 22,5.
6Y dijo Dios:
—¡Que exista el firmamento
y separe unas aguas de otras!
7Y así sucedió.
Hizo Dios el firmamento
y separó las aguas que están abajo,
de las aguas que están arriba.#Ez 1,22-25; 2 Pe 3,5.
8Y Dios llamó «cielo» al firmamento.
Vino la noche, llegó la mañana:
ese fue el segundo día.
9Y dijo Dios:
—¡Que las aguas debajo del cielo
se reúnan en un solo lugar,
para que aparezca lo seco!
Y así sucedió.
10Dios llamó «tierra» a lo seco
y al conjunto de aguas lo llamó «mar».
Y vio Dios que esto era bueno.
11Y dijo Dios:
—¡Que la tierra se cubra de vegetación;
que esta produzca plantas con semilla,
y árboles que den fruto con semilla,
cada uno según su especie!
Y así sucedió.
12Brotó de la tierra vegetación:
plantas con semilla
y árboles con su fruto y su semilla,
todos según su especie.
Y vio Dios que esto era bueno.
13Vino la noche, llegó la mañana:
ese fue el tercer día.
14Y dijo Dios:
—¡Que haya lumbreras en el firmamento
para separar el día de la noche,
para distinguir las estaciones,
y señalar los días y los años;#Is 40,26; Jr 31,35.
15para que luzcan en el firmamento
y así alumbrar la tierra!
Y sucedió así.
16Hizo Dios los dos grandes astros:
el astro mayor para regir el día,
y el menor para regir la noche.
También hizo las estrellas.#Sal 104,19; 136,7-9.
17Dios puso en el firmamento
astros que alumbraran la tierra:
18los hizo para regir el día y la noche,
para separar la luz de las tinieblas.
Y vio Dios que esto era bueno.
19Vino la noche, llegó la mañana:
ese fue el cuarto día.
20Y dijo Dios:
—¡Rebosen las aguas de seres vivos,
y que las aves vuelen sobre la tierra
a lo largo y ancho de todo el firmamento!
21Y creó Dios los grandes animales marinos,
y todos los seres vivientes
que se mueven y pululan en las aguas;
y creó también todas las aves,
todas según su especie.
Vio Dios que esto era bueno,#Jb 12,7-9.
22y los bendijo con estas palabras:
«Sean fecundos y multiplíquense;
llenen las aguas de los mares
y que igualmente las aves
se multipliquen sobre la tierra».
23Vino la noche, llegó la mañana:
ese fue el quinto día.
24Y dijo Dios:
—Que produzca la tierra seres vivientes:
animales domésticos, reptiles
y animales salvajes, todos por especies.
Y sucedió así.
25Dios hizo los animales salvajes,
los animales domésticos
y todos los reptiles del campo,
cada uno según su especie.
Vio Dios que esto era bueno.#Sal 50,10-11.
26Dijo entonces Dios:
—Hagamos al ser humano
a nuestra imagen y semejanza
para que domine sobre los peces del mar
y sobre las aves del cielo;
sobre los animales domésticos,#1,26: animales domésticos: Lit. toda la tierra. En este caso se ha seguido la lectura variante que ofrece la versión siriaca que recoge posiblemente la forma más original del texto, y por coherencia a la clasificación de animales presentada en el v. 25.
sobre los animales salvajes
y sobre todos los reptiles
que se arrastran por el suelo.
27Y creó Dios al ser humano a su imagen;
a imagen de Dios lo creó;
hombre y mujer los creó.#5,1-2; 9,6; Mt 19,4; 1 Co 11,7; Ga 3,28; Col 3,10; Stg 3,9.
28Y los bendijo Dios diciéndoles:
«Sean fecundos y multiplíquense;
llenen la tierra y sométanla;
dominen sobre los peces del mar,
sobre las aves del cielo
y sobre todos los reptiles
que se arrastran por el suelo».#8,17; 9,1.7; Sal 8,6-8; Stg 3,7.
29Les dijo también:
«Les confío todas las plantas
que en la tierra engendran semilla,
y todos los árboles con su fruto y su semilla;
ellos les servirán de alimento».
30A todos los animales de la tierra,
y a todas las aves del cielo,
y a todos los seres vivientes
que se arrastran por la tierra,
la hierba verde les servirá de alimento.
Y así sucedió.
31Y vio Dios todo lo que había hecho,
y todo era muy bueno.
Vino la noche, llegó la mañana:
ese fue el sexto día.#Sal 104,24; 1 Tm 4,4.
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La Palabra (BLPH) versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso
Génesis 1
1
Principio de todas las cosas
(1.1—11.32)
La creación del mundo
1Cuando Dios comenzó a crear
el cielo y la tierra,
2la tierra no tenía forma,
ni había en ella nada
que tuviera vida.
Las aguas estaban cubiertas
por una gran oscuridad,
pero sobre la superficie del agua
se movía el espíritu de Dios.
El primer día de la creación
3Dijo entonces Dios:
«¡Quiero que haya luz!»
¡Y al instante hubo luz!
4Al ver Dios la belleza de la luz,
la apartó de la oscuridad
5y le puso por nombre «día».
A la oscuridad la llamó «noche».
Y cayó la noche,
y llegó la mañana.
Ese fue el primer día.
El segundo día de la creación
6Dijo entonces Dios:
«Quiero que haya entre las aguas
algo firme que las separe».
7¡Y al instante se hizo así!
Dios puso algo firme entre las aguas,
y la mitad de las aguas quedó abajo
y la otra mitad quedó arriba.
8Al ver la belleza del firmamento,
Dios le puso por nombre «cielo».
Y cayó la noche,
y llegó la mañana.
Ese fue el segundo día.
El tercer día de la creación
9Dijo entonces Dios:
«Quiero que las aguas
que están debajo del cielo
se junten en un solo lugar,
y que aparezca lo seco».
¡Y al instante se hizo así!
10Dios llamó «tierra» a lo seco,
y llamó «mar» a las aguas.
11Al ver Dios tal belleza, dijo:
«Quiero que haya en la tierra
árboles y plantas
que den fruto y semilla».
¡Y al instante se hizo así!
12La tierra produjo árboles y plantas;
los árboles dieron frutos,
y las plantas dieron semillas.
Mientras Dios admiraba tal belleza,
13cayó la noche,
y llegó la mañana.
Ese fue el tercer día.
El cuarto día de la creación
14Dijo entonces Dios:
«Quiero que haya en el cielo
luces que separen el día de la noche;
luces que indiquen las estaciones,
los días y los años;
15luces en el cielo azul
que iluminen la tierra».
¡Y al instante se hizo así!
16Dios hizo las dos grandes luces:
el sol, para que domine en el día,
y la luna, para que domine en la noche.
También hizo las estrellas.
17Dios puso estas luces en el cielo
para alumbrar la tierra,
18para dominar en el día y en la noche,
y para separar la luz de la oscuridad.
Mientras Dios admiraba tal belleza,
19cayó la noche,
y llegó la mañana.
Ese fue el cuarto día.
El quinto día de la creación
20Dijo entonces Dios:
«Quiero que los mares
se llenen con seres vivos.
Quiero que las aves
vuelen sobre la tierra
y crucen el cielo azul».
21Así creó Dios
los grandes monstruos marinos.
Creó todos los seres vivos
que se mueven en el agua,
y todas las aves del cielo.
Al ver Dios tal belleza,
22les dio esta bendición:
«Quiero que los peces
se reproduzcan y llenen los mares;
quiero que las aves
se multipliquen sobre la tierra».
23Y cayó la noche,
y llegó la mañana.
Ese fue el quinto día.
El sexto día de la creación
24Dijo entonces Dios:
«Quiero que haya en la tierra
toda clase de seres vivos:
animales domésticos,
animales salvajes,
reptiles e insectos».
¡Y al instante se hizo así!
25Dios hizo los animales salvajes,
los animales domésticos,
los reptiles y los insectos.
26Al ver Dios tal belleza, dijo:
«Hagamos ahora al ser humano
tal y como somos nosotros.
Que domine a los peces del mar
y a las aves del cielo,
a todos los animales de la tierra,
y a todos los reptiles e insectos».
27Fue así como Dios creó
al ser humano
tal y como es Dios.
Lo creó a su semejanza.
Creó al hombre y a la mujer,
28y les dio esta bendición:
«Quiero que se reproduzcan,
quiero que se multipliquen,
quiero que llenen la tierra
y la pongan bajo su dominio.
Que dominen a los peces del mar
y a las aves del cielo,
y a todos los seres vivos
que se arrastran por el suelo».
29También les dijo Dios:
«Hoy les entrego a ustedes
toda planta que da semilla
y todo árbol que da fruto.
Todo esto les servirá de alimento.
30Pero la hierba verde
será para todos los animales».
¡Y al instante se hizo así!
31Mientras Dios admiraba
la gran belleza de su creación,
cayó la noche,
y llegó la mañana.
Ese fue el sexto día.
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Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.