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Marcos 6:1, 2, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29

Marcos 6:1 NVI

Salió Jesús de allí y fue a su tierra, en compañía de sus discípulos.

Marcos 6:2 NVI

Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga. —¿De dónde sacó este tales cosas? —decían maravillados muchos de los que lo escuchaban—. ¿Qué sabiduría es esta que se le ha dado? ¿Cómo se explican estos milagros que vienen de sus manos?

Marcos 6:3 NVI

¿No es este el carpintero, el hijo de María? ¿Acaso no es el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros? Y se escandalizaban a causa de él.

Marcos 6:4 NVI

Por tanto, Jesús les dijo: —En todas partes se honra a un profeta, menos en su tierra, entre sus familiares y en su propia casa.

Marcos 6:5 NVI

En efecto, no pudo hacer allí ningún milagro, excepto sanar a unos pocos enfermos al imponerles las manos.

Marcos 6:7 NVI

Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos.

Marcos 6:8 NVI

Les ordenó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinturón, sino solo un bastón.

Marcos 6:9 NVI

«Lleven sandalias —dijo—, pero no dos mudas de ropa».

Marcos 6:10 NVI

Y añadió: «Cuando entren en una casa, quédense allí hasta que salgan del pueblo.

Marcos 6:11 NVI

Si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos».

Marcos 6:12 NVI

Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera.

Marcos 6:13 NVI

También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite.

Marcos 6:14 NVI

El rey Herodes se enteró de esto, pues el nombre de Jesús se había hecho famoso. Algunos decían que Juan el Bautista había resucitado y por eso tenía poder para realizar milagros.

Marcos 6:15 NVI

Otros decían que era Elías; y otros, en fin, afirmaban que era un profeta, como los de antes.

Marcos 6:16 NVI

Pero cuando Herodes oyó esto, exclamó: «¡Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza, ha resucitado!».

Marcos 6:17 NVI

En efecto, Herodes mismo había mandado que arrestaran a Juan y que lo encadenaran en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Felipe

Marcos 6:18 NVI

y Juan había dicho a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano».

Marcos 6:19 NVI

Por eso Herodías le guardaba rencor a Juan y deseaba matarlo. Pero no había logrado hacerlo

Marcos 6:20 NVI

ya que Herodes temía a Juan y lo protegía, pues sabía que era un hombre justo y santo. Cuando Herodes oía a Juan, se quedaba muy desconcertado, pero lo escuchaba con gusto.

Marcos 6:21 NVI

Por fin se presentó la oportunidad. En su cumpleaños Herodes dio un banquete a sus altos oficiales, a los comandantes militares y a los notables de Galilea.

Marcos 6:22 NVI

La hija de Herodías entró en el banquete y bailó, y esto agradó a Herodes y a los invitados. —Pídeme lo que quieras y te lo daré —dijo el rey a la muchacha.

Marcos 6:23 NVI

Y prometió bajo juramento: —Te daré cualquier cosa que me pidas, aun cuando sea la mitad de mi reino.

Marcos 6:24 NVI

Ella salió a preguntarle a su madre: —¿Qué debo pedir? —La cabeza de Juan el Bautista —contestó.

Marcos 6:25 NVI

Enseguida se fue corriendo la muchacha a presentarle al rey su petición: —Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.

Marcos 6:26 NVI

El rey se quedó angustiado, pero no quiso desairarla a causa de sus juramentos y en atención a los invitados.

Marcos 6:27 NVI

Así que enseguida envió a un verdugo con la orden de llevarle la cabeza de Juan. El hombre fue, decapitó a Juan en la cárcel

Marcos 6:28 NVI

y volvió con la cabeza en una bandeja. Se la entregó a la muchacha y ella se la dio a su madre.

Marcos 6:29 NVI

Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cuerpo y le dieron sepultura.