Marcos 15:1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14
Marcos 15:1 NVI
Muy de mañana, los jefes de los sacerdotes, con los líderes religiosos, los maestros de la Ley y el Consejo en pleno, llegaron a una decisión. Ataron a Jesús, se lo llevaron y se lo entregaron a Pilato.
Marcos 15:2 NVI
—¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó Pilato. —Tú mismo lo dices —respondió.
Marcos 15:3 NVI
Los jefes de los sacerdotes se pusieron a acusarlo de muchas cosas.
Marcos 15:4 NVI
—¿No vas a contestar? —preguntó de nuevo Pilato—. Mira de cuántas cosas te están acusando.
Marcos 15:5 NVI
Pero Jesús ni aun con eso contestó nada, de modo que Pilato se quedó asombrado.
Marcos 15:6 NVI
Ahora bien, durante la fiesta él acostumbraba a soltar un preso, el que la gente pidiera.
Marcos 15:7 NVI
Y resulta que un hombre llamado Barrabás estaba encarcelado con los rebeldes condenados por haber cometido homicidio en una rebelión.
Marcos 15:8 NVI
Subió la multitud y pidió a Pilato que le concediera lo que acostumbraba.
Marcos 15:9 NVI
—¿Quieren que suelte al rey de los judíos? —respondió Pilato
Marcos 15:10 NVI
porque se daba cuenta de que los jefes de los sacerdotes habían entregado a Jesús por envidia.
Marcos 15:11 NVI
Pero los jefes de los sacerdotes incitaron a la multitud para que Pilato soltara más bien a Barrabás.
Marcos 15:12 NVI
—¿Y qué voy a hacer con el que ustedes llaman el rey de los judíos? —preguntó Pilato.
Marcos 15:14 NVI
Pilato les preguntó: —¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido? Pero ellos gritaban aún más fuerte: —¡Crucifícalo!